El bebé se acerca a su primer semestre de vida y comienza a sentirse irritado, tiene problemas para dormir y quizás algunas otras molestias. Puede ser que sus primeros dientes estén a punto de hacer erupción. Este es un proceso natural que no exige tratamiendo médico, pero hay formas de aliviar sus síntomas. Este artículo detalla cuáles son esas técnicas, qué analgésicos se recomienda usar y cuáles no y qué hacer si el niño presenta fiebre, además de otros datos importantes acerca de los dientes de leche.
Las molestias de los primeros dientes y las formas de aliviarlas
Los primeros dientes aparecen en la boca del bebé, en general, cuando tiene alrededor de seis meses de vida. Lo más común es que los primeros en asomar sean los incisivos centrales inferiores. Su erupción se asocia a diversas molestias y problemas para el niño. En 2011, un estudio comprobó que algunos de ellos (irritabilidad, incremento de la salivación, mucosidad nasal, pérdida de apetito, diarrea, sarpullidos y problemas para dormir) están relacionados con esa primera dentición. En cambio, otros que también se atribuyen con frecuencia a este motivo, como la fiebre, no están dentro de ese grupo.
¿Se pueden aliviar esas molestias? Sí. Al menos algunas, sobre todo la irritabilidad y el malestar que los pequeños sienten en las encías. Para ello, lo aconsejado es facilitarles mordedores fríos o enfriar el chupete en la nevera y dárselo cuando esté frío. Otra opción es frotar el dedo o una cucharilla fría sobre la encía. «En esos días el niño estará ansioso por morder cosas, dejemos que lo haga sin problemas», explica la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Algunos especialistas también incluyen como alternativa dar al bebé una zanahoria cruda y fría o algún otro producto similar. Esta alternativa, que en principio parece más sana por tratarse de algo natural, no es bien vista por la AEP, debido a que se pueden desprender fragmentos y causar al pequeño asfixia por atragantamiento. Esta es la principal precaución que hay que tener en cuenta con cualquier objeto que se ofrezca para que el pequeño muerda.
Analgésicos: cuáles convienen y cuáles no
La dentición es un proceso natural y que, como tal, no exige ningún tratamiento, pues no es una enfermedad. De todos modos, los especialistas añaden que, en caso de molestias mayores que perturben demasiado el sueño nocturno, se puede administrar un analgésico (ibuprofeno o paracetamol), siempre en las dosis recomendadas por el pediatra para su edad y en forma de jarabe (es decir, que el niño lo ingiera y no aplicar sobre las encías).
Por otra parte, los odontopediatras también desaconsejan el uso de geles que se comercializan como analgésico local. El motivo principal es que estos productos contienen benzocaína, una sustancia que podría ser peligrosa (muy grave, de hecho) para los pequeños. Además, los especialistas dudan de su eficacia, ya que el gel permanece durante muy poco tiempo sobre las encías antes de deshacerse por la saliva. «Los estudios fiables sobre este problema -explica la AEP- concluyen que lo que realmente calma el posible dolor en la encía es la presión ejercida al aplicar el producto». Por eso, recomiendan solo «métodos físicos», como la presión o el frío, o, a lo sumo, analgésicos como ibuprofeno o paracetamol.
La fiebre y las visitas al médico y al odontopediatra
La fiebre no es un síntoma normal del proceso de erupción de los dientes. Por eso, si el niño presenta una temperatura más elevada de lo normal, o si se muestra decaído o con alguna otra señal extraña, lo que hay que hacer es acudir al pediatra, para que este determine las causas de este malestar.
Si bien la dentición no exige tratamiento médico, la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) -al igual que las asociaciones odontopediátricas más significativas a nivel internacional- recomienda que la primera visita dental del bebé al dentista se produzca cuando el primer diente de leche haga erupción. Si no se realiza en ese momento, el organismo aconseja que esa primera visita sea durante el primer año de vida o, «como muy tarde», cuando el pequeño cumpla los dos años de edad.
La dentadura primaria, temporal o “de leche” se compone de 20 piezas: diez arriba y otras diez abajo. Por lo general, la erupción se produce “de dentro hacia fuera”: después de los incisivos centrales inferiores aparecen los incisivos centrales superiores, los incisivos laterales (inferiores y superiores), los primeros molares, los caninos y, por último, los segundos molares. En ese mismo orden, hacia los seis años de edad, comenzarán a caerse para dar paso a los definitivos.
El proceso de la dentición primaria se completa, en la mayoría de los casos, entre los dos y tres años. Más allá de que los odontopediatras recomienden una visita dental cada seis meses (es decir, la misma frecuencia que para los adultos), destacan la importancia de acudir si el niño ha cumplido los tres años y todavía no son visibles los 20 dientes en su boca.