Científicos de distintos países trabajan en el desarrollo de una técnica a través de la cual, durante el proceso de una fecundación in vitro, se incorpora, además del ADN del padre y la madre, una pequeña cantidad de información genética de una tercera persona. A través de este procedimiento, llamado donación mitocondrial, se logran prevenir las llamadas enfermedades mitocondriales, de mucha gravedad para los bebés. Este artículo explica en qué consiste la donación mitocondrial, a través de qué metodos se realiza y cuáles son las polémicas que genera. Detalla, además, que ya es legal en el Reino Unido, el primer país del mundo que la incluye en su legislación.
En qué consiste la donación mitocondrial
La noticia apareció en los medios hace algunas semanas y causó perplejidad: había nacido en México el primer bebé «con tres padres genéticos», con un padre y dos madres, para ser un poco más exactos. Solo un poco, porque la cuestión es compleja y exige entrar en bastantes detalles para tener una idea clara de en qué consiste este procedimiento y de cuáles son sus implicaciones.
En el origen del desarrollo de esta técnica hay un raro problema genético que afecta a la mitocondria de la mujer y que no le produce perjuicios a ella sino a su descendencia. Los hijos de estas mujeres padecen las llamadas enfermedades mitocondriales que, tal como recogen los protocolos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), afectan a los órganos y tejidos y pueden ocasionar debilidad muscular, insuficiencia cardiaca, ceguera o incluso la muerte del niño.
El núcleo de la célula del embrión humano posee la información genética más relevante, proveniente del padre y la madre: unos 23.000 genes importantes que incluyen, entre tantas otras cosas, todo lo vinculado a los rasgos físicos y de la personalidad. Pero las mitocondrias se encuentran fuera del núcleo y son las encargadas de producir la energía para que las células funcionen, por lo cual se las conoce como el «motor» de las células. Poseen solo 13 genes importantes, todos los cuales son herencia genética proveniente de la madre. El objetivo es sustituir esta información por la de una donante sana. De ahí que la técnica se conozca como donación mitocondrial o reemplazo mitocondrial.
Métodos para realizar la donación mitocondrial
Los bebés nacidos a través de esta técnica tienen información genética de tres personas, pero esto no quiere decir que tengan «tres padres». Tienen un padre y una madre, como todo el mundo, y una pequeña, aunque fundamental, ayuda de una tercera persona: el 0,01% de su ADN.
Hay dos métodos para practicar esta técnica, que se probó antes en primates, tal como informaba la revista científica Nature ya en 2009.
Uno de ellos consiste en fecundar, con espermatozoides del padre, dos óvulos: uno de la madre y uno de la donante. De esa manera se obtienen dos embriones. Luego al embrión de la donante se le quita el núcleo (el cual se destruye) y se introduce en su lugar el núcleo del embrión de la madre. De este modo, el núcleo que contiene la información genética importante del padre y de la madre queda rodeado por las mitocondrias de la donante.
En el caso del bebé nacido este año en México, sus padres, residentes en Estados Unidos, son de origen jordano y, por motivos religiosos, no querían destruir embriones. Esto llevó a probar el segundo método, que no trabaja con embriones sino con óvulos. Es decir, los científicos tomaron un óvulo de la donante, le quitaron el núcleo, introdujeron en su lugar el núcleo de un óvulo de la madre y solo entonces fecundaron el óvulo con un espermatozoide del padre. De ese modo, se evitó destruir de manera deliberada un embrión.
El procedimiento fue realizado en México debido a que la legislación de ese país no impide estos tratamientos, como sí sucede en EE.UU. desde 2002. Antes de eso, tal como informó un reportaje de la prensa británica, hubo entre 30 y 50 personas concebidas de esa manera. Ese año, durante el Gobierno de George W. Bush, la Administración de Alimentación y Fármacos (FDA) prohibió esta práctica por «cuestiones éticas y de seguridad».
Una técnica controvertida
Las mayores discusiones surgen en relación con la idea de que, si se aprueban este tipo de modificaciones genéticas (introducir datos del ADN de una tercera persona en la concepción de un feto), se abrirían las puertas a la posibilidad de crear «bebés de diseño».
Los expertos que trabajan en estos temas, sin embargo, lo niegan. El mexicano Alejandro Chávez, director del Centro de Fertilidad New Hope («Nueva Esperanza») donde nació el pequeño concebido por esta técnica hace unos meses, explicó que este procedimiento no tiene nada que ver con la posibilidad de elegir el color de ojos o del cabello de un niño. Chávez comparó la donación mitocondrial con el proceso a través del cual se recibe la donación de cualquier órgano: «Imaginemos que estoy bien de mi cerebro, de mis ojos, todo funciona, pero necesito un hígado para vivir. Me hacen un transplante y vuelvo a ser quien soy, con las funciones que tenía antes. ¿De quién es la información genética? Evidentemente mía».
En 2015, el Reino Unido se convirtió en el primer país en legalizar la donación mitocondrial. Por su parte, en Estados Unidos, la FDA pidió al Instituto de Medicina de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina un informe acerca de este tema. La respuesta llegó en febrero de 2016 en un texto titulado ‘Técnicas de reemplazo mitocondrial: consideraciones éticas, sociales y políticas‘, donde el organismo calificó como “éticamente permisibles” las investigaciones clínicas en torno a esta cuestión. Este hecho ha dado lugar a que los trabajos continúen avanzando en esta dirección. El documento, de todos modos, enfatiza que se deberán respetar “ciertos principios y condiciones” que garanticen el carácter ético de tales investigaciones y de su “potencial implementación en el futuro”.