Los problemas para concebir niños son muchas veces compartidos. Distintos estudios señalan que, en el 50% de los casos, la incapacidad de procreación de una pareja está relacionada con la esterilidad masculina. Parte de estos problemas de infertilidad en los varones se asocia a determinados trastornos o deficiencias genéticas y hormonales, pero las últimas investigaciones apuntan cada vez más a causas relacionadas con factores ambientales que inciden en la fertilidad desde el vientre materno.
Incidencia de la infertilidad masculina
Según el ‘I Estudio Nacional del Semen en Jóvenes’, la calidad del semen del 57,8% de los jóvenes españoles es inferior a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera normal. Este estudio fue dirigido en el año 2008 por el Servicio de Reproducción Asistida del Instituto Marquès de Barcelona, bajo los auspicios de la Asociación Española de Andrología (ASESA) y la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción (ANACER).
Los resultados de esta investigación podrían agravar en un futuro las ya elevadas cifras de infertilidad masculinas ya que, como demuestran las investigaciones en este ámbito, el 20% de los casos de infertilidad en una pareja se derivan de un problema específico en el hombre y el 30% están causados por factores combinados masculinos y femeninos.
Infertilidad idiopática
¿Cuál es la causa de estos problemas de reproducción? Los avances experimentados en los últimos años en el campo de la andrología (área de la medicina encargada de los aspectos relacionados con la salud sexual masculina) permiten explicar hoy en día gran parte de las situaciones de infertilidad en los hombres. Sin embargo, tal como apunta la ‘Guía Clínica sobre la infertilidad masculina’, publicada por la Asociación Europea de Urología, en el «30%-40% de los casos no se identifica ningún factor asociado a la infertilidad masculina». Es lo que se denomina infertilidad idiopática.
Son hombres que, a pesar de obtener resultados normales en las exploraciones físicas y en las pruebas endocrinológicas, registran algunos problemas como disminución del número de espermatozoides (oligozoospermia), reducción de la motilidad de estos (astenozoospermia) o formas anormales (tereatozoospermia). Según esta guía, estos casos pueden explicarse por varios factores, entre ellos, los trastornos endocrinos «como consecuencia de la contaminación ambiental, radicales reactivos del oxígeno o anomalías genéticas».
Principales factores asociados a la infertilidad
La ‘Guía Clínica sobre la infertilidad masculina’ señala, además de la infertilidad masculina idiopática, la siguiente relación de factores que se asocian principalmente a los problemas de reproducción en los varones:
- Varicocele (15%)
- Hipogonadismo (8.9%)
- Infección genitourinaria (8%)
- Criptorquidia (7,8%)
Sumados a estas patologías, varios hábitos y factores ambientales se consideran de riesgo para la fertilidad en los varones:
- Consumir medicamentos que pueden tener un efecto tóxico para la producción de espermatozoides.
- El tabaquismo se relaciona con un descenso en la motilidad y en la densidad del esperma y con la disminución en el volumen de la eyaculación.
- El consumo excesivo de alcohol puede disminuir la líbido en el hombre y, en los casos severos, se asocia a la impotencia. Asimismo, el alcoholismo puede hacer descender los niveles de testosterona y afectar así a la producción de espermatozoides.
- La ingesta de esteroides y anabolizantes pueden alterar la producción de testosterona en el hombre y disminuir el número de espermatozoides.
- La exposición continuada a productos tóxicos, como pesticidas y solventes, y otras sustancias, como el cadmio o el plomo, se asocia también a la infertilidad masculina.
Infertilidad desde el embrión
Marisa López Teijón, jefe del Servicio de Reproducción Asistida del Instituto Marquès y directora del ‘I Estudio Nacional del Semen en Jóvenes’, explica en su blog que las causas clásicamente atribuidas a la esterilidad masculina, como el estrés, el tabaco, los pantalones apretados o el alcohol, son un mito. Según los resultados del estudio, no se aprecian diferencias en la calidad del semen en cuanto a estos valores tradicionales.
«La realidad del problema viene por tóxicos químicos», afirma López Teijón. Según esta especialista, diversas sustancias químicas sintetizadas por el hombre, de uso habitual en la industria, en la agricultura y en el hogar, «están presentes en nuestra alimentación y en el ambiente, se acumulan en el organismo y los humanos no estamos diseñados para eliminarlas».
Estas sustancias son «disruptores estrogénicos» y afectan a los hombres desde el periodo embrionario, ya que se comportan como estrógenos (hormonas femeninas) en el organismo de la mujer y se transmiten a sus hijos desde la sangre materna al embrión. Cuando a los 2-3 meses de embarazo se desarrollan los testículos, estos «falsos estrógenos» provocan que se formen menos células productoras de espermatozoides, e incluso, alteraciones cromosómicas. En la lista de disruptores endocrinos publicada por la Comisión Europea se puede consultar la larga relación de sustancias que están incluidas en esta categoría.