Pese a su tamaño, es posible cultivar palmeras en casa. Si se aplican los cuidados adecuados, pueden crecer tanto en un jardín como en macetas. Las especies más altas superan los 35 metros de altura, pero hay ejemplares más menudos aptos para su desarrollo dentro de una vivienda. Este artículo brinda datos acerca de la elección y poda de las palmeras, detalles sobre el trasplante de un ejemplar y consejos para su plantación.
Elección y poda de las palmeras
Si se decide cultivar una palmera en casa, tanto si es en el patio como en el jardín, es necesario conocer algunos datos sobre ese ejemplar. En particular, es importante saber qué altura alcanzará, el número aproximado de ramas o brazos que ha de desarrollar, cuántos años vivirá y cuáles son sus necesidades de cuidado, abonos y poda. Si se ha de plantar en maceta, también será imprescindible conocer el momento idóneo para cambiarlo de recipiente. Otros factores a los que se debe atender son el grado de humedad e iluminación que requieren.
Hay que cavar un hoyo con el tamaño suficiente para que las raíces de la palmera se desarrollen sin inconvenientes
En general, la palmera solo debe podarse cuando exista peligro de desprendimiento de hojas secas, lo cual ocurre por lo general en periodos de entre tres y cinco años. Hay que tener en cuenta que cada palmera debe tratarse de manera individual y que se debe respetar la biología y el desarrollo propio de cada ejemplar.
La primavera y el verano se consideran las épocas más adecuadas para realizar las labores de poda. El proceso consiste en eliminar las hojas muertas y otras que causan molestias. En todo caso, nunca se debe quitar más que una de las llamadas coronas de hojas verdes, las cuales participan en la alimentación de las palmeras y contribuyen a un buen estado del tronco. Esto hace que se deban cuidar de forma especial.
Trasplantar una palmera
Cuando sea necesario cambiar la palmera de maceta, ya sea porque haya crecido demasiado o por otro motivo, antes hay que considerar la altura, el tamaño y el peso que el ejemplar haya alcanzado. Los pequeños apenas presentan inconvenientes, pero los más grandes requieren una atención mayor para garantizar un crecimiento correcto.
Según la Asociación Española de Arboricultura, las recomendaciones más importantes consisten en eliminar la menor cantidad posible de palma verde y cavar un hoyo con profundidad suficiente para colocar las raíces. Aconseja incluso que el hueco esté «generosamente» abierto en los laterales.
También se debe regar de manera abundante antes, durante y después del trasplante, de acuerdo a las condiciones del terreno y a factores climatológicos como la temperatura o la humedad de la región.
Por otro lado, si no queda más alternativa que cortar partes de la raíz, estos cortes deben ser limpios. De otro modo, dejarían de crecer o no surgirían nuevas, lo cual podría causar la muerte de la planta.
A continuación se enumeran algunos consejos que deben tenerse en cuenta en el momento de plantar palmeras.
El hoyo en el suelo debe ser lo más grande posible.
El sustrato debe constar de una mezcla de la tierra que se haya retirado del suelo al cavar el agujero con abono orgánico, como estiércol, mantillo o turba. De este modo, se favorece una más rápida adaptación de la planta a su nueva ubicación.
Si el ejemplar es muy grande, es necesario sostenerlo, o “entutorarlo”, por medio de cuerdas o puntales. Estos últimos son palos colocados en diagonal con un extremo apoyado en el tronco del árbol y el otro en el suelo. Para evitar dañar la planta, conviene colocar una tabla de madera protectora entre el tronco y el puntal.
Al trasplantar la palmera, se deben mantener las hojas envueltas y atadas entre seis meses y un año, hasta que el ejemplar se haya adaptado a su nueva ubicación. En caso contrario, es probable que se debiliten y se caigan. Transcurrido ese tiempo, cuando los extremos de las palmas empiecen a asomar por el envoltorio, será señal de que la planta ha enraizado, y las hojas se podrán “liberar”.