Trabajar desde casa hace posible que los padres se ahorren dinero en guarderías o cuidadores, además de compartir más tiempo con los niños. Pero compaginar ambas tareas no es fácil, resulta un auténtico desafío. Este artículo ofrece seis trucos para padres y madres autónomos, pequeños empresarios y otros trabajadores en casa, que permiten completar la jornada laboral sin descuidar a los pequeños. Entre ellos, algunos juegos, organizarse con otras familias con hijos y tratar de flexibilizar los horarios.
Trabajar en casa y criar a los niños, ¿un desafío?
Trabajar en casa y criar de un bebé o niño al mismo tiempo requiere una jornada laboral flexible y organizarse con otros padres en la misma situación
Trabajar en casa y, al mismo tiempo, cuidar a los hijos es una tarea difícil. Si los niños no van a la guardería o a la escuela, y no se cuenta con la ayuda de una persona (un familiar o un asistente), hay que armarse de paciencia, flexibilidad, cariño y optimismo para poder afrontar el reto.
Algunos padres y madres, si se lo pueden permitir, deciden dejar de trabajar durante el periodo más duro, hasta que el hijo tiene tres años. Pero si esta no es una alternativa, conviene estar bien predispuesto para el sacrificio.
Hay una clave que permite entender la demanda del niño en estas situaciones: el pequeño no comprende que, si su padre o su madre están presentes, no estén ahí con él para satisfacerlo.
Seis trucos para trabajar en casa y cuidar a los niños
A continuación se enumeran algunos consejos útiles para criar a los hijos mientras se trabaja en casa, y no morir en el intento.
1. Preparar juegos y actividades. Uno de los mayores problemas es que los niños se aburren enseguida de casi todo. No vale decirle a un pequeño: «Esta mañana vas a jugar con plastilina». Lo hará, pero durante un cuarto de hora. Después querrá jugar con peluches, instrumentos musicales, lápices de colores, pelotas o los demás juguetes que tenga y le gusten. Por eso, hay que tratar de tenerlos siempre a mano y preparados para recurrir a ellos cuando haga falta.
2. Estar con ellos. Cuando son muy bebés no se puede dejarles solos, ya que esto entraña muchos riesgos: que se lleven cualquier cosa a la boca, que se golpeen, etc. Pero más tarde, cuando ya podrían quedarse en una habitación aparte, son ellos los que no suelen querer, por nada del mundo, estar sin compañía. Lo más conveniente es no acostumbrarlos a una compañía constante, y sí tratar de lograr una convivencia y una interacción lo más armónica posible.
3. Juntar varios niños. Hay mucha diferencia entre que haya un menor solo o que haya más de uno. Jugar con sus hermanos u otros niños es, en general, lo que más los entretiene. Una buena alternativa para hijos únicos sería juntar a dos o más pequeños cuyos padres o madres (familiares o amigos entre sí) estén en la misma situación y que se turnen para cuidarlos. De esta manera, se gana en dos sentidos: ellos están más entretenidos jugando juntos, y sus progenitores, a cambio de cuidar a dos o más en vez de uno, cuentan con jornadas libres cuando es otro adulto quien se encarga de ellos.
4. Ser flexible. Esto es fundamental y en varios sentidos: desde admitir la posibilidad de trabajar con una mano mientras con la otra se sostiene al pequeño sobre las piernas, hasta trabajar en horarios y lugares diversos (en el parque cuando se sale a dar un paseo, en una fiesta de cumpleaños, de noche cuando todos duermen…) Según el tipo de trabajo, es posible que muchas actividades se puedan adelantar en estos momentos. En este sentido, los ordenadores portátiles, las tabletas y los teléfonos móviles son herramientas muy valiosas.
5. Aprovechar el tiempo al máximo. Así como en las primeras semanas del bebé se aconseja aprovechar cada tiempo disponible para dormir y descansar, sin importar el momento del día que sea, con el trabajo en estos casos ocurre algo parecido. Resulta casi imposible respetar una jornada laboral definida: lo aconsejable es tener disposición para trabajar de noche, por la mañana bien temprano, en la hora de la siesta y en todos los demás momentos en que los pequeños estén entretenidos haciendo sus cosas.
6. Tener paciencia. Si la paciencia es fundamental para la crianza de los hijos en cualquier circunstancia, en este caso hay que tener una cuota extra (o varias). Pero además de la paciencia del día a día, también hay que pensar que esta etapa más difícil es precisamente eso, una etapa, y que llega a su fin al igual que las demás.
Cuando los niños llegan a los cinco o seis años, ya comprenden que el adulto está trabajando, y son más autónomos y menos demandantes. Además, a esta edad tienen menos problemas de salud infantiles. En ese momento, trabajar en casa, si bien no es como estar solo y no tener que cuidar a ningún pequeño, se convierte en una tarea bastante menos complicada.