Hace ya unos cuantos años de la incorporación de la mujer al mercado laboral, pero todavía se mantienen vigentes algunas ideas acerca de la crianza relacionadas con el hecho de que es mejor que se queden en casa con sus hijos, en vez de tener empleo fuera del hogar. Varias investigaciones, sin embargo, sostienen lo contrario. Este artículo aborda la conciliación entre ser madre y tener trabajo remunerado, con datos que afirman que las mujeres que lo hacen sufren menos emociones negativas y que esto también tiene beneficios en sus pequeños. Además, trata la importancia de no sentirse culpable por trabajar fuera de casa.
Desde que la mujer se incorporó al ámbito del trabajo remunerado, la conciliación entre vida familiar y vida laboral se convirtió en un tema de dudas, de debates y de posiciones encontradas. En la actualidad, la discusión en torno a esta conciliación no se limita a las madres, sino que incluye también a los hombres. Pero la madre es la figura preponderante en la crianza de los niños, sobre todo cuando son más pequeños, debido a cuestiones como la lactancia y a que ella, en la mayoría de los casos, es la principal figura de apego para los hijos.
Entonces, ¿de qué manera que la mujer tenga un empleo remunerado fuera del hogar puede afectar o condicionar su propia vida y la de sus niños? Más allá de las diversas opiniones, la cuestión ha sido objeto de muchas investigaciones. Y, en general, sus conclusiones tienden a indicar que el hecho de que la madre trabaje fuera de casa es beneficioso, tanto para ella como para sus hijos en varios sentidos, como se explica a continuación.
Madres que trabajan fuera de casa, con menos emociones negativas
Las mujeres con niños que trabajan fuera del hogar presentan niveles más bajos de preocupación, enfado, tristeza y depresión que las que no tienen empleos remunerados. Así lo reveló una encuesta realizada por la empresa Gallup en Estados Unidos en 2012, después de entrevistar a más de 60.000 mujeres. La consulta incluía una quinta «emoción negativa», el estrés. Las madres que no trabajaban también expresaron padecerlo en más cantidad, aunque por una diferencia mínima. En cambio, entre las mujeres con empleos remunerados, los índices respecto de los mismos sentimientos y sensaciones fueron similares entras las que tenían hijos y las que no.
Por su parte, una investigación llevada a cabo por dos sociólogas también estadounidenses encontró que las mujeres que, después de convertirse en madres, trabajaron a tiempo completo tenían a los 40 años de edad una salud física y mental «significativamente mejor» que las que lo habían hecho con jornadas reducidas; a su vez, la salud de estas últimas también era mucho mejor que las que no habían trabajado fuera de casa. El estudio fue realizado sobre una muestra de 2.540 mujeres que habían sido madres entre 1979 y 1995, que forman parte de un estudio longitudinal que incluye a más de 12.000 mujeres de Estados Unidos.
Un tercer sondeo al respecto también destacaba como beneficioso para las madres estar empleadas fuera de su hogar, aunque, según sus resultados, es mejor el trabajo de medio tiempo que el de tiempo completo. Este estudio, también hecho en Estados Unidos, destaca las ventajas de trabajar menos horas, como acompañar más a los niños en el periodo preescolar e involucrarse más en sus actividades cuando comienzan el colegio. Por otro lado, tienen menos conflictos y complicaciones laborales que las que trabajan a tiempo completo. En cualquier caso, también este informe destaca que las mujeres con empleos remunerados muestran menores niveles de depresión que las que no los tienen.
Beneficios también para los niños
También hay muchos trabajos que analizaron las consecuencias sobre los niños de que sus madres trabajen fuera de casa.
Una revisión de 69 estudios realizados a lo largo de medio siglo, publicada en 2010 por la Asociación Psicológica Estadounidense, señaló que los hijos de madres con trabajos remunerados no tuvieron mayores problemas ni de aprendizaje, ni de conducta, ni sociales que los demás. Por el contrario, esos niños mostraron una tendencia a obtener altos logros escolares y tuvieron índices más bajos de ansiedad y depresión. Y esto fue más notorio en familias de bajos ingresos o monoparentales.
Por otro lado, un análisis basado en una muestra de 50.000 personas de 25 países distintos reveló en 2015 que las hijas de mujeres con trabajos fuera de casa desarrollaban una educación más prolongada y más posibilidades de tener trabajo, en mejores puestos y con ingresos económicos más altos. En el caso de los hombres, no se apreció esta clase de diferencias, pero sí en relación con su presencia en el hogar: los hijos de madres con empleos remunerados dedican más tiempo al cuidado de sus propios niños y a las labores domésticas. Por eso, los investigadores a cargo de este informe ponen énfasis en que el trabajo fuera de la casa de las mujeres con hijos ayuda también, a largo plazo, a combatir las desigualdades de género que tan vigentes están todavía.
¿Todo esto quiere decir que es mejor que las madres estén en el trabajo y no con sus hijos? No. Lo que sí quiere mostrar es que hay muchos elementos positivos -además del aspecto profesional para la mujer y del económico para la familia- en el hecho de que una madre tenga un empleo remunerado.
Kathleen McGinn, profesora de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y responsable del último estudio citado, destaca que muchas mujeres en esa situación se sienten culpables porque creen que sus pequeños estarían mejor si ellas se quedaran en casa. El caso es que, según las investigaciones al respecto, cuando esos niños llegan a la vida adulta, que sus madres no hayan estado todo el tiempo en el hogar, sino parte de él en el trabajo, se presenta como una ventaja.
Trabajar fuera, tanto en horario completo como a media jornada, puede ser un remedio contra la soledad que, en muchos casos, implica la maternidad en nuestros días. La de una madre es “una vida caóticamente hermosa, pero que está llena también de muchos momentos de dudas, de miedos y de soledad, mucha soledad”, explica Inma Alcázar, realizadora del blog De crianza y otras andanzas. El empleo remunerado puede ser clave para evitar esa sensación y la tristeza, angustia y depresión que pueden sobrevenir como consecuencia.
Por último, hay que recordar el consejo de especialistas como el pediatra Carlos González: lo fundamental es que el tiempo que madres y padres pasen con sus hijos sea de calidad. Es precisamente sobre la calidad de ese tiempo compartido donde se cimienta el vínculo y el apego del niño con su madre, su padre y demás personas que estén con él.