Las cortinas mosquiteras que todavía hoy en día se pueden ver en las puertas de muchas viviendas y comercios rurales han pasado de tener la función exclusiva de proteger las estancias de la molesta presencia de moscas y mosquitos, a convertirse en un objeto decorativo con el que delimitar distintos espacios. Para su elaboración, solo se necesita un rollo de hilo de pita, unas cuentas de colores e imaginación.
Cortinas de cuentas, un recurso práctico y decorativo
En los pueblos del sur es muy habitual proteger las puertas de entrada de hogares y comercios con cortinas mosquiteras, cuya función principal es evitar el acceso al interior de moscas, mosquitos y demás insectos voladores.
No obstante, este tipo de cortinas también son un recurso muy válido y original para separar estancias dentro del propio hogar sin necesidad de colocar las clásicas puertas. También se pueden utilizar para separar espacios dentro de una habitación.
Estas cortinas antiinsectos se pueden encontrar en ferreterías o centros especializados de bricolaje, pero la mayoría de ellas tienen una gama cromática y unos diseños muy similares, que pueden deslucir la entrada de cualquier hogar. Para adaptar las cortinas al gusto y necesidades personales, la mejor opción es realizar las mosquiteras uno mismo. Bolas, corazones, cilindros, estrellas, nubes… La variedad de motivos, formas y colores es muy amplia.
Antes de empezar a realizar la mosquitera, es preciso plantear un diseño previo. Para hacerlo, solo hay que dibujar en un papel un boceto de la combinación de colores y formas. Otra opción es organizar las cuentas sobre una superficie plana antes de preparar las tiras de la cortina.
Para que la elección sea acertada, hay que valorar el ambiente y los tonos del entorno. Si no se desea perder mucha luminosidad, se deben elegir colores claros como el blanco, los naranjas o los amarillos. Si se valora sobre todo el aspecto funcional, hay que tener en cuenta que el color azul tiene un reconocido valor como repelente de moscas. En cuanto a las formas y tamaños de las cuentas, una buena opción es combinar formas alargadas entrelazadas con piezas cúbicas o redondas.
Hay que tener en cuenta que el color azul tiene un reconocido valor como repelente de moscas
Una vez realizado el diseño, se coloca un listón de madera en la parte superior del marco de la puerta. En él se dibujan los puntos a partir de los cuales saldrán las hileras de la cortina. Con un taladro y una broca de avellanar se hace un pequeño vaciado en esos puntos. Con una grapadora mecánica, se colocan unas grapas en cada uno de los orificios realizados, de modo que se puedan anudar en ellas las tiras de las cortinas.
A continuación, se corta un hilo de pita con una longitud del doble de la altura de la puerta. Al doblarlo, hay que tener en cuenta que la cortina debe quedar a unos 10 centímetros del suelo.
Después, se introduce la primera cuenta en el hilo y se sujeta este por ambos extremos para que la bola, que hará de tope de las demás, quede en el medio. Se hace un nudo para sujetar el citado abalorio y se empiezan a colocar el resto de cuentas en el hilo de pitan según el diseño establecido. Una vez terminada la tira, se corta el hilo sobrante y se fija la hilera a la grapa.
Tras repetir el mismo proceso con el resto de hileras, solo queda fijar el listón de madera al marco de la puerta con unas puntas.