Las etiquetas de los alimentos nos dan información valiosa, pero también nos pueden confundir. Por ello, antes de elegir un producto, debemos observar el alimento en su conjunto para considerar si es saludable (por ejemplo, un tomate) o insano (por ejemplo, unas galletas) porque a veces nos centramos tanto en la etiqueta que perdemos de vista el alimento en sí. Si estamos ante un producto envasado, es importante no dejarse guiar por la información accesoria (dibujos, reclamos, colores…) y leer con detenimiento tres aspectos: la denominación de venta, los ingredientes y la información nutricional. Tampoco hay que olvidarse de la duración (si tiene fecha de caducidad o consumo preferente), el peso y el origen.
¿El envase de un alimento está lleno de mensajes por delante y detrás? No te agobies. Lo primero que debes saber es que la información más importante de un producto se muestra, generalmente, en la parte trasera. Mientras, el frontal acumula numerosos reclamos para hacerlo más atractivo para el consumidor.
Imagen: Eroski Consumer
Imagen: Eroski Consumer
Elementos del envase que nos pueden confundir
En el envase hay elementos que nos pueden generar dudas o confundir. Veamos algunos ejemplos:
1. Volumen contra peso. Productos como las patatas fritas ocupan mucho volumen en relación con el peso. En este caso, no se trata de un engaño. Lo que ocurre es que se envasan en atmósfera modificada: se introducen gases inertes e inocuos, como nitrógeno, para evitar que el producto se ponga rancio y que se aplaste.
2. Palabras vacías. En algunos panes de molde, por ejemplo, se lee “rebanada estilo artesano”. Con esta frase, podemos interpretar que el producto es artesano, cuyo uso esta reglamentado, pero lo que en realidad indica es que la rebanada tiene ese estilo; un truco para no tener que cumplir la legislación sobre el pan.
3. ¿Qué quiere decir “ligero”? Cuando vemos las palabras “light” o “ligero”, debe especificarse el nutriente al que se refiere ese reclamo: por ejemplo, sal, azúcar, grasa… Quiere decir que su contenido es al menos un 30 % menor que en la versión “normal” del mismo alimento.
4. Como medicinas. Muchos envases incorporan declaraciones de salud (“ayuda a tu sistema inmune”). No significa que el alimento aporte cualidades únicas, sino que las vitaminas añadidas (que se pueden encontrar en otros productos) se asocian con esos beneficios.