Mantener un orden en el hogar es importante, porque ayuda a relajarse y permite encontrar con mayor facilidad cualquier cosa que se busque. Sin embargo, esta premisa no siempre se cumple al hablar de los productos de limpieza. Este artículo destaca las ventajas de guardar todos los elementos de limpieza ordenados en un mismo sitio, explica cómo acondicionar un armario para almacenar en él las escobas y fregonas y ofrece consejos para mantener ordenados los productos en ese mueble.
Elementos de limpieza, ordenados en un mismo sitio
En ciertos hogares los elementos de limpieza no se guardan todos juntos, sino que se reparten en distintos muebles de la cocina, el cuarto de baño y a menudo también en otras estancias. Sin embargo, para ahorrar espacio, lograr una mejor organización e incluso por comodidad, resulta muy beneficioso contar con un armario para guardar todos los elementos de limpieza, incluidos cubos, escobas y fregonas.
Como una puerta oculta y aísla su contenido, el armario con los objetos de limpieza puede estar en casi cualquier estancia de la casa
Estas últimas herramientas (escobas y fregonas) suponen un problema adicional, debido a su tamaño. Para guardar el resto de los elementos de limpieza -desde el detergente de la lavadora y los líquidos para fregar el suelo hasta cepillos, guantes y otros utensilios- cualquier mueble con baldas es útil. Pero la extensión de aquellas por lo general supera los 1,5 metros. ¿Dónde guardarlas, si no se desea que estén siempre a la vista en el cuarto de baño?
La solución es un armario alto y estrecho, para que no ocupe demasiado espacio, no llame la atención en el conjunto de la decoración y permita mantener todos los elementos de limpieza ordenados y en el mismo sitio. Este armario puede estar en el cuarto de baño, en un trastero, en el garaje, o incluso en otros espacios como el recibidor o la cocina, ya que cuentan con una puerta que oculta y aísla su contenido.
Acondicionar un armario para escobas y fregonas
Los armarios estrechos son bastante comunes, pero por lo general no están acondicionados para guardar escobas y fregonas. Para que estas quepan, el armario no debe tener baldas, o a lo sumo una sola balda por encima del metro y medio de altura. De esta forma se desperdicia mucho espacio.
La manera más idónea de resolver este inconveniente es cortar una parte de una o más baldas, para crear un hueco en un lateral donde quepan los palos de las escobas, fregonas y otras piezas largas. Cortar parte de la balda es simple si se trata de un mueble que se puede montar y desmontar con facilidad. En tal caso, hay que quitar la balda, medir qué fracción es necesario eliminar y trazar sobre la superficie una línea por donde se ha de cortar. Por lo general, basta con que el trozo que se quita tenga unos 5 centímetros de ancho.
Un hueco no muy grande en una de las esquinas de la balda deja espacio suficiente para guardar escobas y fregonas
Con respecto a la longitud del fragmento a quitar, no es necesario que sea el total del fondo de la balda. Por el contrario, es mejor si no lo es: así la balda quedará sujeta por tres lados y no solo por dos. Los cubos normalmente tienen unos 30 centímetros de ancho, por lo cual si se quita un fragmento de 5 centímetros de ancho por 20 de largo de una de las esquinas de la balda, habrá espacio suficiente para guardar escobas y fregonas.
Otra posibilidad es que las baldas no ocupen el total del área del armario, sino que sean más cortas y dejen un espacio en la parte delantera (la más cercana a la puerta) para que quepan allí escobas y fregonas. Esta alternativa es válida, pero permite aprovechar menos el espacio (ya que las baldas son más pequeñas), y genera el riesgo de que, al abrir la puerta, si los palos han quedado apoyados sobre ella, caigan hacia fuera, sobre la persona que abre.
Es conveniente que los elementos de limpieza no solo estén reunidos en un mismo sitio, sino que además respeten un orden dentro del armario, para que sea más fácil dar con ellos y evitar así pérdidas de tiempo. En una balda pueden estar todos los productos relacionados con la higiene de la ropa (detergentes, suavizantes, etc.), en otra los de la limpieza del suelo, en otra los elementos de seguridad para el trabajo con sustancias abrasivas, como guantes, mascarillas, mandiles, etc.
Por otra parte, si se cuenta con muchos botes pulverizadores, es posible organizarlos de un modo muy práctico: se instala una barra en la parte superior del armario y se cuelgan los botes allí. El propio dispositivo pulverizador ofrece partes de las que se pueden colgar de manera sencilla. Así, estarán siempre a mano y ordenados. Para la barra, se puede aprovechar y reutilizar un fragmento del palo de una escoba o fregona antigua, o de una barra de cortina de la ducha.