Los bebés de ocho meses disfrutan de ciertos juegos, son capaces de inclinarse para coger un objeto, tocar la mano de un adulto para que ponga en marcha un juguete que se ha parado y, en muchos casos, gatear. El juego, además de ser valioso desde el aspecto simbólico, también permite contribuir a su desarrollo. Este artículo describe las capacidades del niño cuando llega a los ocho meses de vida y ofrece seis tipos de juegos que, además de divertirlo y provocarle risas y sonrisas, estimulan su crecimiento y el gateo.
Jugar con un bebé de ocho meses
Los juegos para bebés de ocho meses les divierten mientras que estimulan su crecimiento y favorecen el gateoDurante la etapa que va desde que tienen unos tres o cuatro meses hasta que llegan a los ocho meses, los bebés viven un importante desarrollo infantil. Crecen, sus músculos adquieren más fuerza y más posibilidades de movimiento, y muchos ya comienzan a gatear. Por eso, los juegos más apropiados para los niños de hasta ocho meses son los que aprovechan estos nuevos recursos y estimulan su desarrollo.
En el periodo anterior, entre los dos y cuatro meses de vida del bebé, el pequeño experimenta una «reacción circular primaria», conducta realizada sobre su propio cuerpo, «al azar y sin ningún propósito, pero que produce un resultado tan placentero que motiva al niño a repetirla hasta repetir el mismo efecto», explican María Cruz Pecci, Teresa Herrero, María López y Alejandra Mozos en ‘El juego infantil y su metodología’ (McGraw-Hill, 2010). Estos gestos incluyen llevarse las manos a la boca, balbuceos, risas del bebé, etc.
Pero después de los cuatro meses, aparece la «reacción circular secundaria», explican estos expertos, un descubrimiento también placentero y azaroso, pero que ya no tiene que ver con su propio cuerpo, sino con el entorno físico y social del niño. Si el pequeño toca un objeto que pende sobre su cuna o mueve el brazo para que el sonajero suene, luego buscará repetir el movimiento para, de esa manera, repetir su efecto.
Los juegos con ruidos, de imitación y de gateo favorecen el crecimiento intelectual del bebéAhora el bebé toma y manipula los juguetes u objetos, con lo que mejora la coordinación de sus movimientos. Entonces empieza un juego en el que actúa sobre los objetos: los mueve, los voltea, los acerca y los aleja, es decir, los examina.
A los ocho meses de edad, por lo general, ya es capaz de dejar caer un objeto para coger otro, repetir una acción (como tocar la mano del adulto) para pedir que se reactive un juguete que se ha parado o que prosiga cualquier espectáculo que le parezca interesante, y también de inclinarse para buscar algo en la dirección en que se haya caído.
Juegos para estimular al bebé de ocho meses
A continuación, se destacan algunos juegos para que los niños de ocho meses se diviertan y estimulen su desarrollo.
Ruidos cubiertos y descubiertos. Los pequeños de ocho meses comienzan a relacionar los sonidos con sus fuentes, y también se dan cuenta de que las cosas existen aunque ellos no las vean. Por eso, este juego les divierte mucho.
Se toma un objeto sonoro, como un juguete que hace un ruido especial cuando se presiona. Se hace sonar y luego se tapa con un pañuelo o un trapo. El bebé ha de destaparlo. Luego, se vuelve a hacer sonar pero con el trapo encima, para que el menor lo escuche pero no lo vea, y lo volverá a destapar después. Se puede repetir con distintos juguetes y objetos: sonajeros, celofán, una radio, etc.
Juegos de imitación. Todos los niños intentan imitar los gestos y movimientos de los demás. De esta forma, se puede jugar y divertirse junto a ellos, con canciones como ‘Cinco lobitos‘ o ‘Qué linda manita‘. También les resulta divertido que los pongan frente al espejo, ya que intentan copiar sus propios gestos, que ven reflejados en el cristal.
¡A gatear! Existen numerosos juegos para estimular el gateo del bebé. Lo más simple es, cuando el niño está bocabajo en el suelo, colocarse frente a él y llamarlo. El bebé deseará acercarse a quien lo llame y su primer impulso será reptar. Luego se puede colocar en alto un juguete frente a él, para animarlo a que lo alcance y estimule sus brazos y abdominales. Otra opción es sentarse en el suelo y acostar al pequeño con su barriga sobre las piernas del adulto, para que se acostumbre a la posición de cuatro patas. También se puede levantarlo desde arriba con una banda de tela (esto, sobre todo, para los bebés más perezosos).
Las primeras patadas al balón. Se coloca al niño en posición vertical y se le sujeta desde detrás: con un brazo se le rodea el pecho y con la otra mano se le sostiene del culito. Se pone frente a él un balón muy ligero y se invita a que lo patee, primero guiando su pierna con la mano y luego animándolo a que repita la acción.
Si hay otra persona que pueda estar delante y dar patadas al balón de regreso hacia el bebé, mucho mejor, porque este imitará sus movimientos, y más aún si del otro lado hay otro pequeño sostenido de la misma forma. Este juego fortalece sus piernitas y su motricidad gruesa.
Bloques de construcción. En esta etapa los niños comienzan a jugar con bloques de construcción, que estimulan su creatividad e imaginación y permiten trabajar la diferenciación por colores, la habilidad manual y la motricidad fina. Además, se divierten mucho tirando abajo las construcciones que ellos mismos o los adultos hayan creado. Los bloques se pueden comprar o fabricarse en casa con madera, poliestireno expandido o cartones de tetrabrik.
Libros como juguetes. Si al bebé de ocho meses se le dan libros, aprenderá a familiarizarse con ellos, a considerarlos parte de su mundo. Por supuesto, no saben leer ni pueden seguir las historias que les cuentan, pero les gusta que les lean y también, sobre todo, experimentar con ellos: tocarlos, moverlos, llevarlos a la boca, etc. Por eso, los libros apropiados para estas edades son grandes, con muchos colores, e incluyen distintas texturas y otros efectos especiales, como botones que emiten sonidos al presionarlos.