Día tras día, decenas de bebés participan en castings. Las principales motivaciones de los padres son la ilusión de ver a sus pequeños en los medios de comunicación y obtener, además, una ayuda económica. El tema genera debate, ya que existen opiniones encontradas sobre si es correcto o conveniente hacer que un bebé forme parte de un proceso como este, que podría producir en él ciertos niveles de presión y estrés. Este artículo repasa los argumentos a favor y en contra y brinda algunos consejos para los padres que decidan hacerlo.
Castings de bebés, un tema de debate
El tema despierta la polémica: ¿está mal hacer que un bebé participe en un casting? ¿Y que trabaje en publicidad, cine o televisión si resulta elegido? La ley, desde luego, lo permite: abundan los anuncios, las series y las películas donde aparecen bebés y niños de ambos sexos y todas las edades. Es decir, la discusión entra en el campo de la moral y la ética, y por lo tanto el dilema debe resolverse en el ámbito de lo privado. La decisión corresponde a los padres o los adultos responsables del niño, quienes -si tienen interés en que el pequeño tome parte en algún trabajo de esta clase- deberán evaluar la situación y los argumentos a favor y en contra que se plantean al respecto.
Quienes defienden la posibilidad de hacer que sus bebés participen en castings sostienen que no ven problema alguno en obtener una ayuda económica a cambio de que el niño haga algo que no afecta en absoluto a su salud, tanto a nivel físico como psicológico. En ciertos casos, además de lo económico, está la ilusión que les hace a muchos padres la posibilidad de que su bebé aparezca en un medio masivo de comunicación. Esto último no está mal en sí mismo, pero hay que tener cuidado de no trasladar a la criatura los propios deseos y aspiraciones. Si esto ocurre, se generan una ansiedad y una presión que, de manera involuntaria e inconsciente, también alcanza a los bebés y los perjudica en forma de agobio y estrés.
Opiniones encontradas en torno a los castings de bebés
La principal crítica contra la participación de bebés en castings se basa en la idea de que los padres «utilizan» a su hijo para ganar dinero. Según esta línea de pensamiento, lo reprochable es introducir al niño en un circuito comercial, una decisión que los adultos toman por él, ya que él mismo es, por supuesto, incapaz de hacerlo.Los argumentos que se esgrimen en oposición señalan, por un lado, que el niño está dentro del circuito comercial desde el momento en que existe un amplio mercado de productos (con mayor o menor grado de necesidad) destinados de manera exclusiva a los bebés. Por otro lado, los mayores toman por el bebé no solo la decisión de adónde llevarlo, sino también todas las relacionadas con la alimentación, la salud, la religión, el idioma, la primera educación, etc.
Otra área de la discusión gira en torno a la privacidad y la intimidad de los bebés. Los más críticos prefieren no difundir imágenes de sus hijos con ningún fin, ni comerciales ni de otra índole. En la acera de enfrente están quienes no tienen problemas en publicar fotos o vídeos en redes sociales, blogs u otros espacios. Para estos últimos, esta cuestión no constituye un obstáculo.
En suma, existen diferentes puntos de vista y opiniones acerca del debate, pero el punto clave es el trato hacia los bebés. Es decir, como ya se ha mencionado: nada de esto debe afectar su estado físico ni psicológico. Todo lo demás corre por las valoraciones y decisiones de los padres, siempre y cuando se respete el principio irrenunciable de que el bienestar del bebé esté asegurado.
Pasos a seguir si se decide llevar al bebé a un casting
Si después de analizar y evaluar la situación, los padres deciden llevar a su bebé a un casting, los pasos son simples. Existen en la actualidad muchas agencias dedicadas a realizar castings de bebés y niños. La mayoría pide rellenar un formulario con los datos básicos del menor y de un adulto responsable, y el envío de fotos del pequeño. Por lo general, no tienen problemas para aceptar fotos caseras. Lo más conveniente es elegir imágenes que muestren al bebé con gestos o posturas expresivas y divertidas.
Dado que la publicidad, el cine y la televisión a menudo necesitan bebés, las agencias responden a la mayor parte de los formularios y les realizan pruebas a casi todos los niños. Por el mismo motivo, se aconseja no cifrar demasiadas expectativas en ese momento: ven a muchos niños antes de escoger a uno. Una mera cuestión de estadística hace que todos tengan pocas probabilidades de ser elegidos, aunque cada uno, para sus padres, sea el bebé más guapo del mundo.
El día del casting
La prueba en sí misma es breve: solo dura unos 15 minutos. Pero el proceso puede llegar a ser estresante para los bebés, debido a que lo normal es que las agencias citen a numerosas personas en el mismo horario y, como consecuencia, muchas deban pasar varias horas allí. Ese tiempo de espera en un lugar desconocido puede afectar a las criaturas. Mucho más si, llegado el momento de la prueba en sí misma, sienten la presión por parte de sus padres u otras personas para que realicen determinadas acciones (que sonrían, gateen o caminen, emitan algún sonido o hablen, etc.).
Lo recomendable es que el bebé se sienta bien, tranquilo y a gusto. El bebé no está trabajando, o al menos no sabe que está trabajando, pues no tiene conciencia de qué es eso. De modo que lo que hay que procurar es que se sienta allí con la misma tranquilidad y la misma libertad que tiene en casa, con la única diferencia de que habrá unas cámaras captando su imagen y -si son de vídeo- sus sonidos.
- Procurar que el bebé esté tranquilo en todo momento. Para ello, es fundamental que quien lo haya llevado también mantenga la calma. Sobre todo, hay que ir armado de paciencia, dispuesto a una espera de cerca de unas dos o tres horas hasta que le toque el turno a su pequeño.
- Asegurarse de que el bebé nunca pierda de vista a sus padres (o a la persona que lo haya llevado). Si en algún momento los busca y no los encuentra, puede ponerse nervioso, romper en un llanto descontrolado, etc.
- No presionarlo. Si en el casting le piden que haga algo y, por mucho que lo haga siempre en casa, allí el bebé no lo hace, no hay que insistirle demasiado: el resultado más probable será que se agobie y pase un mal rato. El hecho de que no haga lo solicitado puede obedecer a varios motivos: cansancio, nervios, extrañeza del lugar desconocido, que no se sienta a gusto o porque no le apetezca.
- Recordar siempre que, del mismo modo que ocurre con los adultos, no todos los niños son aptos para actuar delante de una cámara. Los responsables de los casting por lo general definen a los bebés y niños que buscan como extrovertidos, desvergonzados, simpáticos y risueños… y no todos los bebés lo son. Al menos, no todos en el mismo grado.