Levanta la cabeza, aprende a agarrar los objetos y emite sus primeros balbuceos. Cuando comienza el segundo trimestre de vida del bebé, los padres notan los primeros cambios importantes en el desarrollo psicomotor y lingüístico de su hijo. El bebé que antes se limitaba casi a comer y dormir, requiere ahora mayor atención y estímulo para potenciar todas sus capacidades, algo que los padres le pueden proporcionar tan solo con simples juegos, actividades rutinarias y un poco de tiempo.
Los cambios del segundo trimestre
Desde los tres meses, el bebé reacciona a determinados estímulos y realiza movimientos motores simples
En solo tres meses de vida, el recién nacido pasa de ser un pequeño lactante sin apenas movilidad, a tener capacidad de reacción a determinados estímulos y habilidad para realizar movimientos motores simples que le permiten interactuar por primera vez con las personas y los objetos.
Cada bebé tiene su propio ritmo, que nada tiene que ver con sus capacidades. Algunos consiguen antes que otros desarrollar determinados movimientos motrices o tienen mayor facilidad para desplegar sus destrezas lingüísticas. Los logros que se describen a continuación pueden alcanzarse a partir de los cuatro meses, pero algunos bebés tardan uno o dos meses más, es decir, los consiguen durante el segundo trimestre de vida.
¿Qué sabe hacer ahora el bebé?
Psicomotricidad y coordinación
- Se puede mover tumbado de lado a lado sin ayuda y rodar sobre sí mismo para ponerse de bruces o de espalda.
- La cabeza se sostiene ya con más firmeza, puede volverse y moverla en todas direcciones. Es capaz de mantenerla erguida, acostado sobre el vientre, casi durante un minuto.
- Intenta agarrar los objetos próximos de forma deliberada, no como un acto reflejo. Agita en sus manos los juguetes pequeños y se los lleva a la boca.
- Enfoca los objetos cercanos o lejanos de la misma forma que un adulto.
- Desarrolla los propios reflejos y cierra los ojos de forma instintiva cuando se le acerca de súbito una mano o un objeto.
Aptitudes lingüísticas y aprendizaje
- Distingue los sonidos diferenciados que le llegan de distintas direcciones y los escucha con interés.
- Emite sonidos articulados y balbuceos para llamar la atención de los adultos.
- Si algo le divierte, se ríe con claridad y muestra placer con movimientos corporales y expresiones faciales y ríe también si se le hacen cosquillas.
- Se relaja cuando le cantan suavemente.
- Es capaz de recordar cómo jugar con un juguete que ya ha utilizado antes.
- Mira y observa los objetos con curiosidad, ve a más distancia y reconoce los objetos conocidos.
- Empieza a distinguir a las personas conocidas de quienes no lo son y puede mostrar su desconfianza ante los desconocidos con llanto u otros gestos faciales.
Consejos para estimular su desarrollo
Durante esta etapa, los padres pueden empezar a estimular a sus hijos con actos cotidianos y sencillos que se introducen poco a poco en su rutina diaria. Para potenciar sus habilidades, los especialistas recomiendan las siguientes pautas:
- Reconocer sus primeros logros: sus progresos con el lenguaje oral se limitan por ahora al balbuceo, pero estos evolucionarán más si los padres muestran su satisfacción cuando los oyen, con miradas de entusiasmo u otros gestos que manifiesten aprobación.
- Leerle cuentos: además de crear un momento de intimidad único para el bebé, la lectura continuada de cuentos infantiles le ayuda a descubrir los distintos ritmos y entonaciones de la voz.
- Juegos con sonidos: además de ponerle música variada y cantarle para que empiece a reconocer los sonidos musicales, se puede jugar con juguetes que emitan sonidos y hacerlos sonar en distintos puntos de la habitación para observar las reacciones del bebé y agudizar su capacidad de prestar atención.
- Fortalecer los brazos: con una pequeña colchoneta o manta, los bebés colocados boca abajo pueden empezar a realizar sus primeros ejercicios, ya que al intentar incorporarse, comienzan a fortalecer los brazos, la espalda, las piernas y el cuello.
- Ejercitar los movimientos: cuando comience a agarrar por sí solo los objetos, se puede fomentar esta habilidad si se colocan a su alcance con frecuencia pequeños juguetes que llamen su atención para que los coja.