El ahogamiento es un riesgo para los niños en las piscinas y playas. Sobre todo lo es para los más pequeños, ya que lo pueden sufrir en pocos minutos, de manera silenciosa y en un sitio con un nivel de agua muy bajo. A continuación se explican los primeros auxilios básicos para padres y madres, que permiten socorrer a menores que han padecido un accidente de este tipo. También se detallan varias normas para prevenirlos en piscinas, entre ellas, no perder nunca de vista a los pequeños, colocar cercados en las instalaciones acuáticas y enseñarles las técnicas de seguridad en el agua.
Ahogamiento de niños en piscinas: primeros auxilios
Si el niño está consciente y respira, hay que acostarlo de lado, para favorecer la salida del agua y prevenir que se obstruyan las vías respiratorias
El ahogamiento es el principal peligro para los menores en las piscinas, playas, ríos y embalses. De hecho, los más pequeños pueden ahogarse con un nivel de apenas unos seis centímetros de agua. Además, estos accidentes son rápidos y silenciosos. «La mayoría de las veces, se había perdido de vista a los niños durante menos de cinco minutos», apunta la guía ‘Disfruta del agua y evita los riesgos‘, editada por el Ministerio de Sanidad, con la colaboración de Cruz Roja.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) enumera los primeros auxilios que hay que llevar a cabo durante el ahogamiento de un menor:
- Sacar al niño con la mayor rapidez posible del lugar donde se ha producido el ahogamiento.
- Si el pequeño está consciente y respira, hay que acostarle de lado, ya que de este modo se favorece la salida del agua a través de tos o vómitos y se previene que el líquido pueda obstruir de nuevo las vías respiratorias.
- Si el niño no respira, hay que iniciar de inmediato las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, que consisten en compresiones torácicas e insuflaciones de aire. Este vídeo las explica de un modo sencillo.
- En caso de que haya más de un adulto, mientras uno de ellos ha iniciado la RCP, otro debería llamar al teléfono de emergencias (112). Si hay un adulto solo, primero debe realizar la RCP básica, luego interrumpirla -durante no más de un minuto- para llamar a emergencias y, después, continuar con las maniobras de reanimación hasta la llegada del personal sanitario.
- Procurar que el pequeño no se enfríe: sacarlo del agua, quitarle la ropa mojada, secarlo y taparlo con cualquier material que se tenga a mano.
- Salvo que «exista la sospecha clara de obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño aspirado» que pueda causar asfixia por atragantamiento, la asociación de pediatría desaconseja las maniobras de compresión abdominales (es decir, presionar la tripa del niño) para expulsar contenido líquido.
¿Cómo evitar el ahogamiento de niños en piscinas y playas?
Más allá de los primeros auxilios, fundamentales en caso de ahogamiento, la principal medida para evitar que los menores se ahoguen en una piscina es la prevención.
Para ello, la regla básica es que los pequeños siempre deben permanecer bajo la supervisión de un adulto. No se recomienda confiar esta tarea a otro niño o de un adolescente, puesto que se pueden distraer con facilidad. Además, es probable que no tengan ni la capacidad física necesaria para el rescate ni la preparación suficiente para los primeros auxilios.
Es importante también colocar cercados de seguridad en las piscinas domésticas, en las cuales, según datos de la AEP, se producen el 86% de las muertes de menores por ahogamiento. Sanidad recomienda que estos cercos sean imposibles de escalar y que tengan al menos 1,20 metros de altura, aunque otros expertos lo suben a un mínimo de 1,55 metros. Además, es esencial que no presente huecos por debajo o entre los barrotes por entre los cuales el niño pueda pasar, y que las puertas tengan cerraduras o pestillos de seguridad fuera del alcance de los pequeños.
Niños informados, niños más seguros
La misión del socorrista es el rescate, pero la vigilancia de los menores es responsabilidad de los padresOtro consejo de los pediatras es «enseñar a los niños técnicas de seguridad en el agua, ayudándoles a aprender habilidades básicas, tales como aprender a flotar». De todos modos, no se debe suponer que los pequeños que hayan hecho un curso de natación o lleven flotadores están ajenos a todo riesgo. «Ningún sistema puede reemplazar la vigilancia de los padres o cuidadores del niño», enfatizan los especialistas.
¿Más sugerencias? Vaciar las bañeras o piscinas hinchables en cuanto se dejen de usar y llevar a los menores a playas con vigilancia. De todos modos, hay que recordar que la misión del socorrista es el rescate y el salvamento acuático cuando sea necesario, pero la vigilancia de los niños es responsabilidad del padre, la madre o tutor.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los menores de cinco años “suelen presentar los mayores índices de mortalidad por ahogamiento en todo el mundo”. En España, el 70% de las víctimas por ahogamiento en piscinas tiene menos de seis años, de acuerdo con la Asociación Española de Pediatría.
En 2012 (último año del que ha publicado datos el Instituto Nacional de Estadística), murieron por ahogamiento 27 menores de 10 años y 12 de entre 10 y 19. Además, fueron 238 los menores de 19 años hospitalizados por ahogamiento, de los cuales 190 fueron niños con menos de 10 años.