“Pero, ¡cómo se te ocurre ponerle mermelada!” “La tarta de la abuela no lleva nata”. “¿Qué galletas dices que usas?” “Ese postre estará muy rico, pero no es la receta original, es otra cosa”. La tarta de la abuela es una de las recetas caseras más famosas del mundo y, también, una de las más controvertidas. Su nombre ya da una pista: se trata de una receta que pasa de generación en generación y, como abuelas hay muchas, pues recetas también. Esta tarta tiene un ingrediente común, las galletas, que se emplean para elaborar la base y cuerpo, aunque esta aseveración también tiene matices, puesto que hay diferencias hasta en el tipo de galletas que se utilizan. A continuación, se repasan las principales versiones de este postre tan rico… y personal.
Hay tantas versiones de esta tarta como abuelas, pero las galletas siempre están presentes
La receta base de esta tarta es la que emplea galletas dulces redondas (las galletas María) y una crema de mantequilla con cacao en polvo. Se remojan las galletas en leche con un toque de vino moscatel, se untan con la crema de mantequilla y cacao y se colocan en forma cilíndrica, como el tronco de chocolate. Una de las variantes consiste en utilizar galletas cuadradas en vez de redondas y usar un molde rectangular que permita formar una tarta en varias capas, alternando las galletas con un relleno de natilla (de vainilla o chocolate) o crema pastelera. Además de estas dos versiones, hay una tercera opción muy conocida. Es la que emplea galletas hojaldradas empapadas en leche en varias capas: una primera capa o base de galletas, natillas, una capa de nata montada y cobertura de chocolate caliente por encima.
A continuación se dan las pautas para preparar en casa estas tres versiones de tarta de la abuela, así como trucos para elaborar unas tartas perfectas
1. Tarta de galletas redondas (o tronco de chocolate)
El tronco de galletas, crema de mantequilla y cacao es un clásico de la infancia y una receta muy sencilla de preparar.
Primero, se elabora una crema al gusto con mantequilla. Se mezclan unos 300 gramos de mantequilla, tres o cuatro cucharadas de cacao soluble y azucarado (según lo goloso que se sea) y un poco de azúcar glas, para los muy golosos. Cuando la textura de la crema sea apropiada para untar, se reserva en una zona fresca, pero sin introducir en la nevera.
Se remojan las galletas María en leche tibia con unas gotitas de moscatel (lo del vino es opcional); se debe hacer de pocas en pocas y apenas un momento, para que no se deshagan. Según se van sacando del remojo, se untan con la crema que ha hecho y se van pegando unas a otras de manera que se forma un tronco de unas 30 galletas. Este tronco se deja enfriar en el frigorífico, mientras se oscurece la crema que ha sobrado con un poco más de cacao. Con esta crema se cubre la superficie del tronco, de modo que no se vean las galletas, y se raya la superficie con un tenedor, para imitar las estrías de la corteza de un árbol.
Esta tarta queda más rica con un reposo de 12 horas en el frigorífico y sacándola una hora antes de servir de la nevera.
2. Tarta de galletas cuadradas con crema pastelera
Primero, se prepara la crema pastelera o natilla con la que se rellena la tarta. Las cantidades que se utilizan en este caso son para cuatro personas. Se pone a hervir 300 ml de leche con una cáscara de limón y un palo de canela. En un bol se baten un par de huevos, tres cucharadas de azúcar y tres cucharadas de maicena y se agrega un vaso de leche fría reservada (200 ml). Se vierte este preparado en la cazuela de leche hirviendo y, con una cuchara de madera, se remueve continuamente hasta que espese. Hay que evitar que la crema hierva para que no se corte. Cuando esté espesa, se retira del fuego y se deja enfriar. Antes de que se enfríe por completo se quitan el palo de canela y la cáscara de limón. Esta crema se puede personalizar agregando cobertura de chocolate a la leche cuando se está calentando; de esta manera, se conseguirá una crema pastelera de chocolate.
Se remojan las galletas en leche y se colocan en una tartera rectangular o molde de tarta rectangular, hasta formar con ellas una base. Sobre la base de galletas se vierte parte de la crema pastelera y se van haciendo capas: una de galletas, otra de crema pastelera, hasta terminar con una capa de galletas. La elaboración de la tarta se acaba con una mezcla de cobertura de chocolate desecha con un par de cucharadas de mantequilla. Se deja reposar en la nevera durante cuatro horas antes de servir.
3. Tarta de galletas hojaldradas con nata y crema
La preparación sería muy parecida a la tarta anterior, pero utilizando galletas hojaldradas que, en este caso, no se remojarían. Se hace la crema pastelera de igual manera que se explica en la receta anterior y, por otra parte, se preparan 250 gramos de nata montada con azúcar hasta un punto en el que esté la nata montada dura y con cuerpo.
En una tartera o molde rectangular se hace una capa de galletas hojaldradas, encima una capa de crema pastelera, otra capa de galletas hojaldradas, nata montada, una última capa de galletas hojaldradas y, encima, una capa fina de crema pastelera espolvoreada de canela en polvo y decorada con botoncitos de nata montada.
Otras opciones de tarta de la abuela
Además de las tres recetas principales y básicas de esta tarta, existe una infinidad de versiones. La elección de una u otra dependerá de nuestra tradición o nuestros gustos.
- Para los que les gusta el café, se pueden mojar las galletas en café con leche a fin de que adquiera el sabor, hacer una crema de mantequilla con azúcar y un toque de café soluble o, en las versiones con crema pastelera, elaborar la crema pastelera o natilla con leche aromatizada con café.
- Para los chocolateros, cuando preparan la crema de mantequilla, lo conveniente es utilizar cacao soluble de alta calidad, al que habrá de agregarle algo de azúcar (porque si es cacao puro tiende a amargar). La crema pastelera también se puede elaborar con chocolate al gusto de cada uno usando cacaos de alta pureza.
- Otra de las opciones en las tartas de base cuadradas es la de añadir entre capa de crema y galleta una ligera capa de mermelada, con lo que se consigue un mayor contraste de sabores y un poco más de frescura en la tarta al agregar un poco de fruta en forma de mermelada.
Solo queda ponerse manos a la obra y que cada uno logre preparar su propia tarta de la abuela para luego transmitir la receta a nuestras personas más cercanas, para que no se pierda la tradición.