Se llama plagiocefalia postural a la deformación que sufre la cabeza del bebé debido a la presión de una fuerza externa sobre su cráneo en los primeros meses de vida. El número de casos comenzó a aumentar desde que, hace poco más de dos décadas, los pediatras empezaran a recomendar que los niños durmieran boca arriba para prevenir la muerte súbita del lactante. Este aplanatamiento un problema benigno, pero que se puede prevenir y tratar, si es necesario, con relativa sencillez. Este artículo explica qué es la plagiocefalia postural, por qué se produce y cómo se puede prevenir y remediar.
¿Qué es la plagiocefalia postural?
Se llama plagiocefalia postural o posicional a una deformidad en el cráneo, que se produce por efecto de una fuerza externa que ejerce presión sobre la cabeza del bebé. En los primeros meses de vida esta es todavía una parte muy maleable de su cuerpo, y por ello se origina este problema.
Esta deformidad, explica la Asociación Española de Pediatría (AEP), es un «aplanamiento de la región occipital», es decir, en la parte posterior de la cabeza del niño, y, en ocasiones, también en la zona parietal (a los lados). Como consecuencia, hay también algunas deformaciones secundarias: «abombamiento de la región occipital del lado contrario, adelantamiento y descenso de la oreja y abombamiento de la frente del mismo lado de la deformidad«.
Los especialistas destacan la importancia de diferenciar una auténtica plagiocefalia postural de un problema parecido llamado craneosinostosis. También es una deformación craneal, pero no se debe a cuestiones posturales, sino al «cierre precoz indebido de las suturas que separan los huesos de un bebé, lo que impide que el cráneo crezca de forma normal». La craneosinostosis occipital es muy poco frecuente (afecta a 3 de cada 100.000 niños) y, en general, la exploración del pediatra y un análisis de los antecedentes del pequeño permiten un diagnóstico preciso.
¿Por qué se produce la plagiocefalia postural?
El principal motivo de la plagiocefalia postural es que los niños pasan mucho tiempo acostados boca arriba en la misma posición. En un artículo incluido en el ‘Libro Blanco de la Muerte Súbita Infantil‘, editado por la AEP, el neurocirujano infantil Fernando Carceller Benito y la pediatra Julia Leal de la Rosa explican que la Academia Americana de Pediatría publicó en 1992 la recomendación de que los bebés no durmieran boca abajo, como hasta entonces se aconsejaba, sino en posición de decúbito supino (boca arriba). Esta medida logró los efectos deseados, ya que «ha descendido el cuadro de muerte súbita del lactante en más de un 40%» desde entonces, pero tuvo una consecuencia colateral: «un incremento importante de los niños con aplanamiento posterior de la cabeza».
Pero no es esa la única causa. También se puede producir por los siguientes factores:
- Ambiente restrictivo uterino. En otras palabras, que el bebé tenga, por algún motivo, menos espacio que el que necesita en el vientre materno. Esto se puede deber a que el feto sea muy grande (la cabeza o todo el cuerpo), un embarazo múltiple, un útero demasiado pequeño o deformado, pelvis de la madre muy pequeña, exceso o defecto del líquido amniótico, presentación de nalgas o incremento del tono de los músculos en la pared abdominal. También los partos con fórceps o ventosas pueden ser causa de este problema.
- Tortícolis muscular congénito. Una tortícolis en el niño (que también puede estar provocada por el poco espacio en el útero) reduce la movilidad del cuello, lo que puede ocasionar que el bebé adopte siempre la misma postura cuando está acostado y, en consecuencia, la deformación craneal.
- Prematuridad. Los factores de riesgo de plagiocefalia postural derivados de un nacimiento prematuro son dos: por un lado, el hecho de que, si nace antes de término, los huesos de la cabeza del pequeño son aún más débiles y, por lo tanto, más maleables; y, por el otro, estos niños suelen pasar algún tiempo acostados en la misma posición conectados a respiradores en la unidad de cuidados intensivos.
¿Cómo prevenir la plagiocefalia postural?
La AEP recomienda tomar algunas medidas para prevenir la plagiocefalia postural. Si bien el consejo sigue siendo que los bebés duerman boca arriba, los expertos sugieren a los padres cambiar la posición de la cabeza del niño, alternando entre un lado y el otro de manera periódica.
Otra recomendación, cuando el pequeño esté despierto, es acostarlo boca abajo durante entre 30 minutos y una hora. «Pero vigilando que esté siempre despierto», remarcan los pediatras. También aconsejan tenerlo en brazos, de modo que se evite que pase demasiado tiempo acostado y con la cabeza apoyada en una superficie que ejerza más presión. Y, en general, que el bebé esté «poco tiempo en las sillitas en las que se mantiene una postura fija de la cabeza«, sobre todo «las que se utilizan indistintamente para su reposo y como dispositivos de retención en los automóviles».
Existen también unas pequeñas almohadas diseñadas de forma específica para prevenir la plagiocefalia postural. Son redondas y de muy baja altura y tienen un orificio en el centro, en el cual se coloca la cabecita del niño, de tal forma que no se aplica ninguna fuerza de manera directa en el punto de apoyo. Un estudio científico sobre estas almohadas determinó que podían ser útiles y efectivas, aunque se trataba de una prueba piloto, a la espera de una muestra mayor de casos que confirmase sus resultados.
La plagiocefalia postural es relativamente frecuente y se considera un problema benigno, ya que “no produce ninguna alteración neurológica que pueda afectar al cociente intelectual, ni mientras sea un bebé ni en el futuro”. Las posibles secuelas son estéticas, pero se pueden remediar, si se diagnostican a tiempo, con un tratamiento bastante simple.
Una de las principales medidas que se deben tomar consiste en corregir la posición de la cabeza del niño cuando esté acostado, de forma que la presión se ejerza sobre la parte de la cabeza que no está aplanada.
Del mismo modo, los expertos de la AEP recomiendan colocar la cuna del bebé en una posición que le obligue a “rotar la cabeza hacia el lado contrario de la parte aplanada de la cabeza, cuando intente mirar a los padres o a lo que le pueda llamar la atención dentro de la habitación”.
Si existe tortícolis, el tratamiento es fisioterapia: ejercicios de estiramiento de los músculos del cuello.
Con estas medidas, los pediatras estiman que el problema se corrige en dos o tres meses. Si no dan resultado, el médico puede aconsejar el uso de bandas o cascos, a manera de ortesis craneal. En general, solo en los casos más graves el profesional ha de recomendar la consulta con un neurocirujano.