Las claves para ganar en la Bolsa residen en conocer cuándo invertir y en seleccionar los mejores sectores bursátiles, pues son estas acciones las que permiten mejores rendimientos al abrir posiciones. Pero, sobre todo, hay que huir de los segmentos más conflictivos, ya que pueden generar pérdidas en escenarios claramente favorables para la inversión. En este artículo se dan las claves para identificar los sectores más peligrosos de la Bolsa y, de esta forma, evitar riesgos innecesarios a partir de ahora. ¿Algunas pistas? Ojo con los bancos y las nuevas tecnologías.
No todos los sectores de la renta variable se comportan igual. Esta tendencia es demostrable en cada una de las sesiones bursátiles. Unos sectores siempre son más propensos a subir que otros, y viceversa. También se comportan con mayor volatilidad que los restantes, tanto en escenarios favorables como en los periodos bajistas. Las diferencias pueden sobrepasar más del 2% en una sola sesión. Su evolución dependerá del escenario que planteen los mercados financieros: alcista, bajista o hasta neutral. En función de ellos, siempre habrá unos sectores menos recomendables que otros para tomar posiciones con la compra de acciones. No en vano, pueden decidir el éxito o no de la operación, con diferencias más que notables en la evolución de sus precios.
Si las familias desean proteger sus ahorros, no tendrán más remedio que evitar algunos de estos segmentos empresariales, ya que con toda seguridad lo harán peor que otros valores. Entonces, no quedará otra solución que identificarlos para elaborar una cartera de inversión más eficaz y segura.
1. Los bancos en el ojo del huracán de los mercados
Si hay en estos momentos un sector en la Bolsa que genere graves incertidumbres ese no es otro que el bancario. Tras el examen de estrés que se ha realizado a toda la banca europea, sus valores han caído con gran virulencia en los mercados financieros, perdiendo niveles de vital importancia que pudiesen impulsar sus precios al alza. Por tanto, no habrá que entrar en este sector hasta que se despejen las dudas de manera definitiva. Aparecerán rebotes, y hasta de cierta importancia, pero su tendencia a corto y medio plazo es con toda claridad bajista, a pesar de que algunos bancos españoles valen ahora mismo casi la mitad que hace un año.
2. Valores de las nuevas tecnologías
Son los que pueden hacerlo mejor con unas bolsas al alza. Pero si no se produce este escenario, son los que más sufrirán. Y lo harán con descensos en sus cotizaciones más elevados que en los restantes sectores de la renta variable. Están dominados por una alta volatilidad, con muchas diferencias entre sus precios máximos y mínimos. No es la propuesta más correcta para abrir posiciones en las próximas semanas, en especial si la Bolsa española, y por extensión la europea, no definen su tendencia, tal y como está sucediendo en estos momentos.
Imagen: FirmBee
3. Empresas ligadas al crecimiento económico
Los últimos informes de los principales organismos de análisis económico apuntan a una contracción en el crecimiento económico mundial, o al menos de los principales países. Y España no es una excepción, con el problema añadido de la inestabilidad política acechando a la cuenta de resultados de las empresas. Todos los sectores que están íntimamente ligados al crecimiento económico pueden generar una peor evolución en los mercados, si se confirman estos datos macroeconómicos, con el riesgo de impulsar severas correcciones que los pueden llevar hacia mínimos en sus precios.
4. Sector energético
Dentro de este grupo empresarial, los valores dependientes del petróleo tendrán en la evolución de esta importante materia prima el termómetro más ajustado para medir su evolución en los mercados financieros. Cualquier retroceso supondrá un nuevo varapalo para seguir escalando posiciones en los próximos meses, sin ofrecer, de momento, las garantías suficientes para comprar sus acciones.
Algunos sectores de la Bolsa no están muy indicados para abrir posiciones en ellos, pero aun así pueden ser rentables en función del pago de dividendos que se reparte entre todos los accionistas. Generan un rendimiento fijo y garantizado todos los años en una franja que oscila entre el 2% y 8%, en función de la política retributiva de cada una de las empresas. Puede cobrarse trimestral, semestral o anualmente, trasladándose de inmediato a la cuenta corriente de los usuarios bursátiles.
Como consecuencia de esta estrategia de inversión más defensiva pueden compensarse las pérdidas obtenidas a través de la evolución de sus precios en los mercados de renta variable. Hasta puede darse una situación muy curiosa, en donde el rendimiento de sus precios sea negativo, pero quede compensado por medio de este abono en cuenta que recibirán los pequeños accionistas y probablemente con un saldo positivo tras anotar la contabilidad de los movimientos realizados en cada operación en Bolsa.