Cortar azulejos o baldosas durante el alicatado es una tarea que, en ciertos casos, puede ocasionar dolores de cabeza. No es que consista en una actividad demasiado complicada, pero como tales piezas son muy frágiles y a menudo se rompen. A continuación se explica la importancia de los cortes precisos para adaptar los azulejos al espacio disponible, formas de cortar azulejos con herramientas eléctricas y técnicas para hacerlo de manera manual.
Cortes precisos para adaptar los azulejos al espacio
Cuando se emplean tenazas los cortes de los azulejos se realizan a pequeños mordiscos
En muchas ocasiones es necesario cortar azulejos y baldosas, porque la forma o las dimensiones de la superficie obligan a ajustarlos al espacio disponible o porque hay que sortear interruptores, marcos de ventanas o tuberías. El problema es que estas piezas son bastante frágiles y dadas a romperse por partes por donde uno no desea fragmentarlas. Por eso, los cortes han de ser precisos y respetar el diseño de la estancia.
Respecto a las esquinas, son los últimos espacios que se alicatan. En ellas se colocan las piezas recortadas, puesto que los bordes resultan menos visibles. Las zonas más delicadas son los rincones, ya que las baldosas y azulejos requieren dos cortes.
Formas de cortar azulejos con herramientas eléctricas
Los trabajos se pueden realizar con herramientas manuales, como las sierras, o eléctricas, como la amoladora. Esta máquina permite cortar las piezas en hilera, una utilidad muy práctica para ahorrar tiempo cuando han de cortarse varios azulejos o baldosas con la misma medida.
Otra opción es recurrir a una cortadora de diamante, que cuenta con una pequeña pieza de este material en el extremo. El procedimiento es sencillo: se marca la línea por la que se quiere cortar y se raya con la punta sobre ella. De esta forma, en la parte superior del azulejo, que es la más dura, queda una marca por la que se fractura. Este corte se puede realizar con la propia máquina -mediante un dispositivo que separa las dos partes- o con unas tenazas. Estas últimas alargan el proceso porque obligan a realizar pequeños mordiscos y limar el borde para eliminar irregularidades, pero son muy prácticas para recortes pequeños.
En ocasiones, los cortes se localizan en el centro del azulejo. Para ello, se marca la línea de corte y se realizan agujeros con un taladro en todo el perímetro. Estos agujeros han de estar próximos entre sí. Para que la broca no resbale al taladrar, es conveniente marcar el punto de apoyo con un clavo. Se coloca la punta sobre la pieza y se golpea con un martillo sin profundizar. Después, se vacía el agujero con una piqueta y se liman los bordes.
La ubicación determina la limpieza del corte. Cuando el azulejo rodee un interruptor, es posible dejar los bordes irregulares, puesto que quedarán ocultos con el marco o el embellecedor. Asimismo, es preferible cortar siempre por el interior de la marca, ya que si se hace en el exterior, el agujero puede resultar mayor de lo conveniente.
No siempre se dispone de herramientas eléctricas de corte, en cuyo caso hay que afrontar la tarea con herramientas manuales. Una posibilidad es emplear un serrucho u otra herramienta de sierra para marcar. Para que el corte sea recto, conviene apoyar el lateral de la sierra sobre un taco de madera, con el fin de que este sirva de guía. Así, una vez marcado el punto por el que se quiere fragmentar el azulejo, este se coloca en el borde de una mesa u otra superficie de perfil recto, se carga el peso sobre la parte que queda fuera (sobre la otra se apoya la mano con firmeza) y se parte la pieza en dos.
También es posible, después de trazar la raya, poner un clavo en cada extremo de esta, justo debajo de la zona esmaltada. De esta manera, se consigue levantar unos milímetros la zona central. Luego se apoya una mano en cada uno de los laterales y se ejerce presión para que la pieza se fragmente.