Los mandos a distancia fueron creados para facilitar el confort en el hogar. Sin embargo, a menudo son tantos y tan fáciles de extraviar que parecen complicar la vida más de lo que la simplifican. Para evitar esta sensación, conviene seguir algunas pautas para organizarlos, de manera que ayuden a ganar tiempo y comodidad. Este artículo describe los problemas relacionados con el orden de los mandos a distancia y sus soluciones, cestas y organizadores para guardarlos y “portamandos” colgantes para sillones o el sofá.
Problemas y soluciones para los mandos a distancia
Dado el lugar cada vez más preponderante que ocupa la tecnología en los momentos de ocio, los mandos a distancia se han convertido en un gran aliado para su disfrute. Por eso, conviene seguir algunas pautas para que proporcionen comodidad y no -como a veces da la sensación- todo lo contrario.
Los problemas más frecuentes relacionados con estos instrumentos son dos: el primero, no encontrarlos tan rápido como debiera cuando se necesitan, y el segundo, que haya demasiados y generen confusión.
La tentación de dejar los mandos en el sofá deriva en el clásico extravío entre los cojines y la incomodidad de buscarlo después
Para evitar estos inconvenientes, la clave radica en asignarles un sitio y respetarlo siempre que sea posible. La opción más sencilla es que su lugar sea sobre la mesilla del salón, o en alguna balda inferior de este mismo mueble (sobre todo, si su parte superior es de cristal transparente). Si se elige esta modalidad, hay que ser muy constante para dejar el mando siempre en el mismo rincón. La tentación de dejarlo sobre el sofá deriva en el clásico extravío entre los cojines y la incomodidad de tener que buscarlo después.
El caso es que esa posibilidad vale para uno o dos mandos, pero se complica cuando son más. Y si se tiene en cuenta la cantidad de aparatos que pueden controlarse a distancia (televisor, vídeo, cadena musical, aire acondicionado, consolas de videojuegos, descodificador de TDT o de canales de televisión por satélite, etc.), no es extraño que sea necesario buscar una alternativa para evitar una montaña de mandos sobre la mesa (o resignarse a perder tiempo cada vez que se busca uno).
Cestas y organizadores para los mandos a distancia
Una de las formas más prácticas y simples de evitar extravíos y confusiones es usar cestas u otros recipientes para organizar los mandos. Estas cestas se pueden comprar ya elaboradas, en materiales variados (plástico, mimbre, madera, etc.) y con diversos tipos de decoración. También las puede realizar uno mismo: una caja de cartón o hasta una botella de plástico, forrada con tela o papel o pintada, es una posibilidad que da mucho juego.
Una envoltura de plástico protege el aparato ante golpes y rozaduras y del polvo y prolonga su vida útil
Conviene, si es posible, que el recipiente posea alguna separación o compartimento para priorizar los mandos de empleo más frecuente sobre los demás. Los más utilizados es habitual que estén siempre en la parte superior, pero a menudo esta especie de orden natural se altera cuando se busca uno de los de abajo, al hacer limpieza, etc. De este modo, más allá de que se mezclen los demás, los más solicitados estarán siempre a mano y en su sitio.
Una recomendación válida en general, y sobre todo para estos casos en que todos los mandos se apilan en un mismo recipiente, es envolverlos con un plástico protector transparente. Sirven tanto los protectores específicos que se encuentran en el mercado, como el método «casero» de usar una bolsita (la misma en la que viene embalado el propio mando es muy útil) y pegarla con cinta adhesiva en la parte posterior. De esta forma, se protege el aparato ante golpes, rozaduras y del polvo que se introduce por sus rendijas, y se prolonga su vida útil. Es decir, se evita, o al menos se posterga, el fastidioso momento de intentar hacer algo con el mando y que el aparato no responda.
Existen unos prácticos “portamandos” preparados para colgar en el apoyabrazos de sillones y sofás y permitir que los mandos estén a mano ocupando un lugar sobrio y discreto, casi invisible. Es una opción idónea, sobre todo para los que se emplean con mayor frecuencia. Se puede combinar este portamandos colgante con una cesta, en un sitio algo más apartado, para los que se usan menos.
Estos complementos son bastante económicos, pero también lo puede diseñar uno mismo. De esta manera, se asegura que combine con el resto de la decoración del salón. Una posibilidad es utilizar la misma tela que para las cortinas o la funda de los cojines, con el fin de seguir una única línea de diseño. La otra es emplear un color similar al del sofá o el sillón del que se han de colgar, para reducir el contraste y que el portamandos pase lo más inadvertido posible.
Para su confección, basta con una pieza de tela lo bastante grande como para hacer un doblez y crear de ese modo los bolsillos en los que guardar no solo los mandos a distancia, sino también otros objetos de uso cotidiano (gafas, teléfono móvil, revistas, etc.). La sujeción al sofá se efectúa de manera sencilla, con un pequeño velcro que queda oculto bajo los cojines.