La medicina alternativa fue la disciplina que comenzó a estudiar los efectos y la influencia que los distintos colores tienen en el organismo. Con el paso de los años, la cromoterapia se ha extendido a otros campos y hoy en día se aplica como complemento en muchos tratamientos dedicados al bienestar y a la relajación. El desarrollo de las nuevas tecnologías ha hecho posible que las cabinas de ducha y las columnas de hidromasaje incluyan entre sus prestaciones la función de cromoterapia, un sistema que combina el agua con la emisión de luces de colores, e incluso, música.
Un color, una propiedad
La terapia cromática se basa en el principio de que los colores son capaces de estimular el cuerpo e incidir en el estado de ánimo de las personas. El cerebro los recibe como si se tratara de una vibración electromagnética y responde con unos efectos concretos tanto del cuerpo como de la mente. Son reacciones que varían según el tono empleado.
Las cabinas de baño que aplican cromoterapia lo hacen mediante los cuatro colores primarios. A su vez, algunos sistemas de luces permiten realizar diferentes combinaciones para conseguir gamas, efectos y ambientes distintos.
Las propiedades que se atribuyen a los tonos primarios son las siguientes:
Rojo. Es un color creativo. Indicado para personas propensas al decaimiento. Estimula el corazón y aumenta la circulación sanguínea. Por este motivo, no se aconseja para hipertensos o individuos que sufran algún tipo de inflamación.
Verde. Destaca como un tono tranquilo, calmante y refrescante. Produce sensación de alegría y esperanza. Su aplicación se realiza en terapias contra el dolor y en casos de lesiones de la piel.
Azul. Color frío pero sereno y sosegado. Relaja y despeja. Está indicado para combatir el estrés, el insomnio y la excitación. Es un tono que no deben usar las personas con fatiga y tendencias depresivas.
Amarillo. Es un color cálido y acogedor. Se le atribuyen efectos sobre el hígado, la bilis y el páncreas. Es capaz de producir un ambiente idóneo para luchar contra los estados de decaimiento. El uso del amarillo se recomienda en personas introvertidas o que desean reforzar el sistema nervioso.
Focos LED de cromoterapia
El mercado propone diferentes soluciones para introducir la cromoterapia en el baño. La más sencilla consiste en adquirir una cabina que incluya esta función. Además del sistema de color, estos modelos se presentan como una combinación «todo en uno» de diferentes prestaciones: ducha, baño de vapor y aromaterapia son las principales.
El cerebro recibe los colores como una vibración electromagnética y responde a cada tono con unos efectos concretos
Una alternativa es la instalación de un plafón específico de cromoterapia en una ducha ya construida. Incluyen un mando a distancia, con el que programar la luz y el color, y un visor digital en el frontal con la información necesaria. Hay plafones muy avanzados que permiten emitir de manera inalámbrica la señal de cualquier reproductor musical (CD, mp3, radio, hi-fi) al receptor incorporado en la ducha.
En ambos casos, antes de adquirirlos conviene conocer cuál será el consumo eléctrico de los focos que incluyen y el caudal de agua que necesita cada sistema.
Una solución intermedia es la instalación de lámparas LED de cromoterapia. Estos focos incorporan carcasas de diferentes colores que se pueden colocar en luces ya instaladas o sobre unas nuevas. Incluso algunos modelos combinan varios colores con diferentes velocidades.
La sauna finlandesa se considera un ambiente ideal para aplicar la cromoterapia. La razón es que las altas temperaturas y los bajos niveles de humedad intensifican los efectos beneficiosos que se le atribuyen a la terapia cromática. De esta manera, los colores no sólo penetran a través de los ojos, sino que los poros de la piel- abiertos por el calor- los reciben también. Las sesiones de sauna con cromoterapia deben ser periódicas. No se recomiendan más de dos en una misma semana. En cuanto a la duración, conviene que no superen los 20 minutos.