Las cortinas de baño cumplen un papel fundamental, al evitar que el suelo, los sanitarios y otros objetos se mojen. Sin embargo, a veces no se cuidan de forma correcta y sobre ellas se forman manchas de moho o suciedad. Este artículo explica cómo cuidar las cortinas de duchas y bañeras para que no se deterioren y duren más, destaca la importancia de la ventilación del baño y de evitar la humedad y los tirones con fuerza excesiva y da recomendaciones para limpiarlas.
El cuarto de baño es uno de los sitios más difíciles de limpiar en una casa. Por un lado, por la necesidad de desinfectar con bastante frecuencia, y por el otro, por la manera en que se acumulan allí la humedad y la condensación. Una de las principales víctimas de estas condiciones suele ser la cortina de la ducha o la bañera, en la que a menudo se forman manchas de suciedad o moho.
A continuación se enumeran una serie de consejos para cuidar las cortinas de baño, evitar que se deterioren y afeen y prolongar así su vida útil.
Prestar atención a la ventilación del baño
Ventilar la estancia siempre que sea posible. Esto es importante sobre todo después de que alguien tome una ducha o un baño. Esta necesidad es, además, proporcional a la temperatura del agua utilizada, ya que cuanto más caliente esté, mayor es la evaporación; y también a los niveles de humedad en el ambiente de la región donde la casa esté ubicada.
Si el cuarto posee una ventana que da al exterior (lo cual es siempre recomendable), se debe abrir al menos durante unos minutos después de la ducha o baño. En caso de que no tenga, lo apropiado es instalar un extractor de aire, que facilite la expulsión de la humedad y la renovación del aire de la estancia. Si el baño carece tanto de ventanas como de sistema de ventilación mecánica, se deberá procurar dejar la puerta abierta durante algunos minutos.
Evitar la humedad y los tirones
Otros consejos para evitar que la humedad y los tirones excesivos dañen la cortina son los siguientes:
Extender bien la cortina para evitar que se formen pliegues. Es en los pliegues donde la humedad queda retenida y es más fácil que aparezcan manchas de moho. Esto también puede ocurrir en la parte inferior de las cortinas, si quedan en contacto con los laterales de la bañera. En ciertos casos -sobre todo en cuartos de baño sin buena ventilación– puede resultar conveniente dejar la cortina extendida por fuera de la bañera, al menos hasta que se seque bien.
Se debe procurar que entre la cortina de baño y el techo quede una separación de al menos 20 centímetros
Evitar que la cortina quede muy cerca del techo. En lo alto de la estancia se concentran los mayores niveles de temperatura y humedad. Por eso, conviene dejar al menos 20 centímetros entre el techo y la parte superior de la cortina, de tal modo que esta no se exponga a esas condiciones.
Correr la cortina con suavidad. Si se ejerce una fuerza desmedida para correr la cortina, esta puede resultar dañada, así como las argollas o la barra que la sostienen. Si la barra está empotrada, se pueden perjudicar las uniones en la pared, mientras que si está sujeta a presión, hasta podría pasar que cayera al suelo todo el conjunto. Lo idóneo es correr las cortinas con suavidad, procurando tomar la cortina desde la parte superior.
En el momento de efectuar la limpieza del cuarto de baño, ocurre con frecuencia que uno se concentra en los sanitarios, el suelo, las paredes, etc., y la cortina de la ducha o bañera quede un poco olvidada. Sin embargo, si no tiene manchas de moho o humedad, su limpieza es sencilla y rápida. Se debe pasar un trapo empapado en salmuera por la cortina, dejar actuar un cuarto de hora y luego aclarar bien con agua limpia.
Si la cortina ha sido afectada por el moho, habrá que emplear una sustancia más fuerte: lejía. Se recomienda diluir una parte de lejía en 40 de agua (puede ser un cuarto de litro de lejía en 10 litros de agua) y aplicar sobre la parte manchada con un paño o un cepillo de cerdas suaves.
En caso de que existan manchas pero no sean de moho, es posible quitarlas con el uso de sustancias naturales, como vinagre, o bien con agua con bicarbonato. También se puede meter la cortina en la lavadora, con agua fría (o a no más de 30 grados) y sin incluir el programa de centrifugado o secado.
Por último, hay que asegurarse de que la cortina se seque bien después de limpiarla y aclararla. Si el baño posee buena ventilación, se pueden colgar directamente en su barra y dejarlas secar allí, pero en caso de que no, lo mejor será dejarlas en un tendedero y colocarlas en su sitio solo una vez que se hayan desprendido de toda la humedad.