Los bebés memorizan y reconocen el sonido materno antes de nacer. Pero esta no es la única habilidad que adquiere el pequeño durante la etapa prenatal. Una investigación concluye que el niño retiene la entonación y la melodía característica del idioma al que está expuesto durante la gestación y la reproduce después en su llanto. En este artículo se explica por qué el lenguaje del bebé se inicia con el llanto y cómo los recién nacidos lloran de un modo distinto según el idioma de sus padres.
Cada bebé llora en su idioma
El bebé comienza el desarrollo de sus cinco sentidos antes de nacer, mientras permanece dentro del útero materno: el tacto, el gusto, el olfato infantil, la vista y, como no, el oído. Los especialistas coinciden en que es a partir del cuarto o quinto mes de gestación cuando el feto empieza a oír sonidos del exterior y responde con movimientos o con el ritmo cardiaco a estos estímulos auditivos.
Los fetos oyen sonidos del exterior durante el embarazo, y ello se traduce en su forma de llorar
Distintas investigaciones concluyen, además, que el bebé es capaz de retener en la memoria los sonidos que percibe dentro del útero materno. «El más claro ejemplo es la capacidad de reconocer algunas de las melodías escuchadas durante el embarazo», afirma Don Campbell, autor de ‘El efecto Mozart‘ (Urano, 1998).
Pero el niño no solo recuerda los sonidos percibidos en su estancia fetal. El recién nacido también los reproduce desde el momento del nacimiento a través de su llanto, concluye un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Wüzburg (Alemania), quienes defienden de este modo que el inicio del desarrollo del lenguaje del bebé no se da, por tanto, con los primeros balbuceos (alrededor de los seis meses) sino con el llanto. «Hemos podido probar que el lenguaje infantil comienza con las primeras melodías del llanto», afirma Kathleen Wermke, la especialista que ha liderado este trabajo. La prueba que aportan para demostrarlo es que en el llanto del recién nacido se puede percibir la misma entonación y acento del idioma al que ha estado expuesto durante la gestación.
Una forma de llorar para cada idioma
Para llegar a esta conclusión, el equipo de la investigación analizó el llanto de 60 bebés (de entre tres y cinco días), la mitad de ellos nacidos en un entorno monolingüe alemán y la otra mitad en francés, dos lenguas que difieren entre sí tanto en la entonación y el ritmo como en la melodía.
Las diferencias entre el llanto en uno y otro idioma fueron evidentes. Mientras que los niños alemanes utilizan al llorar un tono descendente, típico de esta lengua, los franceses entonan de una forma ascendente. «Los bebés reproducen con mayor frecuencia los tipos de melodía e intensidad que caracterizan a su lengua nativa», apunta Wermke.
Esta reproducción de la entonación y ritmo del idioma es la forma que tiene el bebé de imitar a su madre para atraerla hacia él y crear un vínculo con ella. La reproducción de la melodía y el tono de la lengua es tan precoz, porque es lo único que el pequeño puede imitar de su madre.
Este dato puede explicar en parte la capacidad innata de muchos progenitores de reconocer el llanto de su bebé entre otros niños. Un reciente estudio conjunto de la Universidad de Lyon (Francia) y la Universidad de Sussex (Reino Unido) revela que no solo la madre sino también el padre es capaz de reconocer a su hijo por su llanto. Esto se explica, según los investigadores, porque la capacidad de identificarlo no es una cuestión de sexo, sino que está relacionada con el tiempo que el progenitor pasa con su pequeño.