En función de la habilidad de cada uno y de su grado de madurez, entre los dos y los seis años, los niños deben aprender a vestirse por sí mismos. Es el siguiente “gran paso” tras dejar el pañal. Además de suponer un ahorro de tiempo para los padres, la adquisición de esta habilidad representa un importante avance en su autonomía, que les ayuda a reafirmar la confianza en sus propias capacidades y a sentirse más independientes. Para facilitarles esta tarea, entre otros aspectos, los padres deben respetar el ritmo individual de cada niño, enseñarles de una forma divertida y entretenida y ayudarles solo cuando lo necesiten.
1. Dejar que los niños desarrollen su autonomía
- Etapa por etapa: no se puede pretender que el niño aprenda a la vez a colocarse todas las prendas porque algunas necesitan una determinada habilidad o destreza para ponérselas. Es mejor estructurar la tarea en distintas etapas, según su nivel de dificultad. Durante las primeras semanas, se puede dejar que se ponga solo la ropa interior y los calcetines para, poco a poco, introducir nuevos elementos.
- No terminar por él: ante la demora de los niños al vestirse, es habitual que los padres sean quienes terminen por colocar la mayoría de las prendas a los pequeños. De este modo, los niños pierden la motivación de realizar la tarea de vestirse por sí solos y tardarán mucho en aprender a colocarse bien determinadas prendas.
- Darles tiempo: al principio, y hasta que afiancen sus habilidades, es normal que sean más lentos. Meterles prisa o recriminar su tardanza en estos casos solo servirá para ponerles nerviosos y frustrarles. Al comienzo del aprendizaje, es mejor elegir momentos en los que no tengamos prisa (como los fines de semana) y, más adelante, si es necesario, reestructurar los horarios y levantar al niño más temprano para que el tiempo no sea un elemento discordante.
- Proporcionar ayuda cuando la pidan: es importante no mostrar actitudes sobreprotectoras, ni ayudarse de forma inmediata en cuanto se percibe una pequeña dificultad para colocarse una prenda. Lo recomendable es dejar que lo intenten por sí mismos y ayudarles solo en caso de que lo soliciten. En ese momento, es aconsejable explicarles paso a paso cómo se hace, e incluso, dejar que lo hagan ellos después, para que la próxima vez no tengan tanta dificultad.
- No romper la norma: una vez que el niño ha aprendido a vestirse solo, es necesario respetar su autonomía siempre y por parte de todos los adultos. Es decir, no vale dejar que con uno de los padres se vista por sí mismo y que, en paralelo, el otro le ofrezca su ayuda. Tampoco vale vestirle cuando el tiempo es más escaso.
2. Ropa simple y ordenada para facilitar la tarea
- En el caso de los más pequeños, es preferible empezar a dejar que se vistan solos con prendas que no tengan cierres (pantalones con cintura elástica, vestidos sin botones, sudaderas, etc.).
- Cuando adquieran mayor habilidad, es el momento de probar con cierres sencillos (tipo velcro o corchetes) y reservar para el final los cierres «más difíciles», como botones, cordones o cremalleras.
- Hay que darles pistas sobre cada prenda para que no cometan errores. Conviene indicarles que la etiqueta de la ropa debe estar detrás, en la espalda, mientras que el dibujo de una camiseta o el bolsillo de una camisa se tienen que ver por delante y las costuras deben quedar siempre por dentro.
- Preparar la ropa en el orden en que se debe poner: ropa interior, camisa y pantalón (o falda o vestido) y, al final, los jerséis y los abrigos. De este modo, se evitará que el niño superponga prendas de forma inadecuada y que sea necesario volver a empezar.
- Vestirse delante de la televisión o en una habitación con muchas distracciones puede retrasar bastante al pequeño. Los padres han de procurar que el niño se vista en un entorno tranquilo, sin elementos que le impidan concentrarse en la tarea.
3. Trucos y consejos divertidos para que los niños se vistan solos
- Pintar una letra en las plantillas de los zapatos o la mitad de un dibujo en cada uno de ellos, de modo que al unirlos de forma correcta le indique cuál va en cada pie.
- Organizar concursos con los hermanos para saber quién consigue ponerse cada prenda en menos tiempo.
- Inventar canciones con las prendas de vestir, que puedan darles pistas sobre la mejor manera de colocarse cada una.
- Una de las mejores formas de entrenarse es planear una tarde de juegos con disfraces que tienen que ponerse ellos solos.
- Vestir a los muñecos o ayudar a poner la ropa a un hermano más pequeño les servirá para aprender y reforzar su autoestima.
- Los puzzles y los juegos de encaje y de ensartar piezas pequeñas favorecen el desarrollo de la habilidad motriz necesaria para manejar elementos más precisos de la vestimenta.