Distintos estudios revelan que las mujeres que padecen determinados problemas durante la gestación tienen mayores posibilidades de sufrir diabetes en el futuro. En este artículo se examinan tres complicaciones del embarazo que aumentan el riesgo de diabetes para la mujer tras el parto: la diabetes gestacional, la preeclampsia y la hipertensión gestacional. Y también se ofrecen estadísticas de la diabetes durante el embarazo y sus peligros.
Aunque la mayoría de los problemas propios del embarazo se acaban cuando este finaliza, existen ciertas complicaciones que pueden tener consecuencias en el futuro. Uno de los casos más comunes es el de las enfermedades que incrementan el riesgo de que la mujer contraiga diabetes tiempo más tarde: la diabetes gestacional, la preeclampsia y la hipertensión gestacional.
La diabetes gestacional y sus problemas futuros
La diabetes gestacional es el tipo de diabetes que surge en la mujer como consecuencia del embarazo. Este problema se debe a que, durante este tiempo, la mujer experimenta una mayor demanda nutricional y, por tanto, debe sintetizar una mayor cantidad de sustancias (entre ellas la insulina) que le permitan asimilar esa mayor cantidad de proteínas, grasas, hidratos, etc. Cuando el cuerpo no puede sintetizar suficiente insulina, el azúcar no se procesa y queda en la sangre. El resultado es la diabetes durante el embarazo.
Las mujeres con diabetes gestacional deben hacerse exámenes de diabetes tras el parto
Cerca del 10% de las mujeres con diabetes gestacional padecerá diabetes tras el parto, y otro grupo de entre el 3% y el 35% sufrirá alteraciones de la glucosa. Así lo afirma un estudio publicado en ‘Journal of Obstetrics and Gynecology’.
Por ello, es importante que las embarazadas se realicen las pruebas para comprobar si sufren diabetes gestacional, y que todas las que la padezcan se examinen también entre las semanas 6 y 12 después de dar a luz. Sin embargo, según la misma investigación, una de cada tres mujeres afectada de diabetes gestacional no acude a realizar ese test después del nacimiento, porque «están demasiado ocupadas» y preocupadas «más por sus hijos que por ellas mismas».
Para prevenir la diabetes, tanto la gestacional como de otros tipos, las recomendaciones básicas son dos: llevar una dieta equilibrada y realizar actividad física.
Preeclampsia, hipertensión gestacional y diabetes
Por otra parte, científicos de la Universidad de Toronto (Canadá) determinaron que tanto la preeclampsia como la hipertensión gestacional son factores que aumentan el riesgo de diabetes en el futuro de la mujer que los padece durante el embarazo.
El trabajo analizó entre 1994 y 2008 una muestra de más de un millón de gestantes y concluyó que «las mujeres con preeclampsia o hipertensión gestacional tienen un riesgo dos veces superior de desarrollar diabetes«, incluso en ausencia de diabetes gestacional.
Además, cuando la diabetes gestacional es acompañada por la preeclampsia o hipertensión gestacional, el riesgo de sufrir diabetes en el futuro crece: la probabilidad se multiplica por 13.
Por ello, son importantes las medidas preventivas y realizar controles para detectar la diabetes en mujeres con un historial de preeclampsia o hipertensión gestacional.
El 8,6% de las mujeres embarazadas en España sufre diabetes, según un estudio citado en el libro ‘Diabetes y embarazo‘, editado en 2008 por el Hospital Universitario de La Paz (Madrid). La misma publicación apunta que los casos han aumentado en las últimas décadas, sobre todo entre las mujeres más jóvenes, como consecuencia del sobrepeso y la obesidad.
Esa cifra, sin embargo, podría ser aún más alta, ya que existen ciertas controversias sobre el criterio que se debe emplear en su medición. El documento ‘Estrategia en diabetes del Sistema Nacional de Salud‘ (Ministerio de Sanidad, 2012) señala que “en torno al 1% de las gestantes presenta diabetes pregestacional y hasta un 12%, diabetes durante el embarazo“.
La diabetes durante este tiempo (tanto si es gestacional como si ya se sufría con anterioridad) constituye un factor de riesgo para la mujer, el feto y el recién nacido. Para la madre representa la posibilidad de problemas como infecciones urinarias, estados hipertensivos, descompensaciones agudas y aumento de la tasa de cesáreas, mientras que el bebé puede sufrir malformaciones, abortos y prematuridad.