El estreñimiento es un problema muy común en los bebés que genera muchas dudas y visitas al pediatra. Para saber cuándo se está de verdad ante este problema, es importante conocer la cantidad de deposiciones que se considera normal en los niños pequeños y poder distinguir un pseudoestreñimiento del estreñimiento real. Este artículo explica cómo hacerlo y cuáles son las principales características del estreñimiento. También ofrece algunos consejos para ayudar al bebé a superarlo, así como detalles acerca de cuándo conviene acudir a la consulta del pediatra.
El estreñimiento es un problema muy frecuente en bebés y niños. Según los protocolos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), su prevalencia se estima de hasta el 30% de la población infantil y puede representar entre el 3% y 5% de las visitas al pediatra y hasta una cuarta parte de los menores derivados a la consulta de gastroenterología pediátrica.
Sin embargo, no hay una definición aceptada de forma unánime por todos los especialistas. La consideración clásica habla de estreñimiento si el número de deposiciones es inferior al normal, sin importar la consistencia y volumen de las heces. Pero cuando se trata de niños pequeños, hay que tener en cuenta también otros factores.
¿Cuántas veces es normal que haga caca el bebé?
¿Cuál es la cantidad normal de deposiciones para un bebé? Durante sus primeros meses de vida, esto depende sobre todo de su forma de alimentación. Si toma leche materna en exclusiva, lo normal, según el Comité de Lactancia Materna de la AEP, es que haga caca una vez en su primer día; dos o tres veces en cada uno de los siguientes dos días; y entre cuatro y cinco veces entre el cuarto y quinto día de vida. A partir del día seis y durante el resto del primer mes, lo normal es que el niño defeque después de cada toma.
A partir del primer mes y hasta que cumpla seis meses, el número diario de cacas puede variar mucho. Los pediatras señalan que incluso puede ser de una vez cada 20 días, y no estar estreñido. ¿Cómo puede ser? Sucede que «la leche materna se adapta tan bien a sus necesidades que prácticamente se aprovecha todo y hay poco que tirar», se apunta en el documento del Comité. Los bebés alimentados con fórmulas hacen de media menos heces que los amamantados, pero, a diferencia de estos últimos, no pasan periodos tan extensos sin defecar. Por lo general «hacen tres o más cacas a la semana», apunta un documento sobre ‘Estreñimiento en lactantes‘ difundido por el Departamento de Salud de Castellón.
A partir de los seis meses de vida, la introducción de las papillas y otros sólidos hace que las heces sean «menos frecuentes y más espesas y malolientes», según el mismo texto. De hecho, como explica Adolfo Bautista-Casasnovas en un artículo publicado en la revista Anales de Pediatría Continuada, el de la introducción de la alimentación variada constituye uno de los tres momentos críticos en la aparición del estreñimiento en los niños. Los otros dos son el paso de la lactancia materna a la artificial y el desarrollo del control de esfínteres en la edad preescolar.
Cómo diferenciar un pseudoestreñimiento del estreñimiento real
Existe un cuadro que los especialistas llaman pseudoestreñimiento. Se produce por lo general entre las dos y ocho semanas de vida del bebé: se le ve molesto, se queja, hace esfuerzos, se pone rojo y a menudo llora, encoge las piernas y aprieta como si quisiera hacer caca, pero no sale nada. Parece que está estreñido, pero no es así. Lo que ocurre es que el pequeño todavía no ha aprendido a controlar el esfínter anal. Entonces, cuando a causa del reflejo gastrocólico aprieta los músculos del abdomen para ayudar al aparato digestivo a hacer su labor, contrae también el esfínter -en lugar de relajarlo- y, de esa forma, impide la salida de la materia fecal.
Estos episodios duran entre 10 y 20 minutos, hasta que por fin las heces salen. El hecho de que sean blandas son la prueba de que el bebé no está estreñido; si lo estuviera, la caca sería más dura y seca. Los pediatras explican que el cuadro pasará cuando el niño aprenda a coordinar los dos movimientos: apretar el abdomen y relajar el ano. En el documento ‘Estreñimiento en lactantes’ se señala que no se debe perder la calma, puesto que «hay bebés que esto lo aprenden en dos días y otros que tardan dos meses, pero al final todos lo consiguen».
Consejos para ayudar al bebé a superar el estreñimiento
En caso de que el niño sí esté estreñido, es decir, si la caca es dura o con bolitas y requiere de esfuerzo para salir, se debe actuar lo antes posible para solucionarlo. En caso contrario, para el pequeño será más difícil defecar, sentirá dolor al hacerlo y, por lo tanto, retrasará todo lo que pueda la siguiente ocasión de hacerlo, lo cual solo contribuirá a agravar el problema. Es un círculo vicioso.
¿Cómo ayudarlo? Una de las maneras más simples y eficientes consiste en hacer al niño masajes en la tripa, como también flexionar sus piernitas sobre el abdomen o moverlas en cículo, como si pedaleara, o ponerle en cuclillas sosteniéndole por los muslos, como si estuviera sentado. También ayuda animar al bebé a hacer ejercicio: cuando ya gatea, llamarle desde una cierta distancia o alejarle los juguetes para estimularlo a que se desplace de un lado a otro.
En general, además, el Comité de Lactancia Materna de la AEP recomienda cogerle mucho en brazos, ya que, al estar en una posición más erguida, la propia fuerza de la gravedad contribuye al movimiento descendente del bolo intestinal, a diferencia de cuando está tumbado. Y ello con el aliciente, además, de que el contacto físico con sus padres genera un apego y un vínculo que da al niño toda la seguridad y el cariño que necesita en esta etapa.
Otro modo de ayudarle es a través de la alimentación. Los menores de seis meses que toman el pecho materno de forma exclusiva casi nunca padecen estreñimiento. Para los que beben leche de fórmula y sufren este problema antes de los seis meses, en ‘Estreñimiento en lactantes’ se sugiere ofrecerle entre las tomas agua o zumo de naranja o uva. Después de esa edad, la recomendación es dar mucha fruta y verdura, y no tanta leche, ni arroz, ni otros cereales.
El método de estimular el ano (con el dedo, con un termómetro, con una ramita de perejil impregnada en aceite de oliva, etc., según las técnicas más tradicionales) es desaconsejado por los especialistas, ya que eso podría crear el reflejo de que solo pueda hacer caca si se realiza tal procedimiento.
Los pediatras de la AEP aconsejan consultar con un especialista en algunos casos puntuales:
El primero, si el bebé, en su primer día de vida, no ha eliminado el meconio, esa caca negra y “como un puré pegajoso” que liberan al principio.
- También si, durante el primer mes, el niño -en particular el alimentado con lactancia materna exclusiva- no defeca todos los días o si las heces “tienen una consistencia mayor que la de un puré”.
- Si se implementan las ayudas citadas y el pequeño sigue padeciendo estreñimiento, cosa que ocurre en pocas ocasiones, también se debe acudir al pediatra, quien ha de valorar la conveniencia de utilizar algún fármaco suave.