Los padres y madres actuales se enfrentan a numerosos desafíos con los que sus propios progenitores no tuvieron que lidiar cuando los criaron. Uno de ellos es el teléfono móvil para el niño. Y es que ante este dispositivo tecnológico surgen muchas dudas, como a qué edad es más conveniente comprárselo, cómo hay que controlarlo o qué normas establecer. Este artículo da respuesta a esos interrogantes y enumera los riesgos de que los pequeños usen los móviles demasiado pronto.
¿Teléfonos móviles para el niño? Lo más tarde posible
En relación con la tecnología infantil, la actual es una época particular: los adultos de hoy constituyen las únicas generaciones nacidas en el periodo predigital a las que les toca vivir en tiempos digitales. Por eso, se habla de que son generaciones 1.0, mientras que los niños y adolescentes son «nativos digitales» o «2.0».
Como resultado, los padres se plantean muchas dudas en relación con la educación de los hijos. Una de las más importantes es: ¿a qué edad conviene que los niños tengan su primer teléfono móvil?
Los teléfonos móviles propios entrañan peligros para los niños, relacionados con su uso excesivo, la privacidad o el acceso a contenidos inapropiados
Mientras que las recomendaciones de los especialistas van por un lado, la realidad, a menudo, va por otro. La mayoría de los expertos sostiene la importancia de que los pequeños reciban su primer móvil cuando hayan adquirido cierta madurez. El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO) aconseja, «en general, dilatar al máximo la edad infantil de posesión del móvil«.
«La edad del niño que se puede considerar recomendable para la adquisición de un teléfono se podría situar en los 13 o 14 años«, señala por su parte el informe «Por un Uso Responsable de las Nuevas Tecnologías», publicado por la Comunidad de Madrid. Según estos especialistas, «el proceso de independencia que se inicia a partir de esta edad podría ser un elemento justificativo de la compra del primer teléfono, si bien siempre en el marco imprescindible del control parental«.
Además, los expertos recuerdan que la adquisición de terminales para menores de esa edad debería estar justificada por situaciones personales o familiares: desplazamientos habituales por razón de escolarización, enfermedades importantes de miembros de la familia, etc.
Teléfonos móviles y niños, en cifras
El principal motivo que se alega al comprar un móvil al niño es la tranquilidad de los padres, pero la mayoría lo tienen antes de los 13 o 14 años recomendados
Sin embargo, la realidad transita por otros caminos. Según un estudio publicado en 2010 por el INTECO, la media de edad a la que los niños reciben su primer teléfono móvil es de 11,2 años. Dos de cada tres menores lo adquieren entre los 10 y 12 años, mientras que un 8,1% lo tiene a los nueve años y un 3,1%, a los ocho.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística, por su parte, demuestran que la tendencia se mantiene. Más de la cuarta parte de los niños de 10 años posee un teléfono. La cifra aumenta al 42% en la franja de los 11 años de edad, al 59% en la de 12 y al 76% a los 13. A los 14 años, la penetración de los móviles es ya del 84% y a los 15, del 90%.
El principal motivo de la compra de un teléfono para los pequeños es la búsqueda de tranquilidad para los padres, admite el 65% de los adultos. El segundo es el hecho de que el móvil se convierte en «indispensable» a partir de cierta edad, es decir, es «una forma de iniciación a la adolescencia». El 28% de los menores priorizaron esta respuesta, contra solo el 17% de los progenitores.
Peligros cuando los niños usan móviles
En cualquier caso, lo más importante es conocer los riesgos en el hecho de que un niño posea un teléfono. Los especialistas los resumen en cinco:
- Uso excesivo, que en casos graves puede derivar en una adicción tecnológica infantil con consecuencias como aislamiento, caída del rendimiento escolar o gastos económicos desmedidos.
- Poner en peligro la privacidad del menor, ya sea de forma voluntaria (cuando él mismo difunde datos personales) o involuntaria (cuando la publicación la hace otra persona).
- Acceso a contenidos inapropiados para su edad.
- Fraudes o estafas, a través de compras de productos, descargas, participación en concursos, etc.
- Infección del terminal con programas maliciosos, spam<, etc.
La base para que los menores hagan un uso responsable del móvil es que “los padres compartan con los niños la información completa y rigurosa de los riesgos existentes en el uso de la telefonía móvil y la forma de combatirlos”, según el INTECO.
Otra pauta fundamental consiste en acordar reglas con los pequeños para el uso de estos aparatos, que tengan en cuenta las circunstancias del menor y se adapten a su edad. Las normas deben referirse a espacios y tiempos en que se podrá utilizar el teléfono, con qué fines y con qué aplicaciones.
Además, es importante educar con el ejemplo. Si se ha de inculcar al niño la importancia de no pasar demasiado tiempo hablando por teléfono o de evitar estar siempre pendiente de las notificaciones, hay que procurar hacer eso en la propia vida. Si no, los consejos caerán en saco roto.
Otras recomendaciones fundamentales: en clase, deben mantener los teléfonos siempre apagados -no basta con que estén en silencio, porque de este modo podrían generar la ansiedad de consultarlos-; y también hay que desconectarlos al menos una hora antes de acostarse, para que el niño pueda relajarse e ir a la cama tranquilo.