La desorganización puede convertirse en un problema para muchos niños, sobre todo a partir de la edad escolar. Afrontar las tareas de forma caótica, desaprovechar el tiempo y olvidarse y perder cosas son algunas de las características más recurrentes en estos menores. Este artículo ofrece algunos trucos para lograr que los pequeños sean más ordenados y una serie de recomendaciones para los escolares, como el trabajo con listas de tareas, calendarios y límites de tiempo.
Niños desorganizados, problemas en el colegio
A veces conceptos como la necesidad de organización y de orden en los niños se relaciona con cuestiones como la disciplina férrea y un control excesivo sobre los pequeños. No se trata de eso, sino de que puedan cumplir con ciertos requisitos para hacer todo lo que tienen que hacer, en particular cuando comienzan con la etapa de los deberes escolares.
Los especialistas sugieren no reñir a los niños por su falta de organización, sino alentarlos para que mejoren
La dificultad para priorizar tareas y aprovechar el tiempo es una de las características distintivas de los niños desorganizados. Piensan que el plazo que tienen es suficiente, lo pierden con cosas de poca importancia, y luego no llegan a terminar lo importante. También tienen una forma caótica de afrontar las tareas, lo que queda plasmado en sus cuadernos y demás materiales del colegio. Por otra parte, sufren olvidos y pérdidas frecuentes: no apuntan lo que tienen que hacer, o lo hacen en cualquier sitio que luego olvidan, pierden los útiles en reiteradas ocasiones, no tienen el hábito de dejarlos en un mismo sitio, etc.
Trucos para lograr que los niños sean más organizados
Los expertos Richard Gallagher, Jennifer Rosenblatt y Howard Abicoff, miembros del Instituto para el Déficit de Atención por Hiperactividad y Desórdenes de Conducta, con sede en Nueva York, señalan cinco errores frecuentes que cometen los padres y madres cuando intentan ayudar a sus hijos a ser más organizados. A partir de ellos, para explicarlos de manera positiva, se enumeran estos cinco consejos para lograr resultados positivos en la búsqueda de que los pequeños sean más organizados.
1. Involucrarse. Si bien a partir de cierta edad organizarse debe ser una responsabilidad del propio niño, los expertos afirman que ser capaz de hacerlo no es un don natural sino una habilidad que se adquiere con la práctica. Por eso, los padres deben formar parte del proceso hasta que el pequeño haya desarrollado esa habilidad.
2. No atribuir la desorganización a la pereza. A veces se cree que la falta de orden se debe a características como la pereza, la apatía o la irresponsabilidad. Sin embargo, el consejo es considerar la organización como una asignatura más, que se aprende y se mejora, como la lectura o las matemáticas. De ahí que se sugiera no reprender al niño ni enfadarse con él, sino alentarlo a que afronte el reto y mejore su rendimiento.
3. No centrarse en lo negativo. Los pequeños con problemas de organización a menudo están acostumbrados a recibir mensajes negativos del tipo «¿tanto te cuesta hacerlo bien?» o «si sigues así no llegarás a nada cuando seas mayor». Aunque estos mensajes carezcan de mala intención, sí pueden tener resultados negativos: minan la autoestima de los menores. Es importante priorizar las palabras positivas con los niños y valorar su esfuerzo, incluso cuando no obtengan los mejores resultados.
4. No tratar de cambiar todo de una vez. Como ocurre con otras habilidades, adquirir la del orden es un proceso, un camino. Pretender que de repente el pequeño sea ordenado en todo lo que hace no es un objetivo realista. Lo apropiado es comenzar poniendo el foco en una determinada acción y centrarse en que la cumpla, sin poner tanta atención en lo demás. Cuando esa primera acción se haya incorporado, será momento de pasar a la siguiente.
5. No esperar a que mejoren las notas para premiar al niño. Muchos menores desorganizados están acostumbrados a que se les riña o a que se les recalquen cosas negativas cada vez que cometen un error, pero no a que les digan cosas positivas cuando hacen algo bien. Hay que procurar que tengan una recompensa (que no tiene por qué ser material) con cada pequeño logro: constituye la mejor motivación para seguir esforzándose y alcanzar nuevos objetivos.
Tachar las tareas ya realizadas en una lista ayuda al niño a organizarse para las siguientes actividadesEl psicopedagogo Jesús Jarque García, miembro de la Sociedad Española de Pedagogía, ofrece una serie de recomendaciones para padres:
- Usar una libreta para que el niño apunte cada día lo que tiene que hacer.
- Organizar en una lista las tareas, según importancia y tiempo que llevarán, agrupar las que deban hacerse en un mismo sitio o con determinados materiales (el ordenador, por ejemplo), etc.
- Tachar de la lista las tareas realizadas. La imagen visual de las tareas ya acabadas y las que quedan por terminar ayudará al pequeño a organizarse para los trabajos futuros.
- Establecer un límite de tiempo. La intención no es meter prisas al niño, sino evitar que se distraiga y lo dedique a otras cosas. Los relojes de arena resultan muy atractivos y gráficos para los menores.
- Simplificar las tareas. Esto se refiere a cuestiones sin mucha importancia pero que pueden evitar descuidos, como utilizar cuadernos en lugar de carpetas con hojas sueltas, emplear tinta de un solo color y no varios bolígrafos distintos, etc.
- Señalar la importancia de las tareas importantes no urgentes. En este grupo entran los exámenes, trabajos especiales, etc., que no son deberes de un día para otro pero en los que conviene ir trabajando poco a poco y no dejar todo para el final.
- Usar calendarios. Si es posible, tienen que estar visibles el mes en curso y el siguiente. El pequeño puede llevarlos en sus carpetas o cuadernos, tener uno pegado en la pared, etc. Y en cada día debería tener espacio disponible para añadir apuntes y recordatorios.
- Procurar que el menor aprenda a organizarse por sí mismo. Estas pautas permiten a los padres ayudar al niño, pero el objetivo es que el pequeño las incorpore a su vida para que cada vez sea más autónomo, y no necesite que algún adulto lo controle para cumplirlas.