Cocinar en casa podría estar viviendo una evolución hacia nuevos formatos. Aunque en España aún no está muy generalizado, en países como EE.UU. se ofrecen servicios que permiten abrir una caja con ingredientes y seguir una receta. El llamado dinner kit es el último de una corriente de innovaciones tecnológicas que mezcla el formato de un libro de cocina con la disponibilidad de todos los alimentos necesarios para elaborar un plato concreto en el hogar. Si bien la compra on line no es nada nuevo, este concepto sí es singular por su formato. El artículo explica cuáles son las particularidades de estos kits de ingredientes desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.
Los kits de ingredientes son como una mezcla de planificador de comidas, tienda de comestibles y recetario, todo a la vez. Se trata de ofrecer al consumidor la opción de llevar a cabo suculentas recetas, platos no elaborados que incluyen todos los productos necesarios, desde los principales a los secundarios como salsas o especias, y las instrucciones para prepararlos (hasta con fotos en la mayoría de los casos). La particularidad de este formato es que los alimentos no están cocinados sino que están envasados en su estado fresco para que se conserven mejor todas sus propiedades organolépticas y se asegure la máxima calidad. Ofrecer este tipo de producto requiere también que se sigan unas adecuadas pautas de higiene, transporte y manipulación.
Particularidades de los kits de ingredientes
Es muy importante que los alimentos lleguen en buen estado al consumidor, por lo que se envasarán de acuerdo con la naturaleza de cada uno
Este tipo de servicio ofrece una lista de higiene más básicas, como el lavado de manos así como de utensilios y superficies. También deberá tenerse en cuenta si se incluyen alimentos que necesitarán un proceso de cocción (carne o pescado) con otros que se consuman crudos (lechuga o tomates). En estos casos, el objetivo es que no se produzcan contaminaciones cruzadas. Debe comprobarse que los productos vegetales vienen ya, en la mayoría de los casos, limpios, por tanto debería bastar con cortarlos y servir.
Los tipos de cocción que requieren los alimentos son los que se usarían para elaborar cualquier receta, desde freír, a hervir u hornear. Por tanto, en cada uno de ellos se tendrán las consideraciones oportunas para asegurar que el proceso se realiza con todas las garantías de seguridad. Si los alimentos no se prepararán de inmediato, deberán mantenerse a temperaturas de refrigeración si así lo requieren, como la carne o el pescado, y no deberán pasar más de dos o tres días hasta que se cocinen.