La dieta no puede curar un cáncer una vez instaurado, pero sí puede prevenir la aparición de diversos tumores, como el de mama. Nuevos datos apuntan que otro cáncer muy habitual en las mujeres, el de endometrio, guarda relación con la nutrición, aunque también con la actividad física. Se trata de una dolencia muchísimo más común en países con altos ingresos, lo que lleva a pensar que quizá haya factores del estilo de vida implicados en su desarrollo. Por ello, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF, en sus siglas en inglés) y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) han llevado a cabo una extensa revisión de la literatura científica disponible al respecto. Las principales conclusiones del informe de estas dos organizaciones (cuyo objetivo principal es que población sea consciente de la importancia de los hábitos de salud) se exponen en el presente texto.
Algunos datos relevantes sobre el cáncer de endometrio
El cáncer de endometrio (la mucosa que recubre el interior del útero) es el cuarto tumor más común en mujeres. Suele afectar a mujeres posmenopáusicas y, por lo general, se diagnostica a partir de los 50 años. Por suerte se trata de un tipo de cáncer con un buen pronóstico en países desarrollados, tal y como reflejan las altas tasas de supervivencia de quienes lo padecen en estos países. Ello se debe al diagnóstico precoz, que se acompaña de un tratamiento cuya implementación no se demora. Sin embargo, esta ventaja se contrarresta, en parte, por el hecho de que en los países desarrollados muchas más mujeres no tienen hijos: el informe del WCRF/AICR detalla que no tener hijos incrementa el riesgo de sufrir este tipo de cáncer.
Exceso de peso y cáncer de endometrio: relación convincente
Los investigadores evaluaron diferentes aspectos relacionados con la nutrición y la actividad física que pueden influir sobre el riesgo de sufrir cáncer de endometrio. De todos ellos, el único que fue clasificado como «convincente» fue el exceso de peso. En cualquier caso, otros tres factores muestran una relación «probable» con este tumor: la actividad física, una dieta con una alta carga glucémica y el café, como se amplía más adelante.
El incremento del riesgo asociado al exceso de peso (que se observa tanto si se tiene en cuenta el Índice de Masa Corporal –IMC-, el perímetro abdominal o la ganancia de peso en la edad adulta) se cree que se debe a que el cuerpo segrega una serie de sustancias que pueden promover el crecimiento de las células cancerígenas, tales como hormonas, factores proinflamatorios y factores de crecimiento.
Actividad física contra el cáncer de endometrio
La actividad física puede reducir las posibilidades de sufrir este tipo de cáncer. Los beneficios de la actividad física en la prevención del cáncer de endometrio pueden atribuirse a diversos factores, uno de los cuales es que quien hace mucho ejercicio físico tiene menos posibilidades de sufrir obesidad. La buena noticia es que cualquier tipo de actividad física resulta beneficiosa para prevenir este tumor. Así, mientras realizamos las tareas del hogar, caminamos, vamos en bicicleta o si desempeñamos un trabajo activo, disminuimos las posibilidades de tener un cáncer de endometrio.
Una infografía del WCRF/AICR detalla que hasta cuatro de cada diez casos de cáncer de endometrio se pueden prevenir si se mantiene un peso saludable y se sigue un estilo de vida activo (con un mínimo de 30 minutos de actividad física cada día). A ello habría que añadir el efecto del tabaquismo (que incrementa el riesgo de forma clara) y el de la alimentación.
Cáncer de endometrio: alimentación para prevenirlo
Como una alimentación saludable disminuye el riesgo de sufrir obesidad, se puede concluir que protege de forma indirecta del cáncer de endometrio. En cualquier caso, de los diversos factores dietéticos aislados analizados por el WCRF/AICR, solo mostraron una relación «probable» la carga glucémica y el café. Por una parte, los estudios revelan que quien toma café presenta menos riesgo de padecer la enfermedad. No obstante, el WCRF/AICR considera que no existe suficiente información como para recomendar el consumo de café como medida de protección.
Por otra parte, la carga glucémica aumenta el riesgo de sufrir esta dolencia. La carga glucémica es una medida que indica la cantidad de glucosa disponible para utilizar o almacenar tras la ingesta de un alimento que contenga carbohidratos. Así, una dieta con una alta carga glucémica se traducirá en altas cargas de glucosa sanguínea que, si no es utilizada, se almacenará. Ello aumenta, además, nuestros niveles de ciertas sustancias que estimulan la división de las células cancerígenas o que incrementan la oxidación celular.
En cualquier caso, el panel de expertos que ha elaborado el informe apunta que la evidencia que relaciona la carga glucémica con el cáncer de endometrio proviene de países desarrollados, en los que una gran proporción de los carbohidratos consumidos provienen de alimentos ricos en azúcares (como los refrescos) o de alimentos muy procesados. Para reducir el riesgo, hay que disminuir al máximo nuestra ingesta de tales alimentos. Por otra parte, no se observó relación entre el cáncer de endometrio y otros factores analizados, como el índice glucémico, la ingesta de té, soja o de carne roja o el consumo de multivitamínicos.