Entre los seis y los diez meses el bebé adquiere la suficiente fortaleza para gatear, un paso que le ayuda a caminar. Para empezar a moverse ayudado por sus cuatro extremidades, el pequeño necesita aprender a coordinar y apoyar brazos y piernas. Este artículo recoge siete juegos y ejercicios para estimular el gateo y explica por qué es importante no saltarse esta etapa.
Algunos bebés comienzan a andar sin antes haber aprendido a gatear. Sin embargo, la etapa del gateo es importante para el desarrollo psicomotor del niño. Según la Organización Mundial de la Salud, «gatear es uno de los seis hitos motores fundamentales para aprender a caminar».
Para gatear el bebé necesita coordinar y apoyar sus cuatro extremidades
Para empezar el gateo, el bebé necesita aprender a coordinar y apoyar sus cuatro extremidades. Esta tarea exige que el pequeño fortalezca los músculos de brazos y piernas, así como sus abdominales, para soportar el peso de su cuerpecito. Estos son algunos juegos y ejercicios que le podrán ayudar:
1. Un juguete colgante para el bebé que gatea
Este juego ayuda al bebé a ejercitar sus extremidades superiores y los músculos abdominales. Mientras el niño está tumbado sobre su vientre, se sujeta un juguete en alto frente a él, a una distancia de unos 20 o 25 centímetros. El pequeño intentará alcanzarlo con su mano y aprenderá así sus primeras nociones de equilibrio.
Se puede hacer el juego un poco más difícil y elevar el objeto para que tenga que alargar aún más el brazo para cogerlo.
2. Un poco de ayuda divertida para el niño
El primer paso antes de gatear es fortalecer las piernas del bebé y aprender a reptar. Sin embargo, es probable que sus primeros intentos sean algo frustrantes y que se desplace hacia atrás, en vez de hacia el frente.
El pequeño aún no saber cómo flexionar bien sus rodillas. Para ayudarle, se puede presionar suave con la palma de las manos las plantas de sus pies cuando trate de reptar. Esto le servirá de punto de apoyo y el niño conseguirá avanzar hacia delante. El impulso hasta facilitará que levante un poco el tronco y se ponga por fin a cuatro patas.
3. ¡Arriba la barriga!
Lo que más cuesta al bebé que aprende a gatear es levantar la barriga del suelo. Antes de que lo consiga por sí mismo, se le puede acostumbrar a esta posición con un poco de ayuda.
Un ejercicio que le divertirá consiste en sentarse en el suelo con las piernas estiradas y colocar al niño de forma transversal sobre los muslos. Su barriga debe quedar justo encima de ellos, y sus rodillas, en el suelo.
Con suaves movimientos de los muslos arriba y abajo, el pequeño podrá experimentar cuál será la posición del tórax durante el gateo.
4. Una banda de tela para el bebé que quiere gatear
Otra opción para los más perezosos es tumbarles boca abajo en el suelo y pasar alrededor de su tórax una banda de tela a modo de cinturón.
El juego consiste en levantar al bebé tirando de ambos lados de la banda, hasta que solo toque el suelo con las manos y rodillas.
5. Salto de obstáculos para practicar el gateo
El juego de saltar obstáculos ayuda al bebé a perfeccionar la psicomotricidadSaltar obstáculos es uno de los juegos más entretenidos y le ayudará a perfeccionar la psicomotricidad y el equilibrio, además de a orientarse en el espacio.
Con ayuda de cojines, o con las piernas del adulto colocadas abiertas a su paso, se traza un pequeño circuito para que el bebé supere obstáculos mientras gatea.
Al otro lado se pueden poner juguetes u objetos interesantes para el pequeño, con el fin de estimular su gateo hasta la otra parte.
6. Jugar a subir cuestas con el niño
¡Más difícil todavía! Se trata de conseguir que el pequeño aprenda a desplazarse sobre un plano inclinado. Con un tablón de madera y unos cojines se puede montar una pequeña rampa.
La «cuesta» tiene que tener poca altura y el niño debe estar siempre vigilado mientras que sube o baja por ella.
7. Arriba y abajo
Uno de los peligros que acechan al bebé que ya gatea es que puede trepar a superficies más elevadas y a veces no sabe bien cómo bajar de ellas. Para que aprenda la forma adecuada (siempre de espaldas para no darse de bruces en el suelo), se puede colocar un obstáculo de poca altura para que suba a él. Sirve una maleta ancha o un cojín grande.
Cuando intente bajar con la cabeza por delante, hay que darle la vuelta para que comprenda que ese es el mejor camino. Para que este ejercicio sea efectivo, es necesario que sea muy repetitivo.
Los pediatras Santiago Ucros y Natalia Mejía, autores de la ‘Guía práctica de pediatría basada en la evidencia’ (Panamericana, 2010), insisten en que el gateo es necesario y que “es preciso gatear para aprender a caminar bien”.
Estos especialistas señalan algunos de los principales beneficios que esta actividad reporta a los bebés:
El gateo amplía el campo visual del pequeño.
Le ayuda a sentir las diferencias entre distintas superficies, texturas y cambios de nivel.
La visión hacia abajo que le proporciona el gateo le sirve para adquirir la percepción de profundidad.
Gatear permite al niño no tener que concentrarse en el equilibrio. Y así puede ocupar su atención en otras habilidades como aprender a hablar.