Un pediatra de Estados Unidos publicó hace poco en Internet un vídeo en el que describe una técnica que, según su explicación, es muy efectiva para calmar el llanto de los bebés. En pocas semanas, el vídeo ha sumado millones de reproducciones. Sin embargo, algunos médicos recomiendan no aplicar el método sin consultarlo antes con un especialista. Este artículo ofrece detalles sobre la técnica que se hizo viral, cuáles son los riesgos de su aplicación y las precauciones que hay que tener en cuenta para ponerla en práctica. También describe otras técnicas para aplacar el llanto de los niños.
Calmar el llanto del bebé con una técnica que se hizo viral en Internet
Vivimos en una época de fenómenos virales. Un gatito que baila, el percance de un ser anónimo, una escena de una película antigua… casi cualquier cosa puede convertirse, gracias a Internet, en el tema de conversación de millones de personas en casi todo el mundo. En ese contexto, es normal que un vídeo que se anuncia como la solución a un problema de siempre de los seres humanos -cómo calmar el llanto de los bebés– se convierta en un éxito.
El vídeo (que se puede ver en este enlace) fue subido a YouTube a finales de noviembre de 2015 y ha sido visto millones de veces. En él, el pediatra estadounidense Robert Hamilton explica de manera muy sencilla el método que utiliza para calmar a los niños pequeños, según afirma, desde hace 30 años. El método consta de cuatro pasos:
- En primer lugar, hay que levantar al bebé boca abajo y doblar con cuidado sus bracitos, de modo que queden apretados junto a su propio pecho.
- Luego, se debe colocar una mano debajo del niño junto a sus brazos. Esa mano, además de sostener su torso, tiene que servir como punto de apoyo para su mentón (es decir, para su cabecita).
- Con la palma de la otra mano se sujeta al bebé por el culito. La mayor parte de la fuerza para sostener al niño se hace con este brazo. Y el pequeño debe quedar en posición inclinada, a unos 45 grados.
- Y se le mece, hacia arriba y abajo o bien hacia los costados, pero siempre con mucha suavidad.
Como se observa en el vídeo, los bebés que están llorando dejan de hacerlo en cuanto el médico los sostiene de esta manera. Según Hamilton, la clave radica en que los niños se encuentran en posición fetal, una forma que les resulta conocida y placentera, dado que han pasado casi toda su vida intrauterina así -y pese a que, en la última parte del embarazo, lo normal es que los pequeños inviertan su posición-. El especialista explica también que este método solo se puede aplicar en bebés de hasta dos o tres meses, ya que el tamaño y el peso que alcanzan después hacen muy complicado sujetarlos de este modo.
Riesgos y precauciones para la aplicación de esta técnica
Sin embargo, el método ha recibido objeciones o, al menos, se pide que se tomen algunas precauciones. Santiago Mintegi, pediatra del Hospital Universitario Cruces, de Barakaldo (Bizkaia), y coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones no intencionadas en la Infancia, de la Asociación Española de Pediatría, señala que «no recomendaría en absoluto este método» sin consultarlo antes con un especialista. «Si lo hace una persona inexperta y que no esté bien instruida, puede lesionar al niño, en especial si se trata de un recién nacido», puntualiza Mintegi.
En el vídeo se observa a Hamilton aplicar su técnica con una gran tranquilidad, pero los padres de bebés que llevan un largo rato llorando sin parar suelen estar cansados y estresados. Por eso, otra crítica apunta a la dificultad de que, en tales condiciones, los progenitores puedan reproducir los movimientos adecuados. Y esto puede ser peligroso, ya que, si se mueve al niño sin la suavidad necesaria, se le podría causar alguna lesión.
También se debe tener en cuenta, como el mismo Hamilton aclara, que esta técnica puede ser efectiva en casos de cólicos del lactante u otros llantos de origen indeterminado (que son habituales en los bebés), pero no hará que el llanto acabe si se debe a hambre, frío, calor, sueño o necesidad de que le cambien el pañal.
Calmar al bebé que llora es una necesidad que surge en muchos momentos durante la crianza. Y, como no hay una receta o una fórmula mágica, existen muchas técnicas diferentes para intentar lograrlo.
Las más habituales son mecer al niño con suavidad, masajearlo, cambiarlo de posición o envolverlo con una mantita, ya que en general les gusta sentirse envueltos y ceñidos (aunque no hay que envolverles las piernas, ya que esto podría ocasionarles una luxación de cadera).
Una solución algo más curiosa consiste en colocar al pequeño cerca de una fuente de sonido regular, como lavadoras, secadores de pelo, aspiradoras o campanas extractoras. El ruido que estos artefactos producen se parece al llamado “ruido blanco”, un sonido que contiene todas las frecuencias a una misma potencia y que -por motivos que los expertos no tienen claros- a menudo serenan a los bebés y les hacen dejar de llorar. Esta técnica tampoco es infalible, ni funciona con todos los pequeños, pero muchos especialistas recomiendan su uso como un método más cuando se intenta tranquilizar al niño, aunque otros sugieren aplicarla solo durante periodos breves y en casos difíciles o cuando no quede otro remedio, para evitar que los bebés lo asuman como un hábito y, también, por los posibles daños auditivos que podrían causar.