En verano, el aire acondicionado suele ser un alivio para soportar las altas temperaturas, tanto en casa como en el trabajo y lugares de ocio. Pero, ¿qué pasa con los bebés? Los expertos explican que se pueden exponer al aire, siempre que la temperatura no sea muy baja (lo recomendado son unos 25 ºC). Pero también hay que vigilar la humedad ambiental y que se cumplan una serie de normas. A continuación se dan detalles sobre los cuidados para utilizar el aire acondicionado con niños en el hogar, como la necesidad de evitar los cambios bruscos de temperatura o que el flujo de aire caiga de lleno sobre el pequeño.
Aire acondicionado con bebés: precauciones
Con bebés, hay que vigilar la temperatura y humedad de la habitación donde se encienda el aire acondicionado
El aire acondicionado es un gran aliado para sobrellevar las altas temperaturas del verano. Pero, cuando hay un bebé en casa ¿es conveniente poner en funcionamiento el aparato o puede ser perjudicial para la salud del niño?
El aire acondicionado sí se puede usar, siempre y cuando se respeten una serie de requisitos a fin de evitar que el frágil organismo del pequeño resulte afectado. «El bebé puede estar en un ambiente con aire acondicionado, si se tienen en cuenta dos factores: la temperatura y la humedad«, explica Santiago García-Tornel, pediatra del Hospital San Joan de Déu, de Barcelona.
Según este especialista, la temperatura apropiada es de 25 ºC, para que los adultos no sufran el calor de los tórridos días del verano y tampoco haya riesgo de enfriamiento para los niños.
En relación con la humedad, el problema del aire acondicionado es que seca mucho el ambiente. Esto puede causar escozor e irritación en los ojos y las vías respiratorias, sobre todo en los menores de un año, cuyos conductos son todavía muy estrechos. En consecuencia, cualquier infección puede afectar su respiración normal.
Por eso, sobre todo cuando hay bebés, se recomienda ventilar con cierta periodicidad las habitaciones, usar humidificadores o, al menos, colocar recipientes con agua, que impidan que los niveles de humedad desciendan a valores demasiado bajos.
Normas para que el aire acondicionado no perjudique a los bebés
Existen otras cuestiones que se deben tener en cuenta antes de activar el aire acondicionado cuando vive un niño pequeño en casa.
- Impedir que el flujo de aire alcance de forma directa al bebé (y al resto de las personas). De esta manera, se evitan enfriamientos que pueden ser graves y ocasionar desde tos y estornudos hasta faringitis, bronquitis y neumonía.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura. Por ello, si se ha de salir con el bebé al exterior, se recomienda subir la temperatura del aparato o bien apagarlo un rato antes. Y procurar lo mismo si se ha de llevar al niño de una habitación a otra dentro del hogar o si se ha de llevarlo en coche.
- Apagar el aire acondicionado por la noche. Mientras el bebé duerme, su temperatura corporal desciende, por lo que con el aire encendido podría enfriarse.
- Llevar siempre ropa de abrigo para el niño. En las épocas de más calor puede parecer un poco absurdo cargar con chaquetitas u otras prendas para abrigarle. Pero hay que recordar que en las tiendas, medios de transporte y otros sitios el aire suele estar a una temperatura muy baja. Esa ropa protege al bebé de las variaciones de temperatura.
- Garantizar la higiene de los equipos de aire acondicionado. La Asociación Española de Pediatría, en sus ‘Protocolos terapéuticos en el asma infantil’, destaca la importancia de un buen mantenimiento e higiene de estos aparatos y de los humificadores, «con cambios frecuentes de los filtros del sistema y desinfección a fondo de los depósitos de agua recuperada». Esto contribuye a evitar la proliferación de colonias de mohos y de ácaros y otros microorganismos en el ambiente, los cuales a su vez propician los problemas respiratorios.