Imagen: Javier Lastras
El fucus vesiculosus, el wakame o la espirulina son algas que forman parte de los ingredientes de muchos productos milagro que prometen rápidas pérdidas de grasa corporal en poco tiempo. Las algas forman parte de la alimentación tradicional de las poblaciones asiáticas desde hace miles de años y en las últimas décadas están siendo objeto de numerosas investigaciones que pretenden aportar solidez científica a sus indudables virtudes, tanto nutricionales como farmacológicas.
No obstante, aún es temprano para afirmar que son una ayuda en los tratamientos para adelgazar. Además, es una realidad que ingeridas como suplementos dietéticos en forma de pastillas, sin prescripción facultativa, pueden provocar peligrosos efectos secundarios.
Algas marrones con propiedades curativas
Se ha investigado, hablado y escrito mucho sobre los beneficios de la dieta asiática, que consiste sobre todo en cereales, legumbres y hortalizas. A pesar de que la soja ha centrado la atención de numerosos centros de investigación en todo el mundo, las algas ganan terreno y ostentan ahora su papel beneficioso dentro de los hábitos alimentarios, sobre todo de los habitantes del sudeste asiático.
La calidad de los productos fabricados a base de espirulina aún es incierta, al igual que su eficacia y su seguridad
Se ha observado de una manera científica la manera de comer de esta población y el estado de salud de la población, en general, dando lugar al estudio de las propiedades de las algas, en concreto el de las algas marrones, con interesantes hipótesis en el campo de la prevención y curación de la obesidad. Aunque, por el momento, todo se basa en ensayos con animales. En este sentido, en un reciente estudio publicado en el «Asian Pacific Journal of Clinical Nutrition» se ha demostrado cómo la fucoxantina, el pigmento carotenoide que le da el color característico a la alga wakame («Undaria pinnatifida»), disminuye el peso producido por el incremento de la grasa abdominal de ratones obesos y diabéticos.
Con este experimento, que aún tiene que pasar diferentes fases hasta llegar a realizarse en humanos, se ha observado cómo la fucoxantina actúa estimulando la producción de una proteína, la UCP1, la cual aumenta la oxidación de la grasa que rodea las vísceras, por lo que se reduce la grasa abdominal y se atenúa la ganancia de peso corporal total. Además de este mecanismo de actuación, parece ser que los ratones alimentados con fucoxantina experimentaron un incremento sustancial de la producción hepática de ácido docohexanoico, DHA.
Éste es uno de los más importantes ácidos grasos poliinsaturados omega-3 clasificados como funcionales por los beneficios que aportan a la salud cardiovascular, ya que reducen el colesterol LDL. Los investigadores de la Hokkaido University de Japón, autores del estudio, apuntan a la fucoxantina como un importante carotenoide bioactivo, con efectos antiobesidad y que en el futuro podría ser beneficioso en la prevención del síndrome metabólico.
Pros y contras del Fucus vesiculosus
El fucus (Fucus vesiculosus) es una alga parda que puede alcanzar entre 30 y 90 cm de longitud. Como queda expuesto en el informe exclusivo publicado por CONSUMER EROSKI sobre productos milagro para «perder peso», el uso común del fucus vesiculosus como complemento de las dietas de adelgazamiento se basa principalmente en tres de sus componentes.
Se utiliza en primer lugar por su abundancia en yodo, que supuestamente estimula el metabolismo al actuar sobre la glándula tiroidea; también por su riqueza vitamínica, que sirve de suplemento en dietas muy bajas en calorías; y, por último, debido a su contenido en algina, sustancia mucilaginosa que se hincha y proporciona sensación de plenitud, reduciendo el apetito.
La actividad como estimulante tiroideo no está lo suficientemente argumentada y, además, el uso sin prescripción médica de complementos dietéticos que contienen fucus ha dado lugar a casos documentados de efectos secundarios peligrosos; concretamente casos clínicos de hipertiroidismo provocado por el uso de pastillas de Kelp («Fucus vesiculosus») para adelgazar. La glándula tiroides puede tolerar relativas fluctuaciones en los niveles de yodo y no hay en la actualidad evidencia de que al incrementar los niveles de yodo, en individuos que no tengan una deficiencia tiroidea, se produzca efecto alguno en la pérdida de peso.
Espirulina, fenilalanina y saciedad
El alga espirulina («Spirulina máxima») es una alga unicelular que crece y se multiplica en aguas naturales en un medio alcalino. Tiene forma de espiral (de ahí su nombre) y es de color azul verdoso, por la presencia de clorofila -que le da el color verde- y de ficocianina -pigmento que le da tonalidad azulada.
A pesar de su gran simplicidad biológica, esta alga es capaz de sintetizar sustancias nutritivas que son almacenadas en su interior y entre las que destacan las proteínas de elevado valor biológico: entre cinco y siete g por 100 g de producto en el alga fresca, y entre 55 y 65 g por 100 gr, en la deshidratada. Si se tiene en cuenta que casi 20 de cada 100 g de carne son proteínas, se puede considerar la espirulina como una excelente fuente de este nutriente.
La fenilalanina es un componente de las proteínas, un aminoácido esencial que contiene la espirulina y por el que se le atribuyen, en parte, sus propiedades adelgazantes. El Department of Gastroenterology del St Bartholomew’s Hospital, en Londres, ha sido uno de los centros de investigación que ha estudiado en humanos el efecto sobre el apetito de la administración de fenilalanina en la dieta.
Este aminoácido, concretamente en su forma química denominada L-fenilalanina, es capaz de aumentar los niveles de colescistocinina (CCK), una hormona con una importante responsabilidad sobre la sensación de saciedad en el hipotálamo, el centro cerebral de la saciedad. Las personas a las que, en experimentación, se les administró este aminoácido comieron menos y además se sintieron más saciadas que otros individuos que no habían tomado la L-fenilalanina.
No obstante, aún quedan muchos cabos sueltos hasta encontrar y evidenciar el nexo entre la espirulina y la pérdida de peso. Según un artículo llevado a cabo por investigadores del Harvard Medical School, en Boston (EE.UU.) y publicado en el «American Family Phisician», la calidad de los productos fabricados a base de esta sustancia es incierta, al igual que su eficacia y su seguridad. De hecho, en 1981 la Food and Drug Administration estadounidense, FDA, declaró a la espirulina como inefectiva en los tratamientos de pérdida de peso.
Con un papel central en la cocina oriental, las algas se han extendido a otras culturas a medida que se ha generalizado el conocimiento sobre sus propiedades nutritivas y a la vez se van apreciando, en cada vez más países, sus cualidades gustativas. Tienen cierto carácter saciante por su composición en alginatos y mucilagos, que absorben agua y aumentan su volumen produciendo mayor sensación de plenitud. Como complemento de ensaladas, sopas y salteados de verduras en platos hipocalóricos resultan perfectas, ya que añaden un agradable sabor salado característico, más fuerte o más suave según la variedad.