Escribir un diario del embarazo es una actividad con numerosos beneficios y ningún inconveniente. Además de aprovechar las ventajas terapéuticas de la escritura -reduce el estrés y los sentimientos negativos, entre otras cosas- constituye una suma de recuerdos que son un regalo invalorable para el niño en camino. Este artículo ofrece detalles acerca del diario como una forma de atesorar recuerdos y de algunos de los beneficios físicos y psicológicos que su escritura conlleva, como tener menos enfados y síntomas depresivos y más creatividad. También da algunas pautas de cómo escribir un diario del embarazo.
Un diario del embarazo, una forma de atesorar recuerdos
La escritura de un diario personal se ve muy a menudo como una actividad propia de la adolescencia: un cuaderno que se cierra con un pequeño candado, en el cual se deja constancia de amores contrariados y de sueños para el futuro. Pero tener un diario no es algo exclusivo de esa etapa de la vida. Escribirlo es una actividad con muchos beneficios, algunos de los cuales se potencian durante un periodo tan especial como el del embarazo.
En primer lugar, un diario personal es una especie de cápsula del tiempo; es decir, un sitio donde quedan registrados recuerdos que, al igual que las fotos, con el paso de los años adquieren cada vez más valor. La memoria se distorsiona con el tiempo: da más lugar a algunos hechos y relega o borra otros. En general, siempre que una persona relee sus diarios escritos años atrás, se sorprende al comprobar las diferencias entre sus recuerdos de aquella época y lo que sucedía en realidad o entre la importancia que se daba (o se dejaba de dar) a ciertos acontecimientos y cómo eso se modificó después.
Además, el destinatario de esta suerte de cápsula del tiempo no es solo la persona que lo ha escrito. ¿A quién no le gustaría tener acceso a los apuntes de su propia madre cuando estaba embarazada? Los recuerdos de la gestación, junto con los anhelos, los proyectos, los temores, los sueños, etc., también son muy valiosos para que cuando crezca, ese bebé que se está formando pueda acceder a ellos. De alguna manera, el diario del embarazo puede ser un gran regalo, preparado con mucha antelación, de una madre para su hijo.
Beneficios físicos y psicológicos de escribir un diario durante el embarazo
Al redactar un diario durante la gestación no se crea solo un repositorio de recuerdos o un regalo para el futuro. Sus beneficios se disfrutan también en el mismo momento en el que se escribe. Y es que la escritura tiene propiedades terapéuticas.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) comprobó que la escritura expresiva (la que tiene por tema las experiencias y las emociones de la persona que escribe) tiene beneficios físicos y psicológicos, de los que no gozaron los que, durante la investigación, escribieron sobre otros temas.
Ese es el motivo por el cual muchos psicólogos y psiquiatras recomiendan a sus pacientes la escritura de un diario, sobre todo después de un hecho traumático. El embarazo no tiene por qué ser traumático, pero sí una etapa con inseguridades y miedos. La escritura de un diario ayuda a ordenar las ideas y los sentimientos. De este modo, los conceptos abstractos, al tener que ponerlos en palabras, adquieren mayor claridad. Escribir sobre ciertos problemas ayuda también a verlos en perspectiva y, en consecuencia, a advertir su verdadera dimensión y evitar las exageraciones.
Menos enfados y síntomas depresivos, más creatividad
Hay otros numerosos estudios que han demostrado los beneficios de la escritura expresiva. Muchos de ellos, como uno realizado por científicos de la Universidad de Houston (Estados Unidos), destacan su efecto en la disminución de síntomas depresivos y las llamadas rumiaciones, esos pensamientos negativos que la persona no se puede sacar de la cabeza y le generan malestar y frustración. En las gestantes, por cierto, estos síntomas tienen efectos muy nocivos.
Escribir un diario permite hacer catarsis. La embarazada, que debido a las alteraciones hormonales sufre frecuentes y repentinos cambios de humor, puede «librarse» de enfados y otros sentimientos negativos con el simple recurso de volcarlos al papel. Evitará, de esa manera, los problemas derivados de descargarse de ellos con la pareja, con otro familiar o amigo o, incluso, con ella misma.
Un beneficio más: la escritura expresiva estimula la creatividad. Muchos escritores, además de construir ficciones o de crear poemas, también han tenido o tienen diarios personales. La introspección y la reflexión a las que lleva esta clase de escritura fomenta el desarrollo de ideas nuevas, que luego pueden aplicarse en la vida cotidiana. Y es una forma, también, de ocupar los ratos libres, que en la etapa final de la gestación, cuando el tamaño de la tripa impide realizar otras actividades, pueden ser bastantes.
No existen mayores recetas acerca de cómo redactar un diario del embarazo. En esencia, consiste en escribir lo que se desee. Se han de contar los hechos: cómo se recibió la noticia, cómo se contó a los demás, cuáles son los síntomas, etc. Pero también tendrán mucha importancia las sensaciones y sentimientos de la mujer. Así, la escritura hará que las emociones fluyan y se plasmen en la página.
El diario, por otra parte, puede no limitarse a las palabras y convertirse en un álbum, si además de los apuntes de cada día se incorporan fotos, dibujos, entradas de cine o cualquier otro elemento que constituya un recuerdo de esos días. Tampoco aquí existen más restricciones que los propios deseos de su autora.
El soporte en el que se escribe el diario también puede variar. El modelo clásico es el papel, por lo que vale cualquier cuaderno, aunque lo recomendable es que sea del gusto de su propietaria y cómodo para transportar. En las papelerías se venden cuadernos ya preparados de forma específica para ser diarios; incluyen información variada e ilustraciones y dejan espacios o páginas en blanco para que la gestante los rellene con sus propias palabras. En su web El taller de las cosas bonitas, la mamá bloguera Mónica Diago explica cómo personalizó un cuaderno para confeccionar un diario único, especial para ella.
La otra opción es crear una bitácora en Internet, es decir, un blog. Se debe tener en cuenta que no será un diario íntimo, sino público. Aunque no tenga muchos lectores, su autora deberá saber que cualquier persona puede acceder a sus textos, por lo que tomar las precauciones correspondientes para proteger su privacidad no estará de más. En todo caso, se puede aprovechar la web para crear un diario distinto y que su autora se convierta, ya desde el embarazo, en una mamá bloguera.