Quien disfrute con la cocina no tendría que dejar pasar la ocasión de lucirse en las próximas fiestas con una preparación tan rica y vistosa como el pan casero con frutos secos y frutas desecadas. Los panecillos con frutas desecadas pueden presentarse de muchas maneras: como base de tostadas dulces con miel, para untar elementos cremosos, como el aguacate o el tomate maduro de temporada… También se puede servir foie sobre las tostas de pan, utilizarlas como soporte de unos canapés de salmón ahumado y una larga lista de elaboraciones. Te contamos cómo hacer estos panecillos deliciosos.
La receta base del pan casero es muy sencilla. Sí es un poco larga en su elaboración, porque la masa necesita reposo y tiempo de fermentación, pero el proceso merece la pena por el resultado.
Para elaborar el pan se necesitan unas tres horas, pero no siempre hay que estar pendientes de la masa, ya que el tiempo entre fermentación y fermentación se puede dedicar a otras actividades. Solo habrá que controlar los tiempos de fermentación y de cocinado.
Masa de pan casero: receta básica
Para elaborar la masa de pan se precisan los siguientes ingredientes: 350 g de harina de fuerza, 15 g de levadura prensada, 200 ml de agua templada y una pizca de sal.
➡️ Preparar la masa madre
El primer paso es preparar la masa madre. Para ello, hay que diluir los 15 g de levadura en un poco de agua templada y mezclarla con un poco de harina (más o menos, el 10 % del total). Es decir, si se usan 350 g de harina para la receta, con 35 g es suficiente.
Lo fundamental es que sea harina de fuerza, que tiene un alto contenido en gluten. Esto hará que la masa suba más y quede tierna. La masa madre se deja reposar en un sitio tibio hasta que se forme una bola esponjosa.
➡️ Mezclar los ingredientes
En un barreño o bol amplio, coloca el resto de la harina y una pizca de sal, y agrégale poco a poco el agua. Hay que mezclar los ingredientes a mano hasta que la masa sea homogénea y se empiece a despegar de las paredes del recipiente.
Después, hay que poner esta masa sobre una superficie lisa (la mejor opción es una encimera de granito o de acero inoxidable) y juntarla con la bola de levadura fermentada. Se golpea, voltea y amasa el conjunto para que entre aire y se convierta en una masa fina y elástica.
En este paso, es importante espolvorear un poco de harina por encima para evitar que la masa se pegue y lograr que la manipulación sea más sencilla. Sabrás que tiene la consistencia apropiada cuando consigas una bola elástica y fina, capaz de recuperar su forma cuando se presiona con el dedo.
➡️ Dejar fermentar
Coloca la masa en un recipiente amplio (hay que tener en cuenta que, al fermentar, crecerá), hazle un corte en forma de cruz sobre la superficie de la masa y tápala con un trapo un poco humedecido.
La temperatura idónea de fermentación es de unos 22 ºC, y el tiempo aproximado de este proceso puede rondar una hora. Es necesario esperar hasta que la masa duplique su tamaño y la cruz de la superficie haya desaparecido. Cuando esto suceda, hay que repetir el proceso: romper la masa, amasar otra vez para que pierda esponjosidad (y volumen) y dejar reposar durante otra hora más.
Cuando la masa haya fermentado por segunda vez, ya se podrán preparar los panecillos, dándoles la forma deseada —como bollitos o barras— para hornearlos después. Es en este momento cuando se pueden agregar los frutos secos o las frutas desecadas.
Panecillos de frutas desecadas, frutos secos y más
A la hora de combinar, tenemos muchas opciones. Estas son algunas sugerencias:
- Pan de nueces y pasas. En el último amasado, añade los trocitos de nueces peladas y uvas pasas sin pepitas, de manera que queden distribuidos por toda la masa de pan. Este pan es muy apropiado para entrantes y para servir con patés y foie. Su aroma y sabor aportan toques muy sutiles a esta combinación.
- Pan de tomates secos y aceitunas. Agrega a la masa trocitos de tomates secos ligeramente rehidratados y luego escurridos, además de trocitos de aceitunas negras. Esta combinación hará de este pan un acompañamiento excelente para el picoteo. También se pueden añadir unas hierbas aromáticas, como tomillo o romero.
- Coca de piña desecada con albaricoques y trocitos de ciruelas. Se presenta en forma de masa de pan extendida y aplanada para que el horneado sea rápido. Hay que darle un toque de aceite de oliva en el momento de hornear. También se puede combinar con trocitos de jamón, salmón ahumado o panceta para el contraste de sabores. Y en la superficie está la posibildiad de agregar unos trocitos de pipas de girasol peladas.
- Pan de avellanas, ciruelas y trocitos de chocolate. Este pan se convierte en postre con el que acompañar alguna confitura casera. También se puede comer solo, con una taza de chocolate caliente.
- Panecillos de almendras tostadas con orejones de melocotón y una cerveza negra. En el momento de hacer la última mezcla se añaden las frutas secas y las almendras y un poco de cerveza negra para que tenga un toque amargo que combine con el dulce. Son idóneos para rebañar los platos salseros de carne. En la superficie se pueden poner trocitos de pipas.
Cómo terminar de montar los panes
Una vez que los panecillos están personalizados, hay que darles la forma definitiva y colocarlos sobre la bandeja de horno tapados con un paño húmedo, para dejar que fermenten de nuevo a 22 ºC hasta triplicar su volumen (por ello es importante ponerlos separados entre sí).
Calienta el horno a 220 ºC, tanto el suelo como el techo. Y cuando alcance la temperatura indicada, moja un poco la parte inferior del horno a fin de producir vapor en el interior.
En cuanto esto pase, baja la temperatura a 200 ºC e introduce la bandeja con el pan. Es muy importante no abrir la puerta durante el proceso de cocción, sobre todo en los primeros 20 minutos, para que el pan quede esponjoso.
- 👉 En función del tamaño de los panes, el tiempo de horneado puede durar: entre 45 minutos para los pequeños y medianos, y 90 minutos cuando sean hogazas y panes más grandes. Una vez que esté listo el pan, hay que sacarlo del horno y dejar enfriar antes de trocear.