Preparar una cena romántica para la noche de San Valentín es un plan estupendo -incluso, económico- que permite disfrutar con la pareja de un momento de intimidad. Sin embargo, en el intento de crear una atmósfera y un menú especiales para el ‘Día de los enamorados’, podemos cometer ciertos errores que, a su vez, nos pueden estropear la velada. Por el contrario, una cena rica, ligera y que incluya alimentos afrodisíacos -aunque no haya certeza sobre la potencialidad de estos últimos- ayudará a disfrutar de un momento memorable sin contratiempos. A continuación se ofrecen varias sugerencias para acertar en la elección de los alimentos cuando el objetivo es disfrutar de una cena especial.
Cena rica, bonita y especial: ideas prácticas para acertar
Preguntar a la pareja si hay algún alimento que no tolera bien, que le produce cierta indigestión o malestar es un acierto en un momento como este. El objetivo no solo es disfrutar de la cena y de la buena compañía, sino también que aquello que se coma y se ha preparado con tanto esmero sea lo más adecuado, digestivo y conveniente. En ese sentido, la calidad ha de ser el eje en el que gire la preparación de las recetas, los jugos y los condimentos. Agasajar a la pareja con una cena copiosa, o calórica, o que provoque gases puede estropear el resto de la velada, por muy deliciosos que sean cada uno de los platos.
Para permitirse un par de copas sin efectos secundarios conviene tener el estómago lleno, por lo que la comida, aunque ligera, debe ser suficiente. Los siguientes alimentos se sugieren para que formen parte del menú en alguna de las recetas (entrantes, primeros y segundos platos, postres) por sus distintas cualidades:
- Digestivos por naturaleza. Los germinados, además de dar contraste de color y textura a ensaladas o sopas, son ricos en enzimas digestivas, por lo que también están recomendados de manera especial. A este efecto favorecedor de la digestión se suman los alimentos con sabor ácido suave, como las verduras apenas fermentadas (chucrut, cebolleta, nabo, rábano, zanahoria, etc). El entrante de ensalada de kiwi y soja con langostinos es ligero y sabroso y predispone a una mejor digestión. La lechuga se puede sustituir por escarola fresca de la huerta, en plena temporada.
- Alimentos que «cortan» los gases. Las verduras verdes con un toque amargo están indicadas para activar la función digestiva, en especial, la hepática. Esto redunda en menos gases y mayor facilidad para digerir las grasas, las proteínas y el alcohol. En esta temporada están frescas, jugosas y muy disponibles las escarolas, las endibias o el cardo. Los beneficios de estos vegetales serán mayores si se sirven crudos o apenas cocinados (un escaldado es suficiente). Un plato con el cardo como protagonista es ligero. Se puede hacer una ensalada con él o una sopa calientepara templar el estómago.
- Un segundo plato «vegetariano». Las llamadas «carnes vegetales» como el seitan, el tempeh, la proteína de soja texturizada o incluso el tofu, se convierten en el ingrediente principal de este plato para gustos y apetencias más vegetarianas. Una receta sencilla a la par que vistosa es la de quinua estofada con seitan y maíz.
- De segundo: pescado y marisco mejor que carne. Incluso los paladares más «carnívoros» han de ser condescendientes y acomodarse con gusto y con placer a un plato de pescado o marisco en esta caprichosa cena. Unos langostinos bien frescos resultan un bocado exquisito si se sirven a modo de carpaccio, al igual que el tartar de atún, según apetencias y gustos. Como plato principal se puede optar por el pescado que esté al mejor precio, siempre que mantenga su calidad. Originales y sorprendentes son las recetas que, aunque simples en sus elaboraciones, se salen de lo convencional en su acompañamiento o presentación, como puede ser un rape con vinagreta de avellanas o unos dados de salmón rebozados con semillas de sésamo.
- Postres dulces que no empalagan. Las frutas frescas siempre tienen un hueco en un menú que pretende ser vistoso y rico a la par que proporcionado. La chirimoya, una de las frutas más dulces del momento, se brinda a ser servida a modo de sorbete, aunque este tipo de postre se puede hacer con muchas otras frutas, según los gustos y las posibilidades de cada uno.
- El toque del chocolate. Sea o no afrodisíaco, un trocito de este dulce resulta estimulante y sugerente, y se reservará para el final de la velada. Tomado como cobertura de una brocheta de frutas o a modo de bombón se convierte en la «guinda» del encuentro esperado.
Desde el chocolate, las ostras o el azafrán hasta el ginseng y diversidad de hierbas de nombres complejos y lejanos (como la yohimbina o el Tríbulus terrestris): el listado de plantas o de alimentos que se presumen afrodisíacos está en permanente consulta y revisión. Y, aunque todo ello esté rodeado de mitos, podría vislumbrarse un trasfondo científico.
La realidad científica refleja un lado que contrasta con el empirismo, es decir, con el conocimiento que se origina desde la experiencia y con la propia percepción individual. En una revisión firmada por la sección de Farmacología de la prestigiosa Universidad de Queen (en Ontario, Canadá) y publicada en el Journal of Sexual Medicine, los autores afirman que hay poca evidencia en la literatura científica para recomendar el uso de afrodisíacos naturales para la mejora del deseo y/o el rendimiento sexual. Estas referencias incluyen a la yohimbina usada en el tratamiento de la disfunción eréctil psicógena, aunque con efectos leves, hasta el ginseng, reconocido en muchos casos como un “afrodisíaco eficaz”.