¿Hasta qué punto es importante la vacunación en el caso de las personas con una patología crónica? La vacunación forma parte de la prevención habitual para una persona con diabetes. Un paciente con una patología crónica debe protegerse frente a posibles enfermedades infecciosas, ya que la cronicidad complica cualquier tipo de enfermedad, aunque sea una simple gripe. En el siguiente artículo se explica por qué es importante la prevención de otras enfermedades cuando se tiene diabetes y qué papel desempeñan las vacunas en el cuidado preventivo.
El camino de la prevención
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de ser hospitalizadas ya que una enfermedad infecciosa puede derivar en complicaciones de la patología crónica. Por ello es tan necesario que desde el minuto uno estos pacientes abracen la vía de la prevención, pues su patología les convierte en grupo de riesgo frente a enfermedades, y de ahí la importancia de apostar por la vacunación.
Para la Federación Española de Diabetes (FEDE) es fundamental que se contemple la prevención como eje clave para el control de la diabetes y para poder evitar o retrasar algunas de sus graves consecuencias. Tanto en el caso de la diabetes tipo 1 como en el de la tipo 2 es importante llevar unos hábitos de vida saludables o medidas preventivas como son el control del peso, la práctica habitual de ejercicio físico o la alimentación sana y equilibrada. Además de estas cuestiones de gran relevancia y que deben regir el día a día de una persona con diabetes, también hay que incluir la prevención de enfermedades infecciosas.
Una puesta por la calidad de vida
La implementación de programas específicos de vacunación puede garantizar en un alto grado la protección frente a las principales enfermedades infecciosas. La persona con diabetes es un paciente de riesgo con un sistema inmune debilitado, y la presencia de cualquier afección de este tipo pone en peligro el buen control de su patología y su estado de salud, llegando incluso a impactar en su autonomía. Por ello, sería conveniente que en todas las comunidades autónomas se implementen programas específicos de vacunación frente a enfermedades como la gripe, el neumococo, la difteria, el tétanos, la tos ferina o el herpes zóster en los grupos poblacionales considerados de riesgo, porque se trata de una inversión en salud y también un ahorro a medio y largo plazo para el sistema sanitario. Más allá del coste económico, lo importante es que una vacunación preventiva supone una mejora del estado de salud y la reducción del número y duración de las hospitalizaciones derivadas de la descompensación de la patología u otras complicaciones asociadas.
El Consejo de la Unión Europea ya puso sobre la mesa, el año pasado, la extensión de los calendarios vacunales en población adulta en los países miembros. De hecho, esta solicitud llegó tras haber alertado de cierto escepticismo de la ciudadanía hacia los programas de vacunación, lo cual puede provocar un problema de salud pública y un incremento de los costes sanitarios.
En este sentido, Europa reconoce que los programas de vacunación requieren un acceso sostenible a largo plazo en cuanto a financiación y suministro de calidad. Además, el Consejo hace hincapié en que, dados los cambios demográficos de la población europea, es necesario que haya un mayor énfasis en la prevención de enfermedades infecciosas a través de la vacunación en todos los grupos de edad.
Campañas de vacunación
Hace unos meses la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León anunció la puesta en marcha de un programa pionero de vacunación y prevención del herpes zóster en España. Primero se llevó a cabo con pacientes con EPOC y luego se amplió a las personas con diabetes. La Junta se unía así a la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Castilla y León (FADCyL) en una campaña de prevención e información sobre esta dolencia. Se trata de un programa de prevención pionero en nuestro país al que de forma voluntaria podrán acceder todas las personas con diabetes de entre 60 y 69 años que residan en esta comunidad autónoma. Con el objetivo de darlo a conocer al máximo, las asociaciones de pacientes de esa autonomía realizaron distintas charlas formativas e informativas sobre herpes zóster en personas con diabetes y sobre la manera de evitarlo, porque en muchas ocasiones es el desconocimiento el que provoca un mal control de la patología y la falta de prevención.
Pero cuando se habla de vacunación, y más coincidiendo con estas fechas, lo primero que se pasa por la cabeza es la gripe. Y es que, con la llegada del otoño, es tiempo de protegerse frente a este virus. Las personas con diabetes deben ser conscientes de que se encuentran dentro de los grupos de riesgo. Estos pacientes tienen alteraciones en el sistema inmunológico del organismo, lo que los convierte en más susceptibles a las infecciones, entre ellas las causadas por este tipo de virus.
La vacunación y cualquier otra medida preventiva no solo está en manos del personal sanitario, sino que el primer responsable de su salud debe ser el propio paciente. Por ello, es necesario el compromiso de las personas con diabetes con el cuidado de su salud y la adopción de todas las medidas preventivas que eviten complicaciones en su patología. De igual forma, es necesario que en España exista equidad y calidad de los servicios asistenciales y medidas preventivas eficaces. Hay que romper con las inequidades entre las comunidades autónomas al acceder a tratamientos y medidas preventivas, como son las vacunas.