El auge de los nuevos alimentos

Bruselas podría simplificar y facilitar las condiciones que actualmente regulan la entrada de nuevos alimentos en la UE
Por Marta Chavarrías 9 de agosto de 2007

La regulación de nuevos alimentos en la UE, introducida en 1997 y todavía aplicable, requiere que cualquier alimento considerado «exótico» cumpla con estrictas condiciones de seguridad antes de que se introduzca en el mercado europeo. Ahora, la Comisión Europea baraja la posibilidad de facilitar estas condiciones, algo que acoge con impaciencia buena parte de la industria alimentaria. Está previsto que el nuevo proyecto de propuesta legal pueda presentarse al Parlamento Europeo en otoño.

Introducir en la UE un alimento por primera vez requiere que se apliquen las condiciones que establece el reglamento sobre Nuevos Alimentos de la UE. Fruto no sólo del avance de la tecnología sino también de la globalización, los alimentos considerados nuevos comparten un mismo patrón, y es que para que puedan comercializarse y consumirse en la UE debe someterse a un riguroso procedimiento de evaluación y aprobación. La norma, que distingue cinco categorías de productos, en función de la tecnología aplicada o del origen de alimentos y de sus ingredientes, atribuye a las autoridades responsables de seguridad alimentaria de cada país un papel fundamental en todo este procedimiento.

Conseguir que un alimento nuevo entre en la UE es más que una tarea complicada. Cuando un país somete a evaluación un producto, debe enviar su propuesta a los demás Estados miembro para que emitan su conformidad. En caso de no lograrlo, se recurre al Comité Científico para la Alimentación Humana (SCF), organismo superior en materia de seguridad alimentaria designado por la Comisión Europea. Sus expertos examinan los aspectos científicos y técnicos relativos a la salud y la seguridad alimentaria, y estudian aspectos como la toxicidad e higiene de toda la cadena de producción.

Todo este proceso se percibe, especialmente por los terceros países, como una importante «traba en el comercio de alimentos tradicionales», algo que ha identificado la UE y por lo que trabaja para resolver. Según los primeros trabajos, los controles que se aplican actualmente se podrían adaptar mejor a distintos tipos de alimentos y se podría facilitar la entrada de productos nuevos.

Un largo camino

La aprobación de un nuevo producto se somete a varios organismos de seguridad

No sólo alimentos, sino también ingredientes como los fitoesteroles, son algunas de las novedades alimentarias que incluye el Reglamento de la CE 258/97, así como algunos organismos modificados genéticamente (OMG), que ya han sido incluidos y autorizados como alimentos o ingredientes alimentarios nuevos. Este reglamento se aplica a los alimentos o ingredientes con una estructura molecular primaria o formados por microorganismos, hongos o algas o los que el valor nutritivo, metabolismo o contenido de sustancias indeseables han sido modificados durante el proceso de producción. No se aplica, en cambio, a los aditivos alimentarios, los aromas ni los disolventes de extracción.

En 1972 el Grupo Asesor sobre Proteínas de las Naciones Unidas (PAG/UNU) redactó las Pautas para realizar pruebas sobre complementos alimenticios combinados en las personas. Estas pautas, revisadas y reeditadas en 1983, definían los «nuevos alimentos» como aquellos que aún no habían sido consumidos por el ser humano. Además se identificaron las principales categorías para evaluar la inocuidad de los nuevos alimentos, así como algunos de los problemas que se presentan para comprobar su seguridad.

FRUTAS EXÓTICAS

Img teLas frutas consideradas exóticas como el mango, la papaya y la granada y el té blanco han tenido durante el año 2006 una gran acogida por los consumidores europeos, que los asocian a productos «sanos», «de moda». Otras frutas, como el pomelo, la guayaba, el guaraná o el goji les siguen muy de cerca, según datos del Centro para el Desarrollo Culinario (CCD, en sus siglas inglesas). En Europa, el consumo de este tipo de productos ha aumentado en un 26% entre 2001 y 2004, según un estudio estadounidense. Este tipo de frutas combinan, según los expertos, las ventajas «de la calidad» con las de la «salud», y la tendencia es que su consumo continúe creciendo en los próximos años.

Lo mismo que ya ha pasado con productos como el vino, el café y el chocolate pasa ya con productos como el té, especialmente el blanco, cuyas peculiaridades facilitan que pueda utilizarse como condimento de numerosas maneras. Buena parte de este crecimiento lo explica el hecho de que los consumidores buscan cada vez más «experiencias gustativas nuevas».

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