El pan comercial que se vende envasado en el supermercado para preparar hamburguesas tiene el mismo aspecto que el que suele servirse en la mayor parte de hamburgueserías. Gracias a ello es posible que cualquier persona pueda disfrutar de su preparación en su propia casa de una forma más creativa y, al menos en algunos casos, más sana. La elaboración casera favorece un mejor control de ingredientes y disipa las dudas que suelen aparecer cuando se consumen en establecimientos de comida rápida. Pero para que el resultado sea óptimo, ¿qué características debemos saber de este pan?
Un pan de molde con semillas de sésamo
Los bollos de pan para hamburguesa pueden superar los seis g de peso en forma de grasa
El pan para hamburguesa tiene clásicamente forma redonda y se elabora en unidades individuales. En esencia, es una variedad del pan de molde y comparte con él su textura y su sabor. Su consistencia blanda lo hace especialmente apropiado para personas con problemas de masticación. Se caracteriza por tener una miga muy delicada que se deshace fácilmente en la boca. No por ello se ha de descuidar la masticación ya que podría acarrear una cierta pesadez de estómago.
La corteza del pan de hamburguesa está adornada con semillas de sésamo. La cantidad de semillas que se añade difiere de unos panes a otros. Los que aportan mayor cantidad pueden alcanzar hasta el 3,15% de su peso en semillas.
Este tipo de panes están contraindicados en caso de intolerancia al gluten o celiaquía ya que se elaboran con harina de trigo. Además, en caso de alergia al huevo se ha de comprobar en la etiqueta del envase si el pan contiene o no trazas de este producto o de sus derivados.
Esponjosidad traducida en grasa
El pan de hamburguesa acostumbra a tener un contenido en grasa superior al del pan normal. La razón es la consistencia buscada, mucho más esponjosa. No obstante, no todas las marcas comerciales que ofrecen este producto se presentan con la misma cantidad de grasa que le añaden. Por ello conviene fijarse bien en las cualidades nutritivas que indica el etiquetado -calorías, g de grasa, etc.-, y sobre todo comparar uno y otro por cada 100 g de producto ya que no todos los panes son del mismo tamaño.
La cantidad de grasa de un bollo de pan alcanza los 6,5 g mientras que otros no superan los 3,6 gramos. Este dato se ve reflejado en las calorías que aporta el pan que van desde las 260 hasta las 200. Y esto es únicamente el valor calórico del pan, sin contar con los ingredientes que se le añaden. La elevada cantidad de hidratos de carbono del pan explica por tanto que se trate de un alimento fundamentalmente energético.
También hay diferentes tamaños. Los de talla XL llegan a pesar unos 82 g por unidad, lo que equivale a un bocadillo de dimensión media. Los bollos de tamaño inferior pesan alrededor de los 75 gramos.
Una vez comprado el pan se pueden preparar con él deliciosas hamburguesas caseras con los ingredientes que se desee, dulces o salados, fríos o calientes. Hay personas que relacionan la hamburguesa con la carne picada de ternera, cerdo o pollo, en cambio son muchas las posibilidades que existen y las combinaciones diferentes de ingredientes que se pueden realizar. Éstas son algunas ideas: