Las puertas en block se caracterizan porque incorporan en un mismo conjunto la hoja de la puerta, montada en el batiente o marco, los herrajes ya colocados y las jambas ingletadas. Todo ello listo para montar. Este sistema se puede aplicar a todo tipo de puertas, sobre todo las de interior, y su instalación es rápida y sencilla.
Una puerta nueva
Colocar una puerta no es una tarea fácil, ya que se requiere cierta destreza para garantizar la seguridad del hogar o del espacio donde se instala. No obstante, las puertas en block facilitan esta labor, ya que reúnen en una única estructura la hoja, los herrajes y las jambas.
En el momento de instalarla, se retira la puerta antigua, así como la hoja del conjunto nuevo, y se coloca el marco del block en el hueco. A continuación, con tres tirafondos, se fija el batiente o marco al premarco, en el lado donde se localizan los pernios. El batiente debe quedar perpendicular al suelo.
Se coloca la hoja en el block y se comprueba que también queda perpendicular al suelo. Si todo es correcto, se fija el otro batiente, ubicado en el lado de la cerradura, al premarco. En este caso, los tirafondos deben quedar ocultos bajo el burlete del batiente.
El batiente de la puerta debe quedar perpendicular al suelo
Por último, hay que ensamblar las jambas o molduras. Para hacerlo, hay que colocar y atornillar unas pinzas metálicas en la parte posterior. Se puede extender cola en las ranuras de los batientes para ajustarlas bien y, una vez colocadas sobre estos, presionarlas. Colocadas todas las molduras, se puede barnizar o pintar la puerta.
Si se van a instalar puertas macizas, es muy importante saber el grado de humedad de la habitación donde se colocarán. Éste debe rondar un 12%, ya que de lo contrario la puerta podría deformarse. Para evitarlo, habrá que dejar que la estancia ventile durante unos días o colocar en la misma algún sistema de deshumidificación.
Además, hay que tener en cuenta las medidas del hueco donde se va a colocar la puerta. Para ello, hay que medir el ancho del hueco -de premarco a premarco- y el alto, el grosor del tabique y el alto y el ancho de paso.
Hay que comprobar la verticalidad y horizontalidad del hueco de la puerta
También hay que comprobar la verticalidad y horizontalidad del hueco. Tras medir sus dos diagonales, ambas deben ser iguales.
Otro aspecto fundamental es el sentido de apertura de la puerta -se establece desde la parte donde se empuja para que abra-, ya que de ello depende el tipo de bisagras y la cerradura. No obstante, algunos modelos están previstos para abrir hacia ambos lados.