Con frecuencia, los medios difunden fotografías de celebridades que han sido madres y que muestran sus cuerpos estupendos muy pocodespués del parto. Esto genera una enorme presión sobre el resto de las mujeres, que no cuentan con sus mismas posibilidades y que hasta sienten vergüenza de su propio aspecto. Frente a esta situación, hay varias iniciativas que reivindican la belleza de los cuerpos de las madres “normales”, y que se explican a continuación. Estos proyectos no solo defienden la belleza del cuerpo de la mujer tras el embarazo, sino también el de quienes muestran cicatrices porque han superado un cáncer o mujeres con sobrepeso.
El cuerpo de la mujer tras el embarazo
La importancia que se le asigna a la imagen dentro de nuestra cultura actual genera presiones que, en muchas ocasiones, se concentran en las mujeres. En ocasiones, solo aparecen «cuerpos perfectos», es decir, los que cumplen con una serie de medidas y características difundidas por los medios de comunicación.
El resultado es que muchas personas sienten vergüenza de su cuerpo, lo ocultan, se sienten frustradas o tristes, lo cual -además de afectar a la autoestima y el estado anímico general- puede derivar en problemas más graves, como desórdenes alimentarios o cuadros depresivos.
Distintos proyectos se han propuesto reivindicar la belleza del cuerpo de las mujeres normales tras el embarazo
En este sentido, uno de los periodos más difíciles para las mujeres es el posparto. Después de una etapa con tantos cambios, y tras concebir una vida en su interior, el cuerpo de la mujer resulta afectado, y lo normal es que le lleve un tiempo más o menos prolongado volver al estado anterior. Sin embargo, la publicidad y los medios suelen concentrarse en el cuerpo de las celebridades que exhiben, muy poco tiempo después del parto, una figura muy parecida a la que tenían antes de quedar en estado. Esta situación suele generar una presión desmedida para mujeres que no cuentan ni con el tiempo ni con los recursos de los que las famosas sí gozan.
Un caso extremo ocurrió en noviembre de 2013, cuando Caroline Berg Eriksen, una periodista y modelo noruega, publicó en la red social Instagram, apenas tres días después de dar a luz a su bebé, una fotografía en la que lucía un cuerpo sobre el que no parecía haber pasado embarazo alguno. La imagen ocasionó un auténtico revuelo, pero también una catarata de críticas.
Proyectos de mujeres contra la tiranía del aspecto tras el embarazo
Para contrarrestar y reivindicar la belleza del cuerpo de las mujeres normales tras la gestación, existen iniciativas que apuntan a difundir y naturalizar la imagen del posparto.
El objetivo del proyecto fotográfico «Un cuerpo bello» es que las mujeres puedan vivir libres de la tiranía del cuerpo perfecto tras el parto
Una de las más importantes es «Un cuerpo precioso« (A Beautiful Body Project) y está liderada por la fotógrafa estadounidenseJade Beall. El proyecto nació casi por casualidad: después de publicar fotos del abdomen de una amiga suya junto a sus hijos, empezó a recibir mensajes de otras mujeres que deseaban mostrarse de la misma forma.
Lo conforman fotos de gran belleza, en blanco y negro, pero sus protagonistas son mujeres normales y corrientes, cuyos cuerpos están lejos de los vientres planos y la piel tersa de los que las modelos y actrices hacen alarde pocas semanas después del parto en las revistas del corazón. Para esta primavera está anunciado el lanzamiento del libro ‘The Bodies Of Mothers‘ (‘El cuerpo de las mujeres’), un volumen de gran formato con una selección de estas imágenes.
Beall define esta iniciativa como «un movimiento de mujeres que vienen a contar sus historias y a celebrar sus cuerpos cambiantes, con el fin de que las futuras generaciones de mujeres puedan vivir libres de este sufrimiento». La descripción en su web añade: «El proyecto intenta redefinir la belleza. Nuestros cuerpos. A nosotras mismas. Nuestro mundo. Nuestras familias. Nosotras somos preciosas».
En la misma línea se encuentra el proyecto «La forma de una madre« (The Shape of a Mother), que dispone de un sitio web colectivo donde muchas mujeres escriben sus historias y publican fotos de sus cuerpos. El valor radica, sobre todo, en los testimonios y en la interacción que se genera, ya que las publicaciones están abiertas a comentarios por parte de los usuarios.
En 2012, las autoras del blog Mamás trabajadoras de Connecticut publicaron un post titulado ‘Una reunión de diosas’, con imágenes de ellas mismas mostrando sus barriguitas y sus cuerpos «imperfectos» tras el parto.
El artículo empieza contando cómo surgió la idea: una de ellas mencionó el miedo que había sentido al clicar sobre un enlace «al cuerpo de Beyoncé después del parto». Ni ellas ni sus lectoras tienen acceso, explican las autoras, «al lujo de Photoshop, entrenadores personales, cocineros privados, etc». Por eso, decidieron publicar esta galería de imágenes para protestar contra la tiranía de la imagen del cuerpo de las mujeres tras el parto y como una forma de apoyo a su propio público.
La presión cultural sobre el cuerpo de la mujer no afecta solo a las que han sido madres. Otros grupos también la sufren, como las que conservan cicatrices por haber pasado por alguna operación o tratamiento médico, o las mujeres con sobrepeso. También en estos casos existen iniciativas interesantes que buscan ampliar la mirada y lograr la aceptación de estas realidades diferentes.
‘Bajo el vestido rojo‘ (Under the Red Dress Project) es el proyecto de Beth Waangha, una australiana que ha decidido publicar en la red social Facebook las fotos que evidencian las marcas que dejó sobre su cuerpo la lucha contra el cáncer, incluida una doble mastectomía.
Por su parte, el fotógrafo estadounidense David Jay desarrolló un proyecto titulado “Scar“ (cicatriz), en el que diferentes mujeres que han sufrido cáncer de mama aparecen retratadas mirando a cámara.
En los últimos tiempos también se ha popularizado, en los países de habla inglesa, el término fatkini, un juego de palabras entre fat (gordo) y biquini. Lo emplean, sobre todo, mujeres con sobrepeso que, desde su sitio, también se oponen a los mandatos sociales y reivindican su derecho a mostrarse y ser respetadas como son. Y mientras algunas revistas hacen galerías con fotos de mujeres vestidas con esta prenda de baño, su valor se pregona también en publicaciones feministas como una protesta contra la tiranía de la imagen, y, sobre todo, como reivindicación del cuerpo de las mujeres normales y bellas.