En el Día de la Madre, además de con los regalos más clásicos, los niños pueden sorprender a mamá de muchas otras maneras. Una de ellas es participando en la elaboración de la comida. Si bien los pequeños no pueden encargarse de toda la tarea, sí pueden tomar parte bajo la supervisión de su padre o de otra persona adulta. La actividad resultará muy estimulante para ellos y una gran alegría para la madre en su día. Este artículo reseña cinco recetas para que sus hijos la sorprendan: galletas de mantequilla, otras de jengibre, magdalenas, un sándwich de pollo, verduras y huevo y un bizcocho de queso.
1. Galletas de mantequilla
Las galletas no son solo uno de los productos preferidos de los niños, sino que además son fáciles de realizar y los pequeños disfrutan mucho en su elaboración. Las de mantequilla constituyen una de las opciones más simples y económicas.
La receta básica consiste en mezclar 170 gramos de harina, 50 gramos de azúcar y 125 gramos de mantequilla en un bol. Los niños disfrutarán mucho al hacerlo con sus manos, ya que para ellos será como jugar con plastilina. Una vez lograda una masa compacta, se despliega sobre la mesa hasta alcanzar el grosor que se desea para las galletas. Luego hay que darles forma en otra de las etapas preferidas de los pequeños. Para ello, se pueden emplear moldes específicos u otros elementos que hay en casa, como vasos, juguetes, etc. Y una vez cortadas, las piezas se colocan sobre una fuente de horno enharinada. La cocción debe hacerse durante 15 minutos a 180 ºC y, luego, dejar enfriar.
2. Galletas de jengibre
Las galletas de jengibre resultan todo un clásico en Navidad, pero también pueden ser un gran agasajo para el Día de la Madre. El procedimiento es parecido al de las galletas de mantequilla, pero con algunos cambios.
Lo que hay que mezclar en un bol son 250 gramos de harina, 100 gramos de azúcar moreno, una pizca de sal y una cucharadita de ralladura de jengibre. Sobre esto se añaden un huevo batido y 140 gramos de mantequilla blanda en el llamado «punto de pomada» (un punto que se consigue al dejar la mantequilla a temperatura ambiente para que se ablande y así poder manipularla con facilidad). Entonces es el momento de amasar, que a los niños hace mucha ilusión. Si la masa queda muy seca, el consejo es agregar un poquito de leche, con mucho cuidado para no excederse y que quede demasiado húmeda. Luego se extiende y se cortan las formas. Se hornea también a 180 ºC entre 15 y 20 minutos.
3. Magdalenas
Las magdalenas están también entre los productos que más gustan a los niños, tanto por elaborarlas como por comerlas. La receta para hacerlas tampoco es complicada.
El primer paso es batir tres huevos mezclados con 200 gramos de azúcar. Esto pueden llevarlo a cabo los menores, pero al final un adulto debe hacerlo de manera enérgica para asegurarse de obtener una mezcla adecuada. Luego, poco a poco, se añaden la ralladura de un limón, 80 mililitros de leche, 200 mililitros de aceite (si es de oliva, mejor) y, por último, una mezcla de 200 gramos de harina y un sobre de levadura. Se recomienda, para evitar grumos, tamizar esta mixtura de ingredientes. Esta tarea, al igual que la de amasar, también es muy atractiva para los más pequeños. La masa debe reposar durante al menos una hora en el frigorífico, para que las magdalenas queden esponjosas. En ese tiempo se deben ubicar los moldes en una bandeja de horno y luego la masa se vierte en ellos con ayuda de una manga o una jarra, sin completar nunca más de dos tercios de la capacidad del molde. Por último, al igual que las galletas, se hornea durante unos 15 o 20 minutos a una temperatura de 180 ºC.
4. Sándwich de pollo, verduras y huevo
Si el objetivo es, en cambio, preparar algo salado, un sándwich es una estupenda alternativa para que los niños preparen la comida de su madre. Con ayuda, por supuesto, porque al principio de esta propuesta se requiere utilizar una sartén.
El primero de los pasos es cocinar en una sartén, vuelta y vuelta, un filete de pechuga de pollo untado en aceite de oliva. Por otro lado, se tuestan dos rodajas de pan de molde -esto sí lo pueden hacer los niños-. Una vez tostadas, se colocan en los lados interiores del sándwich un poco de mayonesa, hojas de lechuga, huevos cocidos y cortados en rodajas y tomates cortados de la misma forma. Cuando el filete de pollo esté cocido -no mucho, para que quede jugoso- se completa el sándwich. Es un plato rápido y sencillo, pero que mamá valorará un montón.
5. Bizcocho de queso
Para cerrar, otra propuesta dulce: un rico bizcocho de queso. Al igual que con las galletas y las magdalenas, se trata de crear una masa, tarea que entretiene y divierte mucho a los niños y, a la vez, les permite ver cómo los productos cambian de forma, color y consistencia al trabajar sobre ellos.
El primer paso es batir cuatro huevos y 100 gramos de azúcar. Por otro lado, se mezclan 125 gramos de queso cremoso con 50 gramos de mantequilla. Luego se une esta mezcla con los huevos batidos y se revuelve también hasta obtener una única sustancia. Los últimos ingredientes son 150 gramos de harina y 10 gramos de levadura en polvo, que no se echan de una vez, sino muy poco a poco, como si fuese una lluvia fina; de esta manera, se evita la formación de grumos. La masa se introduce en un recipiente redondo, que con anterioridad se debe untar con mantequilla y espolvorear con harina, para que luego el bizcocho se desmolde con facilidad. La temperatura de cocción es la misma que en los casos anteriores (180 ºC), pero el tiempo es más extenso: 45 minutos. Para retirar del molde se aconseja esperar a que el bizcocho se haya enfriado.