Preparar recetas de repostería con frutas no es un gran desafío. Pero ¿qué decir de los platos salados? Algunas recetas mejoran mucho cuando incorporamos un toque frutal, y no solo de sabor y de aspecto. También su perfil nutricional se vuelve mucho más interesante, ya que las frutas son un alimento saludable que aporta vitaminas y otros nutrientes muy importantes y beneficiosos para la salud. A continuación se dan una serie de recetas donde las frutas combinan de maravilla con las recetas saladas.
Las frutas son fundamentales en la dieta por múltiples motivos: proporcionan valiosos nutrientes, son fuente de fibra y antioxidantes, contienen vitaminas y minerales, y ayudan a mantener una correcta hidratación. El problema es que no siempre tienen suficiente presencia en los menús. A menudo (y no siempre), las frutas se relegan al momento del postre y olvidamos que también pueden formar parte de los platos principales en la comida y la cena.
La fruta aporta colores llamativos y texturas novedosas, incluso a los platos más sencillos. Manzana con queso brie, tostas con rodajas de plátano, fresas en las ensaladas, brochetas multicolores acompañando alguna carne… El único límite lo marcan la imaginación y el paladar. Si, además, usamos fruta de temporada, fresca y en su punto de madurez, conseguiremos que una misma receta varíe según la estación del año en la que nos encontremos. Todo el plato cambiará de sabor y será una experiencia nueva para el paladar.
1. Salmón marinado con aguacate y piña
Picamos un lomo de salmón fresco sin piel ni espinas en cuadraditos pequeños (como para comer dos de un solo bocado) y marinamos en un recipiente con unas cucharadas de zumo de piña y un par de cucharadas de salsa teriyaki. Dejamos que repose en el frigorífico durante unos 30 minutos.
Mientras, troceamos 100 gramos de piña natural y un par de aguacates pelados del mismo tamaño que los trocitos de salmón.
Con un poco de los jugos del marinado, aligeramos 50 gramos de mayonesa que colocaremos en la base de unas cucharillas de servicio. Sobre la mayonesa ponemos el salmón marinado y escurrido, acompañado de trocitos de aguacate y piña. Decoramos con unos trocitos de cebollino fresco y unas gotitas de aceite de oliva virgen extra.
2. Ensalada de garbanzos y naranjas
Lavamos y troceamos un tomate de ensalada grande y maduro. También pelamos y troceamos una naranja, dejándola sin nada de la piel blanquecina que la recubre, y la cortamos en cuadraditos regulares. Picamos una cebolleta fresca. Agregamos cuatro cucharadas de aceite de oliva, dos cucharadas de vinagre balsámico, el zumo de una naranja y una pizca de sal. Y dejamos macerar esta base de la ensalada durante 30 minutos.
Utilizamos garbanzos cocidos en conserva. Antes de incorporar las legumbres en la ensalada, las escurrimos y aclaramos con agua, las aliñamos con un diente de ajo pelado y cortado en brunoise (cuadraditos muy pequeños) y una cuchara de aceite de oliva con una pizca de sal. Servimos la base de garbanzos con el aliño de tomate, naranja y cebolleta, escurrido de la maceración.
Batimos ligeramente los jugos de la maceración y aliñamos con unas gotitas de estos jugos la ensalada de garbanzos. Se puede también calentar en un cazo para que reduzca su volumen mediante la evaporación y conseguir una textura caramelizada de estos jugos, obteniendo una vinagreta templada y cremosa.
3. Pappardelle con pera y queso gorgonzola
Cocemos 300 gramos de pasta en abundante agua hirviendo con una pizca de sal. Cuando esté al dente (cocida pero con un punto crudo en el centro), tras unos seis minutos, la refrescamos bajo un chorro de agua, escurrimos y añadimos un poco de aceite de oliva virgen.
Mientras, vamos pelando y troceando en cuadraditos 100 gramos de cebolla y un diente de ajo, y cocinamos a fuego suave en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva. Una vez salteada la cebolla, agregamos dos peras peladas y troceadas, subimos la intensidad del fuego y salteamos la verdura con la pera. Cuando esté dorada la superficie de la pera, vertemos sobre el salteado un vaso de nata líquida para cocinar y 100 gramos del queso gorgonzola.
A fuego medio dejamos que se forme la salsa con la cebolla y pera, añadimos una pizca de albahaca fresca recién troceada, agregamos los pappardelle, removemos para que se impregnen de la salsa y servimos al momento con 50 gramos de trocitos de queso gorgonzola por encima.
4. Hamburguesa de ternera con bacón y manzana
Primero preparamos la mezcla de carne para la hamburguesa. Para ello pelamos y picamos finamente un diente de ajo en brunoisse (en cuadraditos pequeños) junto con unas hojas de perejil. Remojamos la miga de pan en leche para que se forme una masa cremosa. Mezclamos 400 gramos carne picada de ternera con el ajo, el perejil y la masa de leche y pan, removemos y ponemos a punto de sal y pimienta. Repartimos la mezcla en ocho partes y formamos las hamburguesas.
Acompañamos las hamburguesas con manzana y bacón. Pelamos un par de manzanas y las cortamos en trocitos regulares. Cortamos el bacón también en pequeños taquitos. En una sartén antiadherente, salteamos los trocitos de bacón y cuando comiencen a dorarse en su propia grasa, agregamos la manzana troceada, damos un toque de sal y una pizca de azúcar y dejamos que se cocinen a fuego suave durante 10 minutos.
Cocinamos las hamburguesas en una superficie antiadherente, bien en una sartén o una plancha de cocina, con unas gotas de aceite. La cocción se hace a fuego medio durante unos cuatro minutos por cada lado.
Abrimos los panecillos de hamburguesas, tostamos la parte interna con un toque de calor en la plancha o sartén antiadherente, colocamos la hamburguesa y sobre ella el salteado de manzana y bacón. Podemos añadir una salsa de tomate casera o salsa kétchup de calidad.
5. Magret de pato con manzana, melocotón y pera
Para cocinar el magret, salamos el exterior y realizamos una serie de incisiones en forma de cuadrícula en la piel, sin llegar a cortar la carne. Cocinamos la parte de la piel en una sartén antiadherente previamente calentada, hasta que se funda parte de la grasa y quede una costra dorada y reducida a un tercio de su tamaño.
A continuación, retiramos la grasa fundida de la sartén, marcamos ligeramente la parte de la carne, hasta que se selle el magret para no perder sus jugos. Terminamos de cocinar en el horno a 180 ºC, hasta que el interior del magret alcance 65 ºC. Entonces retiramos del calor, dejamos que repose durante cinco minutos y fileteamos en rodajas gruesas, de manera que quede rosado y jugoso en su interior.
Acompañamos de unas frutas asadas que elaboramos en una fuente de horno, en la que disponemos una manzana, un melocotón y una pera, todas ellas peladas, cortadas en cuartos y sin pepitas. Espolvoreamos con dos cucharadas de azúcar, el zumo de medio limón y medio vaso de agua en la base de la fuente de las frutas e introducimos en el horno a 200 ºC durante 40 minutos. De vez en cuando removeremos para que se asen de forma regular y cocinaremos hasta que tomen color uniforme y estén asadas las frutas.
En el momento de servir, troceamos y regamos con el propio caramelo que se habrá formado durante el asado, que dará un contrapunto dulce al magret de pato.