El colecho o que los bebés compartan la cama con sus padres es un tema polémico. Ni tan siquiera los científicos logran ponerse de acuerdo: mientras unos destacan que el colecho favorece la lactancia materna, otros enfatizan que genera riesgos de muerte súbita y de asfixia. Este artículo explica las motivaciones de defensores y detractores del colecho, por qué debe ser una decisión de los padres y cuál es la posición de quienes promueven la crianza con apego. Además, brinda consejos para practicar un colecho seguro.
Colecho o dormir con el bebé, ¿es peligroso?
El colecho, o compartir la cama con el bebé, supone uno de los asuntos que mayores controversias generan en torno a la crianza de los hijos. El motivo es que no hay certezas científicas al respecto. Mientras muchos profesionales y asociaciones lo recomiendan, otros lo consideran de riesgo y lo desaconsejan.
Como explica el artículo ‘Colecho, ventajas e inconvenientes‘, de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP), los defensores del colecho aducen tres razones principales: favorece la lactancia materna por la noche, aumenta los episodios del sueño REM (lo que disminuiría los episodios de apnea del sueño) y potencia los vínculos emocionales entre padres e hijos.
El colecho o compartir la cama con el bebé favorece la lactancia materna de noche, pero también puede incrementar el riesgo de muerte súbita, advierten sus detractores
Los que sostienen la postura contraria, por su parte, se basan en el presunto mayor riesgo de que el bebé sufra el síndrome de muerte súbita del lactante o de asfixia. Aunque también consideran que puede favorecer problemas de sueño del niño en edades posteriores, dificultar su independencia e interferir de forma negativa en la relación personal de los padres.
Uno de los últimos capítulos de esta historia lo ha establecido la difusión, en mayo de 2013, de un estudio que apoya que el colecho aumenta el riesgo de muerte súbita en el niño. El trabajo, publicado en el ‘British Medical Journal‘, establece que este riesgo se incrementa de modo notorio cuando, además, se combina con el hábito fumador de alguno de los padres, o el consumo de alcohol o drogas por parte de la madre. Y concluye que «evitar el colecho podría lograr una reducción sustancial de las cifras de muerte súbita en lactantes».
Colecho o dormir con el bebé: una decisión de los padres
La AEPAP destaca, tras analizar diversos estudios, la falta de certidumbres concluyentes acerca de las supuestas ventajas o peligros del colecho. «Con la evidencia disponible no se puede afirmar que el colecho sea una práctica segura», asegura este organismo.
El colecho o dormir con el bebé tiene más riesgos durante los primeros meses de vida, advierte la Asociación Española de Pediatría de la Atención Primaria
No obstante, sí advierte de que «los peligros son más acentuados en edades más tempranas (hasta las 20 primeras semanas de vida)«. Y por tal razón recomiendan, «aunque el colecho no esté contraindicado, que es más seguro que los lactantes menores de seis meses duerman en cunas cerca de la cama de sus padres», en lugar de en el mismo colchón.
Estos expertos, sin embargo, también reconocen que el colecho favorece la lactancia materna, así como una relación más estrecha con la madre, mientras que minimizan la asociación de esta práctica con los posibles problemas de sueño en años posteriores.
«En ausencia de pruebas concluyentes que demuestren el perjuicio de la práctica del colecho en los bebés amamantados, y siendo este beneficioso para la práctica y el mantenimiento de la lactancia materna, la decisión sobre la práctica de colecho debe ser de los padres«, señalan, por su parte, trece pediatras españoles en un artículo conjunto.
La crianza con apego, a favor del colecho
Mientras las aguas están divididas entre los profesionales, muchas asociaciones que promueven la lactancia materna y la llamada crianza con apego se muestran a favor del colecho. Una de ellas es la asociación valenciana Sina, cuyo sitio web incluye una página con fotos de habitaciones acondicionadas para el colecho.
Otro argumento que esgrimen los partidarios de esta práctica es que ha sido la manera tradicional en que todas las culturas criaron a sus hijos hasta el siglo XIX, y en muchos lugares del mundo sigue siendo así en la actualidad.
La crianza con apego y el colecho están en el extremo opuesto de prácticas como las del método de Eduard Estivill, quien, por supuesto, se ha manifestado en contra del colecho.
A continuación se enumera una serie de recomendaciones para tener en cuenta si se opta por el colecho, ofrecidas por la AEPAP y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Se debe evitar el colecho cuando existen factores que aumenten el riesgo de muerte súbita del lactante: obesidad mórbida o consumo de tabaco, alcohol, drogas u otras sustancias que alteren la capacidad de respuesta por parte de uno o ambos progenitores.
Nunca emplear el colecho en sofás. Estos asientos no están diseñados para dormir, y menos para que lo hagan bebés. Sus curvas y partes blandas pueden ocasionar que el pequeño se asfixie. Para el colecho, se debe usar siempre un colchón firme y plano.
Asegurarse de que el bebé no pueda caerse de la cama o quedar metido entre el colchón y una pared.
Evitar una calefacción excesiva en la habitación (la temperatura idónea está entre los 16 y 18 ºC) y que el niño esté demasiado arropado (las prendas para dormir deben proporcionar un abrigo similar a las que usen los adultos). Con las mantas se debe tener la misma precaución, además de comprobar que no le tapen la cabeza.
Jamás dejar al bebé solo en la cama.
Los dos miembros de la pareja deben saber que el niño está durmiendo en esa cama.
Si también otro pequeño duerme en la misma cama, el padre o la madre deben estar entre él y el bebé.
Las mascotas no deben compartir la cama con el niño.