Leches infantiles disociadas: día y noche

Cambios concretos en la composición nutritiva de las leches infantiles influyen de manera positiva en los procesos de sueño de los recién nacidos
Por Maite Zudaire 31 de octubre de 2008
Img bebe biberon

Investigadores del Departamento de Fisiología de la Universidad de Extremadura y de la Universitat de les Illes Balears (UIB) han realizado dos estudios sobre el uso de leches disociadas, con diferente composición en unos determinados nutrientes según si se administran durante el periodo del día de luz o a partir de la tarde-noche, con el objetivo de mejorar los ritmos biológicos de los lactantes. Los resultados apuntan que los cambios en la composición de las leches infantiles pueden ayudar a regular los ciclos de sueño/vigilia de los bebés.

La imagen de unos padres agotados durante el día porque han tratado de consolar durante la noche a un bebé con un llanto continuo resulta relativamente común. A menudo, los progenitores tratan de resolver el malestar del pequeño de forma inadecuada, ya sea meciéndolo en brazos o dándole tomas de alimento en momentos en los que no le corresponden. El resultado es un niño con el «sueño cambiado», que duerme más durante el día y permanece más tiempo en vigilia durante la noche.

Es importante que los padres estén instruidos en aspectos cotidianos relacionados con los ritmos biológicos de los bebés recién nacidos, como las fases de sueño/vigilia, que a su vez están sincronizadas por otros factores rutinarios como la toma del alimento, los cuidados higiénicos, el ambiente de luz-oscuridad y los ruidos. Los expertos en pediatría insisten en que es importante respetar estos ritmos circadianos del recién nacido como mínimo durante el primer mes de vida.

Ahora, investigadores del Departamento de Fisiología de la Universidad de Extremadura y de la UIB han realizado sendos estudios sobre el uso de leches disociadas en su composición nutritiva para mejorar los ritmos biológicos de los lactantes. Las leches en cuestión contenían diferente composición de nutrientes concretos según se administraran durante el periodo del día de luz o a partir de la tarde-noche. Los investigadores comprobaron que la diferencia de composición en nutrientes de las leches infantiles influye de manera significativa en los procesos de sueño de los recién nacidos.

Leches infantiles disociadas

Los lactantes que recibieron la fórmula enriquecida con triptófano durante el periodo de oscuridad mostraron mejoras en los parámetros de sueño

La alimentación en las primeras etapas de la vida tiene una gran influencia en la salud, en el bienestar y el desarrollo de enfermedades o trastornos a corto plazo (también en la edad adulta). Gran parte de los bebés tiene problemas para conciliar el sueño durante toda la noche, y esta situación se observa sobre todo en el momento del destete, es decir, en el paso del amamantamiento materno a biberón.

Los estudios sobre la composición de la leche materna han permitido conocer que, además de los nutrientes elementales para el óptimo crecimiento del lactante, contiene una composición que va variando según el momento de la toma (más grasa al final de la toma para saciar más) y según el momento del día (más sustancias que promueven el sueño por la tarde-noche).

Tomando como patrón la leche materna, laboratorios farmacéuticos y la industria alimentaria centran sus esfuerzos en desarrollar nuevas y mejores leches infantiles, tratando de acercarse al máximo en sus formulaciones a la composición nutricional de la leche materna. Publicaciones especializadas como «Nutritional Neuroscience» y «Neuro Endocrinol Lett» se hacen eco de los estudios llevados a cabo por los dos centros de investigación españoles sobre el asunto. Se trata de averiguar qué efecto puede tener la nutrición infantil en la consolidación de los ritmos sueño/vigilia.

Los investigadores se basan en las variaciones circadianas de la composición nutricional de la leche materna, así como en la implicación de los distintos nutrientes de la leche en los procesos de sueño/vigilia de los bebés. En ambas investigaciones, las leches administradas durante el día contenían menores niveles de triptófano y carbohidratos; justo lo contrario a las que denominaron «leches de noche», que concentraban mayores dosis de estos nutrientes.

Leche especial para dormir

En concreto, la universidad balear llevó a cabo un experimento doble ciego durante tres semanas. En un primer control, se administró a los bebés leche infantil comercial con una composición estándar (1,5% triptófano). En un segundo control, se les dio leche enriquecida en triptófano (3,4% triptófano) durante el día (06:00-18:00 horas) y en un tercer control se les administró la leche enriquecida en triptófano durante el periodo de oscuridad (18:00-06:00 horas).

Los resultados del experimento indican que los lactantes que recibieron la fórmula enriquecida con triptófano durante la tarde-noche (periodo de oscuridad) mostraron mejoras en los parámetros de sueño estudiados (duración y profundidad del sueño), mientras que no se observaron diferencias en los otros dos tipos de lactancia (la toma con una composición estándar y la enriquecida en triptófano durante el día).

El análisis de la orina de los bebés registró, asimismo, más metabolitos de serotonina tras el consumo de leches enriquecidas en triptófano durante la noche, lo que sugiere un aumento de la utilización de este neurotrasmisor para la síntesis de melatonina. El triptófano favorece la síntesis de serotonina, sustancia que a su vez se transforma en melatonina, que regula el sueño y conduce a un sueño más profundo y reparador. El estudio concluye que, en efecto, los cambios en la composición de las leches infantiles pueden ayudar a mejorar los ciclos de sueño/vigilia de los bebés.

CRONONUTRICIÓN

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El ritmo de sueño-vigilia está directamente asociado con la concentración de melatonina, hormona secretada por la glándula pineal, que desempeña, entre otras funciones, la de favorecer la inducción del sueño. Diversas investigaciones en humanos, más numerosas entre adultos, han demostrado que un aumento de la ingesta del aminoácido triptófano (abundante en leche, huevos, pescados y carnes), precursor a su vez de la serotonina, incrementa los niveles de este neurotransmisor.

Además, cuando la ingesta de triptófano se produce poco antes de comenzar el periodo de oscuridad -al atardecer-, los niveles de serotonina aumentan durante la noche y también se elevan los niveles de melatonina sintetizada a partir de serotonina. A partir de estos resultados, los investigadores han acuñado el término “crononutrición” para indicar que la elección de los alimentos que se ingieren según el momento del día y de la noche puede contribuir de forma significativa al funcionamiento correcto de los ritmos biológicos del organismo.

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