Uno de los principales motivos por los cuales los bebés lloran es porque tienen sueño. Y acerca de cómo hacer para que se duerman se han escrito miles de páginas. Pero ¿qué pasa cuando, en vez de tener a un niño llorando de sueño, hay dos o más? Las dificultades se multiplican: las madres y los padres de mellizos lo saben a la perfección. Este artículo se refiere al desafío múltiple de criar a mellizos y al aprendizaje que representa la hora de dormirles, para lo que se incluyen recomendaciones prácticas de padres de mellizos.
Criar a mellizos o trillizos, un desafío múltiple
Si la crianza de un bebé plantea un largo aprendizaje y numerosos retos, tener a la vez a dos (o más) los multiplica. Uno de los desafíos más complicados cuando se tienen mellizos, y que se hacen presentes desde el principio, es el del sueño de los pequeños. En ocasiones, dormirles parece tan difícil como practicar un deporte extremo. En tales casos, sin embargo, siempre es bueno recordar que muchas personas ya han pasado por -y sobrevivido a- esa situación y que ellas mismas pueden ayudar mucho con sus consejos y recomendaciones de cómo lo han hecho.
En principio, hay que tener en cuenta todas las técnicas y recomendaciones que valen cuando se tiene que dormir a un niño: crear rutinas, respetar los horarios, envolverle con una mantita, calmar su llanto con el ruido blanco de algún aparato (secador de pelo, lavadora, etc.) o de algún vídeo de Internet, etc. Las mismas prácticas que funcionan para uno, en teoría, también sirven para dos. Pero, en la práctica, pronto aparecen las dificultades.
El aprendizaje de dormir a mellizos
«Es muy distinto tener un bebé que dos», afirma Carmen García, responsable del blog Madre de Gemelos. Y se pregunta: «Cuando lloran los dos por sueño, ¿a cuál coges? ¿A cuál duermes primero?». Y responde que, como la tarea de tratar de dormir a uno mientras oía llorar al otro era algo que no soportaba, redobló la apuesta: decidió dormir a los dos a la vez. El camino puede ser largo. García cuenta que durante los primeros meses dormía a sus hijos meciendo sus minicunas. Al pasarlos a las cunas grandes, que no se podían mover, la tarea se hizo más complicada y comenzó a demandar más tiempo. Pero, con paciencia, los bebés se adaptaron a la nueva situación.
Adriana Rodríguez-Miranda, del blog Somos Múltiples, cuenta que, en los primeros meses, la tarea fue bastante tranquila: ella le daba el pecho a uno mientras su pareja estaba con el otro. Cuando el primero se dormía, repetía el mecanismo de la lactancia y el sueño con su hermanito. Pero hacia los ocho meses de vida, el método perdió eficacia y Rodríguez-Miranda y su esposo lo cambiaron por mecer la cuna. «Un procedimiento que nos esclavizaría vilmente durante meses», define ella. Después de los 15 meses, cuando los niños fueron más grandes y perdieron interés por la lactancia, el objetivo era lograr que cada uno se quedara en su cuna. En esta etapa los problema, según esta mamá bloguera, son «la sequedad bucal y la afonía, producto de repetir 300 veces al día la misma frase: ¡A dormir!».
Por su parte, Carolina Cerini, bloguera de Mellimamá, dice que para dormir a sus mellizos ella y su pareja hicieron «malabares y un poco de todo», tirando de «noches en vela, mucho corazón y sentido común». Enumera algunos consejos. El primero es «conoce a tus bebés». «Los primeros meses -apunta Cerini- tendrás que aprender a oír lo que tu hijo aún no te dice con palabras, sus necesidades, sus tiempos y sus ritmos».
Recomendaciones prácticas para dormir a mellizos
Cerini enumera también algunas otras recomendaciones prácticas que pueden servir de mucha utilidad. Las más importantes son las siguientes:
- Colocar las cunas juntas. El objetivo es que los niños puedan verse uno al otro (eso les da seguridad, ya que los mellizos en general están muy unidos entre sí), pero que a su vez cada cual tenga su espacio propio, sin riesgos de que se aplasten ni tengan problemas de sitio.
- Llevar un registro de las horas de sueño. Esto ayuda a conocer el ritmo de los pequeños y, en función de ello, establecer una rutina de sueño más adecuada, tanto para la noche como para la hora de la siesta.
- Prestar atención a ambos niños. Cerini aclara: «Cuando tienes que ocuparte de dos, en general uno atiende al que llora o chilla primero, pero no siempre es el que necesita mayor atención». Por lo tanto, es importante «vigilar que el más calmado tenga la atención necesaria».
- Acostar al bebé antes de que se duerma. Si todo el trabajo previo se efectúa en un lugar distinto a donde el niño ha de dormir (en los brazos, una minicuna que se pueda mecer, etc.), Cerini procura meterlo en la cama cuando ya tiene sueño pero sin que esté dormido. De ese modo se evitará despertarlo en el cambio de sitio y, además, aprende desde pequeño a dormirse solo.
La responsable de Mellimamá señala también algo curioso. Pese a que cualquiera pensaría que uno de los mayores problemas de dormir a mellizos sería el hecho de que se despierten uno al otro al llorar, parece que eso no sucede. «La mayoría de los mellizos se acostumbran pronto al llanto del hermanito y no se despiertan«, explica. Esta es, sin duda, una ventaja que hay que aprovechar.
Más allá de la cantidad de bebés para dormir a la vez (uno, dos o más), se han formulado distintos métodos y estrategias para lograr dormir a los niños, algunos de los cuales resultan antagónicos. Pueden englobarse en dos grandes grupos.
Por un lado, están los que se basan en calmar al pequeño cuando llora, acudiendo a él cada vez que sea necesario para que duerma tranquilo. De este modo, el niño se sentirá protegido y ganará en seguridad y confianza, cualidades que adquiere en ese momento y le sirven durante el resto de su vida.
En el extremo opuesto se encuentran las técnicas consistentes en “dejar llorar” al bebé. Este método fue creado por el pediatra estadounidense Richard Ferber y popularizado en España por Eduard Estivill, y se conoce por el apellido de cualquiera de los dos. Los defensores de esta teoría afirman que, si se aplica de manera correcta, da resultados favorables (que el niño logre dormir pronto y sin llorar) en poco tiempo. Sus detractores, que acusan a este método de demasiado duro y antinatural, son muchos y tienen su propio hashtag en Twitter: #desmontandoaEstivill.