En el artículo ‘La fruta, la lactancia materna y los bebés‘ y en el de cómo ofrecerle a un niño los primeros alimentos sólidos, se resumen las bases fisiológicas del método ACS, siglas de “Aprendo a Comer Solo”. Esta práctica, que también recibe las denominaciones Baby-Led-Weaning (BLW) o “Alimentación Complementaria Guiada por el Bebé”, permite que sea el pequeño quien elija sus alimentos favoritos entre distintas opciones saludables y siempre, claro, en compañía de un adulto. En el siguiente texto se ofrecen ideas y consejos para en la cocina brindar al niño las alternativas más sanas y adecuadas para esta etapa de su vida.
Una vez que el bebé se mantiene sentado de manera estable, se interesa por los alimentos y es capaz de tomar con su manita un trozo de comida, toca pasar a la cocina y preparar alimentos saludables y adecuados en forma, consistencia y tamaño para disfrutar en familia del acontecimiento. La ingesta de los primeros sólidos son siempre un momento mágico y feliz capaz de producir un considerable impacto en nuestra memoria.
No se usará en esta etapa la cuchara ni se le darán purés ni papillas; cuando el pequeño tenga la destreza suficiente -normalmente, pasado el añito- sí que la podrá emplear cuando en una fría noche de invierno haya como menú familiar, por ejemplo, una rica crema de calabaza y zanahoria.
Es recomendable que todo el núcleo familiar se convierta, si no lo era ya, en partícipe de esta nueva etapa, porque facilitará mucho las cosas. Se trata de preparar la misma comida para todos, lo que implicará que los adultos coman de manera mucho más saludable, pues no se podrá añadir sal ni azúcar ni otras especias que sean demasiado fuertes (los familiares pueden después usarlas a su conveniencia en su propio plato). De hecho, el sistema ACS es una oportunidad para que la familia revise toda su alimentación, de forma que tendrá que agradecerle a su hija o hijo las lecciones que les va a proporcionar.
El principio básico es ofrecer comida blandita para que el bebé la coja con sus manitas y la pueda aplastar con las encías o con los movimientos de la lengua sobre los carrillos y contra el paladar. Es importante destacar que, en esta etapa, hay que favorecer la ingesta de alimentos que tengan dosis adecuadas de hierro, pues los depósitos que el pequeño ha recibido durante su etapa intrauterina se van acabando sobre los 6-7 meses de vida.
Alimentos recomendados para bebés
A continuación se describen diversos grupos de alimentos adecuados, sin que haya un orden establecido:
- Legumbres. Garbanzos, lentejas, guisantes, alubias… Todas tienen un sabor que suele agradar a los bebés; pueden ofrecerse chafadas con el tenedor para que el niño manipule la pasta, las islas o los grumos resultantes.
- Cremas o pastas de frutos secos para untar en una tostadita de pan, pero sin azúcar y sin grasas de palma añadidas. Hay que comenzar con una cantidad muy pequeña, para comprobar tolerancia, pues junto con el huevo, pertenecen al grupo de alimentos en el que con más frecuencia se manifiestan alergias.
- Huevo en tortilla. El huevo es un alimento de estimable calidad nutricional; el hierro que contiene (no hemo) se absorberá mejor si se combina con kiwi, un chorrito de limón, hummus o alubias blancas. Si el cuidador se hace un huevo frito o escalfado, sería buena idea dar al bebé un bastoncito de pan untado en la yema para que disfrute él solito de su sabor. También se puede chafar con el tenedor un huevo duro mezclándolo con aceite de oliva para formar una pastita manejable por el niño.
- Pescado desmigado (lenguado, merluza, rape, dorada, salmón, etc.) o en croquetas (se pueden hacer con el caldo del pescado y harina de maíz, de garbanzo o de trigo).
- Carne bien triturada, en forma de albóndigas o hamburguesa. Es mejor escoger la blanca (pollo, pavo) sobre la roja. Hay que evitar fiambres y embutidos (nunca son buenas opciones, ni de bebé ni de grande). No, el jamón de York tampoco.
- Fruta fresca cortada en forma de bastón para que la pueda «empuñar» bien. Ha de ser siempre blandita, por lo que será más fácil darle un minuto o dos de microondas o plancha (sobre todo para la manzana o la fresa). Si es plátano o pera, y están bastante maduros, quizás no sea necesario ese paso. Por cierto, los pequeños escogen el plátano por encima de otras frutas como si supieran que tiene mayor cantidad de energía que las demás. Ni las uvas ni los frutos secos enteros ni las palomitas o cualquier otro alimento u objeto duro y pequeño pueden quedar a su alcance, pues el riesgo de asfixia es alto, y esto hasta los 3-4 años de edad.
- Verduras y hortalizas en tiras y hervidas, al horno o a la plancha: zanahoria, judía verde, brócoli, coliflor, calabaza, tomate, etc. Hay que recordar que en esta etapa no son tan necesarias como la leche (preferiblemente materna) y otros grupos de alimentos; por eso no son aconsejables, ahora, sopas ni caldos.
- Tubérculos, como la patata y el boniato, mejor al horno o muy cocidos.
- Pan en cuadrados untados con humus, aguacate maduro, aceite de oliva, tomate o crema de cacahuete (sin azúcar). O en formato corrusco clásico, para roer como un experto ratoncito.
- Pasta. Ha de estar también bien cocida y preferentemente de elementos grandes para que pueda cogerlos sin dificultad: macarrones, conchas…
- Arroz. Con el arroz bien cocido se pueden formar composiciones divertidas y vistosas en forma de albóndigas o «cajitas» tipo sushi para que las vaya desgranando poco a poco. Si se pone alguna salsa casera con tomate o con aguacate chafado o con almendras molidas finamente, el espectáculo de color y sabor será magnífico.
Una etapa algo sucia, pero muy divertida
Estos meses, hasta que el bebé sepa manejar el tenedor y la cuchara, son meses «sucios». Desde luego, habrá que hacer más coladas con este método ACS, aunque también será un periodo divertido. Solo hay que ver los vídeos que circulan por la Red para comprobarlo, como este donde sale una niña de 13 meses que come solita con una destreza y tranquilidad asombrosa.
Ese sería el objetivo: que entre los 6 y los 13-15 meses el bebé use las manos para, de forma progresiva, llegar a comer con cubiertos. Si se mira bien, tampoco es tanto tiempo. El resultado será espectacular porque se evitará lo que muchos pediatras encuentran: madres que refieren que los niños solo comen triturado y que escupen los trozos de comida o que se les hace bola, como bien recogen en sus libros Julio Basulto (‘Se me hace bola’) y Carlos González (‘Mi niño no me come’). El problema está en que esto lo siguen diciendo con niños de 3 y 4 años. Si no hay entrenamiento en comer sólidos en esta importante etapa, esa puede ser la consecuencia.
Tampoco hay que obsesionarse con seguir este método a rajatabla, ya que no es incompatible con el tradicional. Si un día la persona adulta tiene poco tiempo y al bebé le gusta un puré de verdura con pollo, y no le importa que los papis le ayuden, no habrá mayor problema. Algunos niños meten la mano en el plato mientras reciben la comida en la boca mediante la clásica cucharita, en un intento de conocer la textura y la temperatura del alimento en cuestión; no hay que impedírselo, pues es su manera de explorar qué es lo que le están dando.
3 consejos importantes
- 1. No deje nunca solo a su bebé, ni comiendo con el método ACS, ni con el método tradicional, ni cuando está jugando, para que pueda ayudarle si hay algún problema.
- 2. No es necesaria una variedad excesiva de alimentos (no tiene que probar «de todo»); es más importante la calidad.
- 3. En esta web del pediatra Gabriel Ruiz puede encontrar una lista de lo que no puede entrar en la alimentación de un bebé menor de un año y más información de calidad.