Sustituir una ventana es una tarea costosa, según las dimensiones de la misma. No obstante, el proceso de cambio en sí entraña poca dificultad si ambas coinciden en características y medidas. Una de las claves está en la preparación: tras retirar los herrajes, fijaciones y piezas de la antigua ventana, hay que limpiar y preparar el hueco donde se colocará el nuevo elemento.
Retirar una ventana
Para desmontar una ventana, en primer lugar, hay que retirar las hojas de la misma. Para ello, se deben desatornillar los goznes o herrajes, primero los inferiores.
A continuación, se retiran las fijaciones del marco. En ocasiones, será necesario serrar los herrajes y el propio marco para dejar el hueco de la ventana libre de piezas y elementos antiguos.
Por último, hay que comprobar si el hueco de las paredes internas de la abertura está nivelado y si los ángulos son rectos. Además de utilizar un nivel o una plomada, para comprobar si todo está correcto se puede colocar de forma provisional el nuevo marco en la abertura.
Antes de colocar la ventana, hay que eliminar el polvo y restos de suciedad que hayan podido quedar en el hueco donde se instalará la misma. En este lugar se aplica una capa de masilla de albañilería y, en caso necesario, se disponen de forma transversal unas cuñas de madera sobre las cuales se asentará la ventana.
Se coloca la ventana en la abertura y, tras comprobar que está bien nivelada, se procede a fijarla. Para ello, se pueden utilizar unas tuercas, denominadas patas de sellado, o unos tornillos. Ambos tipos de herrajes deben quedar bien fijados.
Para dar más solidez al conjunto, se deben rellenar los huecos con espuma de poliuretano
Para asegurar las patas de sellado, tras fijarlas al marco de la ventana se realizan los agujeros correspondientes en la pared para encajar la mitad de las patas en ellos. Una vez colocadas, se rellena la zona con cemento rápido para que la sujeción sea resistente.
En caso de sujetar la ventana mediante tornillos, estos se colocan en una pieza similar a un taco, que se ensancha al atornillarlos y sujeta la pieza a la pared.
Para dar más solidez al conjunto y obtener un buen aislamiento térmico y acústico, se deben rellenar los huecos con espuma de poliuretano. Una vez seca la espuma, se elimina el sobrante con un cúter y se aplica una capa de yeso. Por último, se pinta la zona para igualarla con el resto de la pared.