La condensación, las grietas y microfisuras, la porosidad de las superficies, la pérdida de agua de las tuberías o un mal drenaje de puertas y ventanas son los causantes de la humedad de paredes y suelos. Para evitar problemas mayores, hay que tratar e impermeabilizar las superficies afectadas.
Impermeabilizar paredes
Si las paredes interiores se humedecen de forma esporádica, la opción más sencilla es impermeabilizar la superficie. Tras secar la pared, con una espátula se quita el desconchado provocado por la humedad. A continuación, se empareja la zona afectada con masilla o enlucido y, una vez seco el material, se alisa la zona con un papel de lija. Por último, se aplica una capa de poliuretano impermeable, se deja secar unas 48 horas y se pinta encima.
Cuando en varias paredes de la misma estancia se detectan humedades, una buena solución es adherir a los muros afectados una película impermeable, como láminas de cobertura de plástico o de cartón bituminado. Las láminas se adhieren a la pared con una cola especial y su colocación es muy similar a la del papel. Tras secar la humedad de la pared, se aplica el adhesivo sobre toda la superficie de la misma y en la cara correspondiente de la lámina. Después, se pega esta última en la pared. Se empieza por el borde superior a partir del ángulo formado por el techo y la pared, y se extiende por el resto de la superficie, a la vez que se pasa un cepillo para distribuir la cola y fijar el papel por toda la zona. Una vez seca esta base, se pinta o empapela.
Cuando se detecta humedad en varias paredes, una solución es adherir a los muros afectados una película impermeable
En caso de humedades persistentes, difíciles de eliminar, la mejor opción es levantar una pared «falsa» con planchas de fibra. Primero se limpia la zona afectada y se eliminan los restos de revoque con un cincel y una maza. A continuación, se cortan las planchas a la medida de la superficie dañada y se clavan en la pared. Tras haber fijado las planchas, se aplica sobre las mismas el revoque correspondiente. Para evitar nuevas humedades, hay que dejar un espacio de unos cinco centímetros entre la plancha y el suelo, y entre ésta y la pared, para permitir que circule el aire y la ventilación sea buena.
Si la ubicación de la estancia lo permite, una solución para eliminar la condensación en las zonas con un grado de humedad elevado consiste en realizar un agujero en el suelo hacia el exterior para mejorar la ventilación. Para impermeabilizarlo, solo hay que rellenar las juntas con espuma de poliuretano.
Cuando la humedad se cuela por las juntas de los suelos de enlosados, hay que retirar el revestimiento y aplicar dos capas de goma líquida. A continuación, se colocan de nuevo las baldosas.
Si el material del pavimento es poroso, como hormigón o cemento, se puede aplicar un barniz impermeable de poliuretano. Solo hay que extender una o dos capas con una brocha o un rodillo.