El bebé llora de forma inconsolable por un tiempo prolongado y, casi siempre, a las mismas horas del día, sobre todo por la tarde. Es probable que padezca lo que se conoce como cólico del lactante, una patología que afecta a entre el 10% y el 40% de los recién nacidos. Para reducir estas molestias y aliviar al niño, existen en el mercado unos biberones especiales, llamados “anticólico”. Pero, ¿son eficaces? En este artículo se explica cómo los llamados biberones anticólico pueden mejorar este problema y cuál de los sistemas –válvula o biberón– resulta más eficaz.
¿El bebé llora mucho? Puede padecer el cólico del bebé lactante
Niños de entre tres semanas y tres meses, que presentan un llanto persistente, prolongado durante más de tres horas al día, al menos tres días por semana, durante tres semanas o más. Con esta sencilla regla del tres es posible identificar, con mucha certeza, si un pequeño padece lo que se denomina cólico del lactante, una patología que, según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, afecta a entre el 10% y el 40% de los recién nacidos.
Aunque estos episodios de llanto intenso del bebé, e incontrolable, suelen provocar bastante angustia y desesperación a los padres del menor, en el 95% de los casos no están relacionados con ningún tipo de lesión grave. Además, no implican ningún riesgo o peligro para el niño que los padece y se resuelven de forma espontánea a partir de los tres o cuatro meses de edad.
El cólico del bebé lactante se resuelve de forma espontánea a partir de los tres o cuatro meses de edad
«El cólico del lactante es una forma que tiene el pequeño de decir que algo no va bien«, explica el pediatra Jesús Garrido, responsable del blog Mi pediatra on line y autor del manual ‘Bebé sin cólico‘ (2013). El reflujo gastroesofágico, la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca o a la lactosa, así como el estreñimiento del niño pueden ser algunos de los factores desencadenantes de este llanto. Lo difícil es buscar la causa o la combinación de causas que lo genera en un bebé concreto.
Biberones anticólico del lactante, ¿pueden ayudar?
Existen dos sistemas de alimentación infantil con la denominación de «anticólico»: biberón y válvulas. ¿Son eficaces para evitarlo? Aunque no son la solución para esta patología, «pueden contribuir a mejorarla en pequeños alimentados con leche artificial o con leche materna en biberón», explica Garrido.
La razón es sencilla. Estos sistemas tienen un diseño y mecanismo diferente al tradicional que permite que la leche salga con más facilidad, puesto que están ideados para imitar la forma en que se extrae la leche del pecho materno.
Con el biberón, la leche sale porque el niño succiona; con el pecho, porque lo presiona. Esta succión hace que se produzca el vacío dentro del biberón y obliga al bebé a interrumpir la toma para dejar que entre aire de nuevo, una situación que puede crearle ansiedad mientras come, una de las causas atribuidas al cólico del lactante.
Sin embargo, los biberones y las válvulas anticólico tienen un diseño que posibilita la entrada de aire al mismo tiempo que sale la leche. De este modo, el bebé puede tomar la leche a la velocidad que desea sin ninguna dificultad.
1. Biberón anticólico.
Los biberones anticólico están dotados de un sistema de ventilación, formado por una cánula acoplada a una base que se encaja en el cuello del biberón. Este mecanismo crea un circuito que permite que el aire entre hasta la parte posterior del recipiente mientras el bebé succiona. Así se evita que el aire se mezcle con la leche y que se creen burbujas durante la toma, de modo que el pequeño solo ingiere líquido.
La principal desventaja de estos biberones es que su limpieza es más engorrosa, puesto que las piezas del sistema de ventilación requieren un lavado minucioso para evitar que queden restos de leche.
2. Válvulas anticólico para bebés.
Algunas marcas de biberones comercializan unas tetinas especiales para cólicos que se pueden intercambiar por las normales. Estas tetinas tienen una válvula añadida, que deja que entre aire en el biberón y evita la formación de vacío.
La ventaja es que son más económicas (solo hay que adquirir la tetina) y más sencillas de limpiar. Pero también tiene sus desventajas: por una parte, se taponan con facilidad y ya no cumplen su función; y, por otra, este sistema hacer pasar el aire a través de la leche, lo que tiene “algunos efectos perjudiciales como la oxidación de la vitamina C“, concluye el pediatra Jesús Garrido.