Los contadores de luz tienen la función de medir el consumo de energía eléctrica realizado en una instalación. En la actualidad conviven los antiguos modelos analógicos, que indican la energía empleada a través del movimiento de un disco giratorio, con los modernos equipos digitales, que informan mediante de una señal luminosa. En este artículo se detalla cómo leer los contadores de luz analógicos y digitales y de qué manera funcionan los llamados contadores “inteligentes”.
Cómo leer los contadores de luz analógicos
El contador de la electricidad es uno de los eslabones del sistema de energía que abastece las casas y los edificios. Su función es medir el consumo que se produce en la instalación eléctrica a la cual está conectado.
Los contadores, al igual que la gran mayoría de los aparatos que se usan en la actualidad, pueden ser de dos tipos: analógicos (los más antiguos) o digitales (los modernos). En todos los casos, poseen una parte frontal visible. En los analógicos, aparece en la parte superior un indicador con un número de cinco cifras que crece a medida que la energía consumida aumenta; y en la parte inferior hay una ranura a través de la cual se ve un disco que, en posición horizontal, gira a una velocidad directamente proporcional a la energía eléctrica que se utiliza.
La marca en el disco en los contadores antiguos y el led en los digitales permiten conocer el consumo eléctrico en tiempo real
Para facilitar la observación, el disco cuenta con una pequeña marca roja en un punto de su periferia. Este sistema permite controlar cuánto consume un determinado aparato en el hogar. El modo de hacerlo es sencillo: apagar y desconectar todos los demás y encender aquel cuyo consumo se desea conocer. De esa manera, si se sabe a cuánto equivale cada giro del disco, se podrá controlar con exactitud la cantidad de energía que cada aparato de la casa emplea para su funcionamiento.
Leer los contadores de luz digitales
En los contadores digitales (obligatorios en todas las instalaciones nuevas o sustituciones en hogares desde el 1 de julio de 2007), el indicador de números antiguo deja lugar a una pequeña pantalla que informa del consumo; el disco giratorio, mientras, es sustituido por un pequeño led rojo que se enciende durante un instante cada vez que se supera una determinada cantidad de energía, en función de la marca del contador o de cómo se lo haya programado. Es decir, cada encendido del led en los contadores modernos equivale al paso de la marca roja del disco por la ranura en el modelo clásico.
Los contadores digitales permiten que las empresas encargadas del suministro de electricidad lleven un control más preciso, a distancia y en tiempo real del consumo de los usuarios. También les posibilita registrar las franjas horarias en las que ese gasto se realiza, datos a partir de los cuales es posible implementar tarifas diferenciadas, según si se produce en horas «punta» (las de mayor consumo), «valle» (intermedio) o «llano» (más bajo).
Se llama contadores inteligentes a los aparatos digitales que se instalan en lugares visibles del interior del hogar, con el fin de proporcionar la información sobre el consumo en el mismo momento en que se produce. Estos dispositivos brindan además otros datos adicionales, como la cantidad de emisiones de dióxido de carbono y el coste en euros que ese uso representa. Algunos incluyen también una alarma, que suena cuando el nivel de empleo de energía supera un cierto límite.
Estos contadores no reducen el consumo por sí mismos, pero la idea de quienes promueven su instalación es que tener fácil acceso a ciertos datos sirve para concienciar a los usuarios a que consuman de un modo más responsable, sobre todo, si pueden ver en la pantalla su equivalente en dinero. Dos ejemplis son las grandes cantidades de energía que requieren electrodomésticos como la plancha o el lavavajillas o dejar en “stand by” un aparato que no se apaga por completo, que también genera un gasto considerable.